Era un poco pasado de las diez de la mañana cuando Charlie se despertó sobresaltada, esperando que aquello fuera un sueño, miró a su alrededor y se dio que no estaba en su habitación, se vio a sí misma y notó todos los mordiscos y arañazos en su cuerpo, al igual que la cama manchada con la sangre de su pureza, sin duda lo habían hecho, aquello fue sin ninguna duda increíble, salvaje y único, tenía que reconocer que Ángel tenía razón, Alastor está bien dotado, aunque nunca había visto a ningún hombre, ella podía decir que aquel miembro era impresionante, cada embestida, cada toque, cada mordiscó palpitaban en su mente y en su cuerpo, sentía humedecerse, se reprendía porque aquello sorprendentemente le gusto, demasiado, tanto que él podría ser una especie de fruto prohibido y ella estaba dispuesta a probarlo de nuevo, recogió su camisón y se puso su bata, necesitaba asearse y ponerse ropa, no sabía dónde estaba Alastor, pero no quería que la encontrara aún en su cama, salió de la habitación y escuchó un blues de la radio que venía de la planta de abajo, estaba despierto, en la cocina preparando algo quizás, se pensó “animal de costumbres”, se metió rápidamente en la bañera, ahí se había notado unas marcas profundas de uñas en sus muslos.
-Sin duda apretó con mucha fuerza… - sí, había notado que él tiene fuerza, recordándolo llevarla en brazos en la escalera, o aquella vez que la puso en su hombro como si fuera un saco de patatas, seguía observándose en el espejo cuando algo fuera de la ventana que llamó su atención, vio un lado del granero, pensó en el auto de Alastor y de repente la voz de los oficiales regresaron a su mente “el motor casi frío”, “veníamos siguiendo un auto negro”, se preguntó - ¿Si Alastor salió de nuevo a la ciudad, en que auto lo hizo, si el Dodge estaba frío…? - lanzó una mirada a lo poco que podía ver del granero, recordó el ruido que escuchó cuando bajó la escalera - ¿Y si venia del granero?, ¿Cómo sacó ese auto si hay cajas en medio? Debe haber alguna explicación razonable… - ya aseada y vestida bajó y encontró a Alastor colocando las bandejas – Buenos días…
-Buenos días amor - respondió él ofreciéndole la silla y ella se sentó - ¿Qué tal has dormido…?-He descansado bien… ¿y tú…? – viéndolo sentarse frente a ella.
-De maravilla, querida… - ella lo observó y arrugó los labios - ¿Qué ocurre primor…? – observándola levantarse y acercándose a él un tanto disgustada.-Al… te dije que no hicieras esfuerzos o se abrirían los puntos… - sujetando su brazo y señalando la sangre en la manga de su camisa, ahora tocará revisarlo de nuevo – yéndose a un cajón – quítate la camisa… – sacando una caja y llevándola a la mesa.
-Oh… ternura… te aseguro que el esfuerzo de anoche valió la pena, más cuando tuve que sobrevivir a una batalla contra una tigresa… jajaja… - ella se avergonzó – ambos sabemos cómo continuará esto… - ella recordó que fueron las mismas palabras antes de que él la besara y que lo hicieran.
-Alastor… - comenzó a decir la chica - solo es para cerrarte los puntos… – observándolo quitarse el chaleco marrón y la camisa – no puedo permitir que desayunes con una camisa sucia y contigo sangrando… – el extendió su brazo para que ella revisara – es una suerte que anoche llevaras una camisa roja, no será tan difícil quitar las manchas de sangre – haciendo que él arqueara una ceja y ella notó un nuevo corte en la unión de su brazo y antebrazo, corte que no recordaba haber visto anoche – pero… Al… ¿Qué es esto…? – señalando el corte.
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La Parca de Wendigo (Hazbin Hotel)
Mistério / SuspenseCharlie Magne es la heredera de su familia que decide dejar su hogar para enrumbarse a construir su sueño, sin imaginar que en su camino encontraría algunos obstáculos que la harían encontrarse así misma al igual que haría nuevos amigos, en especial...