Dos Chicos y un Bebé

UNO

Las vacaciones eran la parte favorita de Gun, no habían maestros, no había tarea y podía levantarse a la hora que quisiera sin preocuparse de llegar tarde. Sin embargo, ahora con un "Tinn" a su lado eso era algo imposible.

¿Quién puede dormir hasta tarde cuando se tiene un amigo exageradamente activo?...

Exacto, nadie.

El más alto solía levantarlo temprano para que ambos saliesen a correr y luego insistía en pasar a la biblioteca. Era cierto, ingresarían a la universidad en poco tiempo y quería estar a la altura, pero las vacaciones se hicieron para descansar, no para estudiar.

El hecho de que Gun hiciera todo lo que Tinn dijese era una pista para que sus compañeros y conocidos supiesen lo que sentía por el chico. Dar su brazo a torcer no era una actitud típica del cantante, pero con el niño estrella de la clase, parecía no existir un NO como respuesta.

Ambos eran bastante unidos desde la tierna edad de 8 años y sus familias se conocieron durante el funeral del padre de Gun. Crecieron juntos y parecían estar unidos por la cadera.

¿Conocen el típico lema de una madre? ¿Si tu amigo se tira de un puente, te vas a tirar también?

Bueno, digamos que el lema aplicaba para ellos. Era una larga historia y ambos siempre tendrán una cicatriz en su costado para recordarlo.

Los dos habían acordado en vivir juntos después de la secundaria, tenían 1 mes de haber encontrado un apartamento que quedase cerca de la universidad. Sin embargo, acordaron en pasar las vacaciones cada uno con su familia antes de mudarse por completo.

El cantante resopló mientras se lanzaba a su cama, el negocio ya estaba cerrado, su mamá ya estaba en la cama y él se preparaba para una noche de sueño reparador.

Revisó su teléfono y sonriendo le deseó una buena noche a Tinn, seguido de varios emoticones de un monito. Se acomodó lo mejor que pudo y cerró los ojos.

Cuando los volvió a abrir, sintió que el tiempo no había pasado en lo absoluto, pero al dirigir su vista hacia su teléfono se dio cuenta que eran las 2:00am. Frunció el ceño, él nunca se despertaba a esa hora. Entonces ¿Qué o quién lo despertó?

Se removió un poco en su lugar y al parecer no quería ir al baño, lo cual le sorprendió puesto que había tomado mucha agua antes de acostarse. Se sentó sobre su cama y escuchando a su alrededor se percató de un sonido, uno muy lejano.

Se asomó a su ventana y observó a una figura con un manto negro encima, dió un pequeño salto pero el miedo no lo poseyó en su totalidad, pues podía observar manos humanas que escribían en una hoja de papel y luego tocaban la reja con una moneda, alternando entre las dos actividades.

Respiró hondo y decidió bajar a investigar, en su camino hacia la puerta tomó una espátula de la cocina por si las dudas. Abrió la puerta y al hacerlo la figura salió corriendo hacia la izquierda dejando una caja frente a la reja o al menos eso parecía desde la distancia.

Se quedó unos momentos congelado en su lugar ¿Por qué había corrido? ¿Acaso había dejado una bomba?. Pasaron unos 5 minutos y cuando estuvo seguro de que nada explotaría, se acercó con cautela a la reja y la abrió.

De cerca pudo notar que no era una caja, sino más bien una canasta con un manto blanco encima. Extraño, pensó.

Se agachó ligeramente para tomar la canasta en sus manos y al intentar agarrarla , un pequeño balbuceo se escuchó dentro de la misma.

-Que carajo ...

Mantuvo su brazo quieto esperando oír algo nuevamente, pero el silencio reinó en aquella canasta. Decidió entrar el objeto a la casa porque si algo salía arrastrándose de allí adentro, al menos podría gritarle a su mamá y que ella se encargase con una sartén.