Capítulo 7.- Gafas nuevas:

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Ambos se fueron a dormir, a la mañana siguiente Alastor se despertó al oír una melodía.
*Al final del arcoíris hay felicidad… y siempre he intentado llegar… - alguien cantaba, era una voz preciosa.
Pero vivo en una… persecución… Y mis sueños… son algo irreal… - él se levantó porque quería oír la canción y en que estación estaba sonando.
¿Por qué siempre he sido un fracaso…? ¿Cuál puede ser la razón…? - él bajó y encontró la radio apagada, arqueó una ceja ante la sorpresa.


¿Por qué siempre he sido un fracaso…? ¿Cuál puede ser la razón…? - él bajó y encontró la radio apagada, arqueó una ceja ante la sorpresa

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¿Al mundo debería culpar…? O… ¿Debería culparme a mi…? - volvió a escuchar la canción y notó que venía de fuera.
Siempre persigo al arcoíris… viendo las nubes pasar… - salió y ahí estaba Charlie colgando la ropa, cantando y moviéndose delicadamente.
Mis… planes y mis sueños en… el cielo terminarán… - ella extendía su mano al cielo.
Algunos… encuentran el amanecer… Yo siempre lluvia buscaré… - él se acercaba sin ser notado.
Algunos… ganan solo a veces… Y yo así… nunca ganaré… - se quedó de pie al lado de la cesta de ropa.
No miento…
Al… arcoíris sigo… Deseando hallar a mi ave azul… aquí… - ella se giró y se asustó al verlo ahí de pie, llevándose las manos a la boca y este comenzó a aplaudirle - ¿Cuánto llevas ahí?
-Precioso dulzura…, realmente conmovedor y lleno de sentimiento… - acercándose a ella haciéndole reverencia, recogió una flor del suelo y se la ofreció - nunca había oído algo tan belle et pure como esa voz cariño… - está se ruborizó muchísimo, pero aceptó la flor - ¿amor, porque no me dijiste que tenías tan maravillosa y divina voz…?
-No es para tanto… - él se sorprendió ante su modestia - a veces solo cantó para mi…, cuando estoy nerviosa o triste o feliz… pero en serio no es para tanto…
- ¿No es para tanto…?, corazón mío... ¿alguna vez te has oído cantar…? - esta negó con la cabeza - ¿y esa canción de donde la sacaste…?
-Oh… - dijo ella apenada - la… la escribí yo… la llevaba escribiendo cuando salí de Nueva York y la terminé anoche… - abrazándose a sí misma.
-Y estabas nerviosa por equivocarte en un LA mayor… jajaja… tesoro mío, deberías dejar de subestimarte y alzarte orgullosa de todo lo que puedes hacer… - ella cogió la cesta de ropa.
-No digas tonterías…, agradezco el ánimo que quieres darme… pero aún tengo mucho que aprender… - este se puso en medio quitándole la cesta - ¿Al…?
-Querida… solo porque unos cuantos han menospreciado tu capacidad… no significa que debas tomar sus palabras en serio… - ayudándola a terminar de colgar la ropa - ven… voy a enseñarte algo… seguro es de tu utilidad - cogiéndola de la muñeca.
-Espera… ¡Al...! - siendo arrastrada al sótano - ¿Por qué me has traído aquí…? - cayendo en cuenta que no había bajado ahí desde que llegó, había cadáveres de conejos, 2 jabalíes y 1 ciervo colgados por grandes garfios y vio algo en un rincón cubierto, en una lona, era muy grande y no quería saber que había debajo - ¿Al… ¿Que es todo esto…?
-Ah... jajaja... solo algunas cosas que casé un fin de semana primor... no prestes atención, ¡eso es lo de menos...! - decía él acercándose al objeto cubierto que para Charlie se veía aterrador - Ta… da… - tirando de la lona - a que es perfecto para ti… - Charlie cerró los ojos y se limitó a abrir uno solo un poco imaginando una especie de maquina trituradora de huesos.
- ¿Oh…? ¿Eso es…? - dio un paso adelante, sorprendida.

La Parca de Wendigo (Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora