Neizher
— ¿Qué haces aquí solo?.
Jungkook alzó la vista del libro que estaba leyendo para mirarme con los ojos abiertos de par en par. Parecía un conejito frente a los faros de un coche en mitad de la carretera.
Eran pasadas las doce de la noche. Me había pasado todo el día en el estudio y tan solo había salido a la tienda de conveniencia para comprarme algo de cenar antes de seguir con el trabajo. Cuando salí la compañía estaba completamente vacía, yo era la única que seguía pululando por ahí. Bueno, yo y el de seguridad. Jungkook debía de haber llegado mientras estaba comprando, pero en lugar de estar en su estudio o en una sala de ensayo, estaba en la sala de juntas. En pijama.
— El miércoles tengo que entregar un trabajo de inglés — respondió volviendo la vista al frente.
— ¿Y por qué lo estás haciendo aquí en vez de en casa?.
Se encogió de hombros.
— Los hyungs están descansando — dijo tan bajito que me costó entenderle.
— ¿Y te han echado en mitad de la noche?.
Si era así pensaba tener unas palabras con ellos. Mi cerebro comenzó a imaginarse el discurso que iba a soltarles en cuanto los viera. ¿Qué pedazo de desalmado echaba a un crío de diecisiete años de casa cuando estaba estudiando?.
— No, no, claro que no — se apresuró a decir mientras acompañaba sus palabras con rápidos movimientos de cabeza —. Ha sido cosa mía. No quería molestarlos con la luz, así que he venido aquí. Ellos ni siquiera saben que me he ido.
Que responsables, pensé.
— ¿Y de qué va el trabajo?.
— Tengo que hacer una redacción sobre mi día a día — dijo con hastío —, pero además de que se me da fatal el inglés, por contrato no puedo contar la verdad...
— Pues invéntala — solté. El pequeño me miró como si me hubiera salido una tercera cabeza —. Os pasáis el día escribiendo canciones, inventando y contando historias. Esto es lo mismo y en cuanto al inglés... yo puedo ayudarte, si quieres.
La carita que puso en ese momento no tenía precio. Sin decir nada más, recogí sus cosas y me las metí debajo del brazo.
— Venga, vamos a mi estudio — le dije mientras cogía las bolsas y me encaminaba hacia la puerta —. Así puedo ayudarte mientras trabajo.
El maknae se apresuró a seguirme y juntos subimos hasta mi pequeño rincón. Él se sentó en el sofá, frente a su libreta y junto a un bol de comida que le había preparado pese a su negativa; yo me dediqué a trabajar. De vez en cuando iba soltando palabras o pequeñas frases para que le ayudara a traducirlas, pero en general lo hizo todo sin ayuda. Cuando quise darme cuenta, habían pasado varias horas desde la última vez que me había preguntado algo, por lo que no me sorprendí cuando, al girarme, me lo encontré dormido. Me puse en pie y con sumo cuidado le retiré el bol del regazo y lo tumbé. Lo cubrí con mi sudadera y tras revisar su redacción y apuntar un par de cosas a lápiz en los márgenes para que lo corrigiera cuando se despertase, regresé al ordenador.
Pasó casi una hora más antes de que un suave y único golpe irrumpiera el silencio del estudio. Me giré y a través de la diminuta ventana de la puerta pude ver a Yoongi. Le hice una señal con la cabeza para que entrara, pero me llevé el dedo a los labios para que no hiciera ruido. Al principio me miró desconcertado, luego descubrió el pequeño bulto sobre el sofá y lo comprendió.
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Bajo el foco [Yoongi]
FanfictionCuando Eveneizher abandonó los escenarios no creyó que, años después, los causantes de que volviera a desearlo fueran un grupo de siete jóvenes llenos de ilusión, talento y un carisma arrollador. ☆No copias ni adaptaciones ☆ ☆Historia completamente...