Capítulo 60.- Seré como un ratón:

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-Aunque... - soltó el locutor riendo entre dientes y pensativo - no es mala oferta ese sacrificio de redención - recibiendo una mirada asesina por parte de la chica - pero voy a tener que rechazarla, si es que tú estás en contra tesoro mío... jajaja...

-Estoy muy en contra - respondió la chica con disgusto - y lo sabes

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-Estoy muy en contra - respondió la chica con disgusto - y lo sabes...

-¿Segura...? - respondió Alastor - mira que es voluntario... yo no lo obligo...

-Lo diré de este modo... - caminando hacía el locutor - si aceptas su "oferta", vas a estar obligado a aceptar mi contra oferta sobre no lastimar a los amigos... y mira por donde estamos en la ciudad y el juzgado no está lejos... - viendo al locutor abrir los ojos como platos en una fracción de segundos.

-Pensándolo mejor... creo que esa redención no lo vale tanto... Bax... mi amigo - acercándose con las muletas sonriendo al chico - no exageres... a mi ya se me olvidó... ya sabes lo que dicen, que el pasado sea olvidado y el futuro esperado... somos amigos y los amigos no pueden estar de morros tanto tiempo...

-Oh que terrible - dijo el científico - va a torturarme lentamente...- arrodillándose - por favor señor le suplico su perdón...

-Baxter... - interrumpió la chica - ponte de pie... a Alastor no le importa, y no va a hacerté nada...

-Si es así... - respondió el chico - entonces ese no es el señor Alastor... ¿que han hecho con mi maestro...! - Alastor rodó los ojos.

-Bax... es en serio... te pido perdón por dispararte...

-No... - dijo el chico cogiendo otro escalpelo como defensa - a mi no me engañan... el señor Alastor jamás diría eso... el vendría por mi sangre, usaria su vudú para ajustar cuentas... es perverso y rencoroso... - haciendo que la chica vea al locutor con extrañeza.

-Debo pensar que Ángel tenía razón al decir que no te conozco bien y que le haces maldades a los demás a mis espaldas...

-No... - respondió Alastor, mirando al chico y acercándose - baja el maldito cuchillo - quitándoselo de las manos en un movimiento agil - y presta atención - sujetando al chico del cuello con una mano - pequeño renacuajo...

-¡Al...! - reprendió ella al verlo sujetar al científico del cuello.

-Acaso no ves - continuó el locutor sin darle importancia a que lo reprendiera - que me estás dejando mal frente a la dama... y si te lastimo ella me lo hará pagar y no estoy en condiciones de poner resistencia... - el chico lanzó una vista a su alrededor.

La Parca de Wendigo (Hazbin Hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora