Castle| pjm. ✓

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La griega suspiró sonoramente, haciendo que las miradas fueran hacia ella, quien tenía una mueca exhausta, y a decir verdad, tenía demasiados motivos para estarlo, pero que MinJoon se presente en la puerta de su castillo a molestar y hacer el ridículo solo fue la gota que derramó el vaso. Movió su cabello hacia atrás, y sin importarle que su esposo la estaba protegiendo, cruzó por delante de él para acercarse a la reja y hablar lo más claro posible hacia el rey de Corea del Norte.

Estaba harta.

⎯ Escucha, pedazo de idiota.⎯ habló furiosa. MinJoon abrió los ojos con sorpresa ante el tono que usó con él, y JiMin de igual manera mientras pensaba en que Cleo ya había perdido la razón.⎯ Estoy teniendo un día insoportable, así que la idea de tomar una espada y atravesarla por tu cuello se me está haciendo verdaderamente tentadora. Vete y no regreses antes de que me vuelva loca de verdad y no sigas con vida.

MinJoon, ante las palabras de Cleo, estuvo unos cuantos minutos para procesar las mismas y terminó mostrando una sonrisa de lado, lo cual ponía más enojada a la griega. Le frustraba que a los hombres como él, arrogantes, egocéntricos, y los que tienen a cualquier mujer con solo chasquear los dedos, les parecía genial e innovadora la idea de que una mujer pueda defenderse por sí sola, cuando era algo normal, algo que no tenía porqué verse excitante o desafiante.

Y por otra parte, Cleo no había pensado que ser reina iba a ser tan cansador; prensas, entrevistas, mantener un país entero, tener una relación, el pensamiento de tener un hijo en camino, reglas, modales, peleas, guerras, acosos, odio, ideas que podían gustar u odiar. Todo la estaba cansando de una manera que la hacía querer tirar la toalla, pero ella no era así, no pensaba rendirse y quería ser la mejor reina.

No dejó su país por nada.

⎯ Dios, te me haces tan tierna cuando discutes así.⎯ comentó el mayor, como si de verdad provocara ternura el hecho de que una mujer esté cansada.

La reina, en un rápido movimiento, tomó la espada que colgaba de la cadera de un guardia, y le apuntó hacia MinJoon amenazante. JiMin la tomó por la cintura con la intención de llevarla dentro del castillo de nuevo, él era el más preocupado por demasiadas cosas, pero lo menos que quería era que el pelinegro le haga daño a su esposa, no sabía cuál podía ser su siguiente movimiento, y si decimos la verdad, se estaba comportando bastante compasivo.

Él más que nadie entendía a su esposa, tenía miedo de que por el estrés pierda el bebé o se enferme, ya de por sí podía ver como tenía derrames oculares por el dicho estrés. Su alimentación había empeorado, la chica se veía pálida y lo más seguro era que cuando traigan la confirmación de embarazo también estaría algo relacionado a la anemia. Ella tenía demasiadas actividades por día, y si bien ayudaba a su musculatura, también la hacía bajar radicalmente de peso si se alimentaba mal, lo cual perjudicaba tanto a Cleo como al bebé.

⎯ No te quiero ver nunca más. Vete.

⎯ ¿Sabes por qué te sientes así?⎯ preguntó MinJoon, viendo el ceño fruncido de Cleo que aún no soltaba el arma y lo seguía apuntando. Sus hombres también la estaban apuntando a ella, a pesar de que había una reja de por medio.⎯ Porque no tienes un esposo digno. Uno que te cuide, que te valore, y te haga sentir una verdadera mujer.

⎯ No sabes nada.⎯ negó al instante ella.

MinJoon rió para después mirar a JiMin, quien también se notaba en su rostro el enojo por pensar que era un mal esposo cuando de verdad no sabía nada, no había un manual para ser el esposo perfecto, pero sabía que era un buen hombre para Cleo. Por la parte del mayor, siempre pensó que Park estaba escondido detrás de otras figuras; de su padre, su madre y cualquier guardia que pueda salvarlo, lo veía incapaz de defenderse por sí solo, y ahora también estaba detrás de su esposa, la cual podía morir en tan solo instantes si las rejas no existieran entre ellos.