2: About You.

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Hola de nuevo, esperaba subirlo para el aniversario de Stray Kids, pero estoy enferma jsjs así que no podía hacer mucho, pero aqui está así que espero les guste

ADVERTENCIA: Mención implícita de autolesiones (MUY BREVE Y EN PERSONAJE SECUNDARIO), otro ataque de pánico pero leve, para que lo tengan presente

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"Aguanta y espera, que encontraremos el camino de vuelta al final, ¿crees que me he olvidado de ti?" -The 1975.

...

—Me moriría sin ti, Minho.

—Eso algo para decir.

—No, en serio, si un día te pierdo, creo que me mataría.

Minho aún recuerda la cantidad de veces que repetía esa misma declaración con tanto fervor y desesperación que el joven bailarín comenzó a preocuparse de realmente ser la única razón por la que Dylan Thompson no se había suicidado.

Se quedó contemplando su reflejo con detalle, la sudadera amarilla siendo sostenida en su mano mientras veía fijamente el logo deslavado de aquella playera negra que ha usado tanto que comenzaba a despintarse.

Culpa, vergüenza, arrepentimiento, sabía que no había ido a buscarlo simplemente porque Micaela lo corrió del hospital apenas llegó a Urgencias en cuanto Minho llamó; sabía que no lo llamaba porque el bailarín no quería lidiar con la culpa de haberlo dejado, preguntándose si sus episodios depresivos empeoraron, si las pesadillas lo atormentaban durante la noche, si se sentía solo y volvió a autolesionarse.

— ¡Fue un accidente, Micaela, no necesitas llamar a la policía!

— ¡Te rompió la maldita pierna, Minho!

Sacudió la cabeza, repitiendo que fue un accidente; Dylan intentó sujetarlo cuando Minho terminó con él, las escaleras estaban muy cerca, su pie resbaló y cayó. Fue cosa de la gravedad, la física haciendo su trabajo, pero Minho se negaba a pensar en ese día donde veía a Dylan en la cima de la escalera mirándolo sin correr a auxiliarlo.

Suspirando con fastidio, se apresuró a colocarse la sudadera, siendo tragado de inmediato por la confortante tela amarilla que le envolvía por completo; apartó bruscamente la mirada del idiota en el reflejo que seguía culpándose por algo que no era su responsabilidad. Minho no tenía por qué salvarlo de su depresión, no era responsable de las decisiones que Dylan tomara, era injusto que le echaran encima semejante carga, debió hacerle caso a Micaela cuando le advirtió que eso no era romántico, ni siquiera si el chico lo convertía en cientos de pinturas.

Tomó su equipaje de mano que descansaba al pie de la que había sido su cama, tomándose un momento para mirar la habitación que ocupó durante años; era pequeña, la mitad de su habitación en Corea, las paredes eran azules y las cortinas que nunca cambió eran de un amarillo pálido horrible, Micaela solía decir que parecía vestido de vieja colgado; los libreros ya no tenían nada, las luces de hada estaban colgando sobre la cabecera y la pequeña maceta que Minho luchó por cuidar yacía seca sobre el pequeño escritorio.

—Éste es mi nuevo grupo favorito—declaró Micaela, dejándose caer sobre Minho en su cama—El bajito de cabello negro es mi futuro marido.

— ¿Sabe tu futuro esposo que planeas dejarlo por él?

— ¡Claro que lo sabe! Le gustó también.

Salió a la sala de estar encontrándose con su mejor amiga, la misma chica que arrojó su teléfono como si de una serpiente se tratara cuando Minho soltó el llanto al verlo en la pantalla; quien condujo todos los días sin falta para llevarlo a su fisioterapia, quien se metió a su cama para abrazarlo cuando Minho lloraba por el estrés de amar a Dylan.

El Favorito de Apolo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora