Capítulo 40.- "¿Por qué no probar...?":

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-¿Qué…! – dijo Charlie - Pensé que eras tú… ¿Qué le pasó a ese bebé…?

-¿Qué…! – dijo Charlie - Pensé que eras tú… ¿Qué le pasó a ese bebé…?

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-Pasó primor que... cayó en manos de un alcohólico enardecido llamado John Leclerc… llevaba dos noches desapareció, lo cual no era raro, a veces se pasaba hasta un semana sin aparecer por casa y eso era bueno para nosotros… estábamos tranquilos, ella con su nuevo embarazo y yo ayudándola… aquella noche que volvió era mi cumpleaños número siete y él estaba muy enfadado… uno de sus perros perdió una pelea en la que había apostado mucho dinero, llegó muy alcoholizado, nos reprendió por estar despiertos y despilfarrar el dinero en basura… comenzó a arrancar la decoración humilde que hizo mi madre con sus manos… y tiró la tarta al suelo, tomó a mamá de los cabellos y la arrojó al suelo culpándola de todo lo que le pasaba, la culpó de embarazarse, de casarse, y ahora con un nuevo embarazo que él no pensaba soportar… hasta la culpó de embarazarse a posta para retenerlo a su lado, porque una pobre… - carraspeó – no voy a repetir algo tan ofensivo tanto por su raza como por su condición de dama y no es algo que tus oídos tengan que soportar…, la golpeó, la lanzó contra el suelo, intenté ayudarla pero me dio un fuerte puñetazo en la cara y fue suficiente para dejarme tendido en el suelo con un dolor insoportable… y solo oír como mi madre suplicaba por el bebé no nato… la luz del sol nos hizo reaccionar a los dos de que había amanecido y sobrevivimos a esa pesadilla… - frunciendo los labios – papá estaba inconsciente sentado en la mesa apestando a alcohol y con una nueva botella en los brazos… mientras mamá limpiaba la sangre de su aborto que había por todo el suelo, las lágrimas se mezclaban con la sangre de su rostro marcado por los golpes, la ayudé a recoger el estropicio de algunos vasos rotos, la tarta y lo que había, su esposo John había asesinado a mi futuro hermano o hermana – Charlie cubría su boca con una de sus manos horrorizada – te dije al principio de la historia que aquello aún no era terrible para nosotros, te das cuenta ahora de esta deplorable realidad… todo fue en este mismo salón, antes esto era el comedor, solo que no teníamos tantos muebles como ahora… al llegar la tarde él se fue de nuevo y al caer la noche, mamá y yo le dimos entierro al bebé… cavamos en la parte de atrás de la casa, a los pies del árbol y mamá mencionó que ese bebé no se merecía eso… que de ahora en adelante sería más cuidadosa cuando papá la reclamara…

-¡Pero no era culpa de ella…! – reclamó la chica y él la miró tranquilamente.

-¡Pero no era culpa de ella…! – reclamó la chica y él la miró tranquilamente

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La Parca de Wendigo (Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora