CAPÍTULO 38

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— ¿Nos hemos vuelto locos?.

Apoyé la mejilla en el pecho desnudo de Yoongi, disfrutando de las caricias que me daba en la espalda. Su corazón seguía latiendo acelerado bajo mi oído, pero su respiración ya se había calmado.

— Probablemente — respondió. Alcé el rostro para mirarlo —. ¿Te arrepientes?.

Negué con la cabeza. Era consciente de que estábamos ebrios y que no era el mejor estado para tomar decisiones de aquella magnitud, pero aún así no lamentaba haber dado ese paso. Solo esperaba no tener que hacerlo más adelante.

— Te quiero — dijo inclinándose para besar la punta de mi nariz.

— ¿Sabes?. Me he dado cuenta de algo — solté de pronto. Yoongi alzó una ceja en respuesta —. Cuando te digo que te quiero nunca dices y yo o, yo tambien. ¿Por qué?.

Se encogió de hombros antes de rodar sobre su costado, llevándome a mí con él, para quedar tumbados uno frente al otro. Alcé mi pierna para rodear su cadera y una sonrisilla traviesa cruzó su rostro.

— Decir eso me parece como si te estuviera dando la razón o... no sé, restándole importancia — respondió deslizando su mano por mi costado, trazando la curva de mi cadera con los dedos y descendiendo lentamente por la cara externa de mi muslo —. No quiero que sientas que simplemente respondo por costumbre o que no valoro como se debe cuando me lo dices, por eso prefiero decir te quiero.

Metí la mano entre nuestros cuerpos y no me sorprendí al notar que ya estaba completamente recuperado.

— Te quiero — dije antes de fundirnos con la tormenta.

Tres cuartos de hora después estaba saliendo de la ducha y preparándome para ir a la compañía. Yoongi acababa de bajar al apartamento que compartía con los chicos para no sé qué de una reunión. No entendí mucho cuando me explicó, pero quedamos en vernos cuando yo terminase mi jornada laboral. 

Tan pronto entré por la puerta de la compañía reparé en el gran alboroto. Mi intención fué pasar de largo e irme directamente a mi estudio, pero no tuve tanta suerte. El manager de Yoongi me detuvo a mitad de camino para pedirme explicaciones por "mi impulso". Al parecer llevaban toda la mañana recibiendo infinidad de llamadas de todos los medios de comunicación, a la espera de un comunicado por parte de la compañía que corroborase mi publicación.

— ¿Habéis pensado siquiera lo que vais a decir? — me estaba preguntando visiblemente alterado —. ¿O estabais tan borrachos que ni en eso pudisteis pensar?.

Un simple vistazo sobre el hombro del hombre me bastó para ver a los chicos sentados en la sala de juntas, con las cabezas gachas y una expresión arrepentida estampada en el rostro.

— Tengo trabajo que hacer — le dije sin molestarme en disimular lo poco que me importaba esa conversación —. ¿Vas a decirme algo de provecho o puedo irme a fabricar dinero?.

Su cara fué un auténtico poema.

— Déjala que se vaya.

Visualicé la inconfundible sombra de Si-hyuk tras de mí. La cara del manager se tiñó de púrpura por la fuerza con la que estaba mordiéndose la lengua, pero aún así se hizo a un lado para dejarme pasar.

— Envíame lo que queréis que digamos en el comunicado — dijo Si-hyuk mientras me marchaba — ¡Y enciende el teléfono!.

Lo primero lo hice nada más llegar a mi estudio, lo otro no. Pasaba completamente de leer la multitud de mensajes que habría en mi bandeja de entrada. Al menos hoy no, prefería vivir en mi burbuja al menos un día entero.

Bajo el foco [Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora