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Pareciera que el tiempo se detuvo con aquella confesión de la reina, todos habían dejado de pelear y las miradas estaban sobre Cleo y MinJoon, quien lentamente bajó el brazo con la daga por la impresión. Ella empezó a respirar más relajada al tener el objeto punzante lejos de su cuerpo, aún así, no bajaba la guardia porque no sabía cómo podía reaccionar el mayor. Por un momento pensó que había sido una estúpida por confesar aquello, porque quizá sabiendo eso le haría más daño, pero en el momento de desesperación fue lo único que salió de sus labios y no pudo evitarlo.

De reojo veía que JiMin estaba llorando silenciosamente en el suelo, no sabía si era por el dolor de sus lastimaduras o porque su esposa confesó aquello que aún no tenían pruebas, pero era más que obvio y todos ya lo daban por hecho en él castillo. Y la verdad era que el rey estaba llorando por miedo a que el loco de MinJoon le haga algo, que la apuñale con la daga en el vientre en símbolo de "traición" o cosas por el estilo, en ese momento cualquier cosa se le cruzaba por la cabeza, y le desesperaba aún más tener el pie del guardia norcoreano sobre su pecho, impidiendo que pueda levantarse para salvar a Cleo.

⎯ Dime que es una mentira.

Ante las palabras de MinJoon, ella siguió en silencio, sintiendo como las lágrimas caían por sus mejillas por el miedo de morir en ese instante, quería mostrarse fuerte, de verdad quería hacerlo, pero estaba viviendo unos días tan cansadores que al momento de dejar caer una sola lágrima todas empezaron a salir sin permiso alguno, liberándose en un llanto silencioso para no llamar más la atención. Los guardias miraban con atención la escena, desde otra perspectiva se podría interpretar como que Cleo le había sido infiel a MinJoon, cuando todos sabían que no era así porque ella nunca fue de él.

Se alejó unos cuantos pasos mientras miraba a la reina con dolor, como si la noticia no fuera demasiado obvia al tener ella un esposo fijo y habiéndose ido de luna de miel. Por un momento MinJoon se replanteó varias cosas, pero la principal fue pensar que era un estúpido por haber armado todo eso cuando se podía ver a simple vista que JiMin y Cleo se amaban, que no había lugar para él en el corazón de la griega, y menos ahora que venía un hijo en camino. Miró a sus guardias y chocó la vista con la de el ex rey TaeHyung, así que ahí recordó otro de los motivos por los que estaba peleando.

⎯ ¡Él no debía tocarte cuando estabas destinada a ser mía!⎯ gritó furioso.⎯ ¡Todos contra ella!⎯ ordenó a sus guardias.

Cleo sintió como el aire se le salía del cuerpo al ver demasiados hombres corriendo hacia ella, no podría con todos, y aún sabiendo que sus guardias la defenderían, era un peligro total que más de 50 guardias estén contra ella. MinJoon se apartó solo veía como la griega empezaba a mover su espada de un lado a otro, defendiéndose sin asesinar a las personas, golpeando rodillas y pechos para herirlos y que puedan dejarla en paz, pero mostró una sonrisa satisfactoria al ver que no podría con todos.

La pelea había continuado, todos defendiendo a Cleo, hasta los guardias más heridos se habían levantado a luchar para mantenerla a salvo. Era solo una chica de un país extranjero que no merecía morir de esa manera, no por un amor enfermizo de un loco que se inventó ideas el solo, porque si decimos la verdad, en ningún momento Cleo le dio motivos para hacerse ilusiones de que podrían estar juntos. JiMin, Ádara, TaeHyung y hasta HoSeok estaban peleando, muchos lastimados, con la sangre corriendo por sus heridas y ya ni tenían armas, peleaban con los puños o jalando de las armaduras, de cualquier manera para alejar a esas bestias de la reina.

Al momento que Cleo vió una vía de escape, no dudó correr entre dos guardias que estaban peleando, y cayó de boca al suelo cuando uno le puso el pie para poder derribarla. Se arrastró por la tierra, ensuciando su armadura, solo para poder llegar a una espada que se encontraba a tan solo centímetros de ella. Cuando por fin la pudo agarrar, se dió media vuelta y atajó el ataque de su oponente, quien le mostró una sonrisa enferma con los dientes amarillos. Empezaron a pelear estando ella en el suelo, con pocas chances de moverse o poder levantarse al tener al hombre casi sobre ella, pero de un segundo a otro el mismo fue empujado y asesinado al instante por una espada en su yugular.

Castle| pjm. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora