CAPÍTULO 14

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Trato de entender qué es lo que pasa, por qué hay tanto ruido a mi alrededor y luces tan intensas, pero por más que trato no logro llegar a nada. No soy capaz de conectar nada de lo que me rodea con un pensamiento coherente. Sé que esas luces significan algo, que ese sonido lo he oído antes y que el frío que siento no lo debería estar sintiendo, pero no sé porqué. Trato de moverme, pero mi cuerpo no me responde. Nada lo hace. Soy como una cáscara vacía.

Algo capta mi atención. Miro hacia el costado y veo el torso de una persona inclinado en mi dirección. Creo que debería sentir miedo, pero no soy capaz de sentir absolutamente nada. Lo miro y trato de entender porque mueve la boca de esa forma, pero empiezo a estar demasiado cansada. Cierro los ojos, o parpadeo, no lo sé. Cuando vuelvo a abrirlos, la persona sigue estando en el mismo lugar, pero esta vez mueve algo frente a mí de forma frenética. Miro su mano y lo único que consigo ver es una cegadora luz blanca. Trato de apartarme, pero no lo consigo.

Vuelvo a mirar a la persona y sobre su hombro veo al menos a alguien más. Ambos van vestidos iguales. Pese al cansancio me esfuerzo por entender que es lo que está ocurriendo y es entonces cuando descubro, o recuerdo, que lo que llevan son uniformes y eso significa ayuda. Ellos pueden ayudarme, ellos pueden explicarme que pasa.

— A... ayu-da.

Creo que se miran, pero no estoy segura.

— Vamos a ayudarte, si — dice la persona, pero lo hace distinto a como yo lo he hecho y no sé porqué —. ¿Qué tal si me dices como te llamas?.

Cierro la boca y vuelvo a abrirla pero ningún sonido sale de ella. Llamar. Entiendo la palabra, sé que la he escuchado antes, pero no se donde o que significa. Sé que debo decirles algo, sé que esperan una respuesta, pero no digo absolutamente nada.

Cierro los ojos y al volver a abrirlos todo se ve distinto. Siento que me mueven, que alguien habla a través de un aparato que distorsiona ligeramente su voz, pero todo cuanto hago es mirar a mi alrededor. Estoy en un lugar estrecho, con el techo muy cerca de mi cara y con paredes que parecen metálicas. Hay una señora en uno de mis lados, mirando un aparato cuadrado que emite un pitido muy molesto. A mi otro lado hay un hombre que reconozco como el que me había hablado antes. Trato de hablarles, pero no logro emitir sonido alguno.

No sé cuánto tiempo pasa antes de que mi cuerpo deje de moverse y la pared de mis pies se abra para mostrar una calle muy iluminada. Las personas de mis costados salen del cubículo de un salto y se apresuran a sacarme a mí también. De pronto el techo desaparece y veo un techo completamente negro sobre mí, pero solo durante un suspiro. Enseguida desaparece y unos focos empiezan a pasar sobre mí a tal velocidad que los veo incluso borrosos. Empiezo a oír más voces y varias cabezas aparecen en mi campo de visión. Demasiado cerca, no me gusta, pero nadie me escucha cuando les digo que se aparten. Se limitan a mover las bocas sin emitir sonido alguno y creo que se están burlando de mí, pero un segundo después deja de importarme. Mis párpados comienzan a pesar y al final me rindo y me duermo.

Bajo el foco [Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora