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Cleo abrió los ojos alarmada ante la voz desconocida, miró a quien le había hablado y era un hombre con el cabello negro, montado en un caballo de color blanco que veía al de ella, de color marrón. A simple vista se podía ver como alguien alto, serio e imponente, lo cual incomodaba a la griega, además de que le veía el cuerpo con un descaro ni disimulado, en ese momento ella se arrepintió de haberse puesto un vestido tan revelador.

El hombre carraspeó la garganta segundos después de notar que ella ya no lo miraba con susto, aún así era muy notable la incomodidad de la chica ante su presencia, lo que lo hizo sentirse con superioridad pero no la demostró. Cleo tomaba fuertemente las riendas del caballo, preparada para escapar en caso de que cualquier cosa pasase, y a su vez en su mente le pedía a algún Dios que nada le ocurra. Los hombres surcoreanos podían ser bastantes extraños (en el mal sentido) cuando se cruzaban con una mujer, y Cleo estaba segura que aquella persona pensaba en algo no muy ético, y ella estaba en ese pensamiento repugnante.

⎯ Nunca he visto una mujer con esa ropa.⎯ habló, mas recibió silencio puro de parte de ella. Le dió una última mirada de cuerpo completo, el vestido era largo pero tenía unos cortes a los costados que llegaban hasta su ingle, y al estar montada sobre el animal sus piernas se veían aún más. Sumando que dejaba los brazos y el escote a la vista.⎯ Me gusta.

Ese "me gusta" no era como los que recibía de JiMin, los que le ponían las mejillas sonrojadas y terminaban en besos ardientes. Ese comentario solo logró incomodarla más. En el castillo, las personas que estaban ahí ya se habían acostumbrado a ver a Cleo con ropa demostrativa, sumándole que ella se sentía cómoda entre ellos, pues todos los hombres sabían que ella es de JiMin y ninguno podía sobrepasarse porque terminaría asesinado por el mismo rey. Y aunque Ádara la regañó porque Cleo aceptaba que era "propiedad" de JiMin, de alguna manera, la griega se sentía más segura con ese absurdo título.

Aunque le molestaba que los hombres solo la respetaran porque es la esposa del rey y no porque ella de por sí merece respeto.

⎯ ¿Puede dejar de verme de esa forma, por favor?⎯ pidió, el hombre tragó saliva asintiendo para verle el rostro a detalle.⎯ Estoy casada.

⎯ Oh, lo sé, lo sé.⎯ afirmó. Era furor en todo el reino, y demás países, de que el príncipe JiMin se había casado con una exótica mujer y había hecho un acto de amor que dejó la vara de las mujeres demasiado altas.⎯ Solo quería mostrar mi admiración ante usted por usar atuendos tan...fuera de lo común en una sociedad como está. La admiro mucho, reina, es usted bellísima.

⎯No creo que sea correcto hablarle de esa forma a una mujer casada.⎯ sacó su último comodín de nombrar su matrimonio.⎯ Sabe que mi esposo es el rey, y podrán haber consecuencias si sigue coqueteándome.

El hombre sonrió mientras negaba con la cabeza. Movió su caballo para estar al lado de Cleo, viendo cada animal para el lado contrario y ellos viéndose el rostro con una distancia no tan lejana.

⎯Esta casada, no enjaulada, su majestad.⎯ habló bajo, como si se tratara de un sucio secreto entre ambos o un consejo que nadie más podía saber. Cleo lo miraba atenta.⎯ No tiene nada de malo que otros hombres admiren su manera de vestir, en ningún momento expresé una falta de respeto o algo por el estilo, así que no veo la necesidad de que el rey venga a salvar a su reina cuando no esta en peligro.⎯ soltó lo último con un leve tono burlesco, sabiendo que si JiMin llegaba él no le podía hacer nada, no sería la primera vez que fracasa en algo el rey Park.⎯ Por cierto, ¿De dónde viene?⎯ preguntó examinándole el rostro, centrándose en esos ojos color miel.⎯Es muy obvio que una señorita como usted no proviene de tierras asiáticas.

⎯ Grecia.

Sonrió ante la respuesta tan seca de la chica, y aunque ella pensaba que con todos esos gestos tajantes y que demostraban claras ganas de estar sola en ese lugar, el hombre solo podía encantarse más y más con la mujer. Era preciosa.

Castle| pjm. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora