CAPÍTULO 19

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Me detuve justo antes de girar la esquina. Podía ver a través del reflejo la multitud agolpada en la puerta, las tiendas de campaña y la infinidad de cámaras. Cerré los ojos y, con la mano apoyada en la fría pared, me obligué a calmar mi respiración.

— No tienes porqué hacerlo — dijo mi hermano junto a mi oído.

Sabía que no tenía que hacerlo, pero me había prometido a mi misma apartar mis miedos de una vez por todas. Podía sentir nueve pares de ojos clavados en mí a la espera de que dijera cualquier cosa, a la espera de una simple señal. Sonreí internamente. Si alguien me hubiera dicho antes de poner un pié dentro de aquella compañía que terminaría teniendo más de un hermano sobreprotector encima mío me hubiera reído de lo lindo. Solté el aire y abrí los ojos, encontrándome con unos castaños justo frente a mí. Una bonita calidez se extendió en mi pecho al notar la seguridad con la que me mantenía la mirada. La comisura de mis labios se alzó y sus pequeños ojos se estrecharon hasta convertirse en pequeñas rendijas. Puedo hacerlo, me dije.

— Sabéis que no tenéis porqué salir conmigo, ¿verdad? — les dije a los chicos sin apartar la mirada de los ojos de Yoongi — Podéis salir más tarde y evitaros esto.

— No vamos a irnos a ninguna parte — respondió él.

No va a irse a ninguna parte, dijo una vocecilla dentro de mi cabeza. Me mordí el interior de la mejilla y avancé.

Los reporteros se lanzaron encima mío en cuanto se percataron de mi presencia y, si no hubiera sido por mi hermano y los chicos, que ejercieron de guardaespaldas en todo momento, me hubiera caído de culo al suelo. Recuerdos de años anteriores cruzaron por mi mente en cuanto una docena de micrófonos se pegaron a mi rostro a la espera de mis declaraciones. Pude reconocer el logo de un par de cadenas españolas, al igual que una estadounidense, pero la mayoría eran coreanas.

— ¿Cómo estás Eveneizher?.

— ¿Cómo te encuentras?.

— ¿Te han dado el alta?.

— Estábamos muy preocupados por tu estado de salud.

— ¿A que se ha debido el hermetismo sobre tu condición?.

La cantidad de preguntas, al igual que el intenso calor, empezaron a agobiarme y durante unos segundos todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas. Busqué a tientas a mi espalda el brazo de mi hermano, pero no fué su mano la que encontré. No era tan grande como la de Björn, sus dedos eran largos y finos y las venas de estas eran incluso palpables a través de la suave piel. La reconocí de inmediato y aunque no era la que había buscado en un principio, entrelacé mis dedos con los suyos. Un pequeño apretón fué todo cuanto necesité para armarme de valor.

— Estoy bien, aún convaleciente, pero nada que un poco de reposo y cuidado no arregle — dije con la fingida tranquilidad que durante tantos años había mostrado frente a una cámara —. Ya me han contado que lleváis una semana aquí esperando, siento que haya sido tanto.

Los reporteros no tardaron en llenarme de elogios vacíos a los que respondí con una sonrisa que no sentía. Varios me preguntaron sobre lo ocurrido y yo les hice un resumen breve antes de que las preguntas girasen a un terreno muy distinto.

— Nos ha sorprendido mucho la presencia de la banda BTS en el hospital, y como podemos comprobar te acompañan incluso ahora — dijo uno de los reporteros españoles —. ¿Qué tienes que decir al respecto?. ¿Qué te une a ellos?.

Había previsto ya esta pregunta incluso antes de recibir el alta.

— Los chicos y yo nos conocemos desde hace varios meses — expliqué —. Al principio nuestra relación era meramente profesional ya que soy la nueva productora de BigHit, pero con el paso del tiempo hemos terminado formando una bonita amistad.

Bajo el foco [Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora