El Favorito de Apolo.

64: The Principal.

Saben? No creo que Red Moon siga las normas de una agencia correcta, la ley del trabajador tiene mucho que decir al respecto pero bueno aquí andamos 

 otra actualización porque así lidio yo con mis traumas JAJASJS escribiendo de forma frenética e ignorando el mundo

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"Lo único que quieres es dinero y publicidad jodiendo nuestros sueños y eso no está bien." -Melanie Martinez.

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En los últimos años, Red Moon prácticamente se había memorizado en su cerebro de la misma manera en la que recordaba su nombre y su cumpleaños. Era capaz de recordar de memoria cuántos estudios había y en qué piso se encontraban, la cantidad de trabajadores en el edificio, algunos de sus nombres y qué hacían por la empresa.

Y, aún así, sentía extraño que los citaran en la sala de conferencias que se encontraba en el sótano y no la que solían usar en el quinto piso. Changbin mantenía a Felix sujeto de la mano y no lo había soltado desde que un par de guardias en compañía de Moonbyul los había sacado del apartamento, sus manos parecían soldadas juntas, y apesar de que seguramente sus palmas ya se encontraban sudadas, Felix no hacía el intento de soltar su fuero agarre.

Hablaban poco o casi nada, tan sólo entrando en silencio a la sala, dudando sobre sus pasos cuando notaron que había poco más de doce lugares en la mesa ovalada que abarcaba todo el lugar. Es claro que aquella sala se usaba para discusiones serias, en especial porque las paredes parecían ser más oscuras y en esta ocasión había un telón para proyección al fondo y una pequeña mesita con una cafetera que se veía costosa.

Dirigió a Felix a una de las sillas que estaban lejos de la entrada, notando que Moonbyul volvía a salir y los dejaba solos en el escalofriante silencio de aquel frío lugar. Changbin movió un poco su silla para poder sentarse más cerca de Felix, llevando sus manos a su regazo y pasando el pulgar por sus nudillos, de vez en cuando tocando la piedra que tanto problema les había causado.

— ¿Quieres un café? —preguntó Felix en voz baja, inclinándose hacia él hasta que largos mechones de cabello rubio acariciaron su mejilla.

—No, estoy bien—lo tranquilizó con una pequeña sonrisa ladeada, ganándose un mohín de Felix—. ¿Quieres tú uno?

—No, es sólo que no me gusta verte así.

—Estoy bien, Fairy—lo tranquilizó intentando mantener una expresión tranquila ante los enormes ojos brillantes que le miraban con preocupación—. Sólo quiero poder respirar sin sentir que tengo una diana dibujada en la espalda.

—Tú y yo, Banshee—Felix se inclinó a besar su mejilla, suspirando mientras colocaba su cabeza sobre su hombro—. Aún podemos irnos a Australia si quieres.

Changbin sonrió ladinamente, dándole un ligero apretón a su mano antes de que ambos se quedaran en silencio de nuevo sin ninguna intención de romperlo, se sentían como en la celda antes de la ejecución y cualquier cosa que dijeran podría ser utilizada para herirlos. No se sentían a salvo en aquel lugar así que preferían no hacer ruido.

Hwasa fue la segunda en llegar seguida de Chan y Jeongin, éste último usaba una mascarilla y unos enormes lentes oscuros que le cubría todo el rostro, Changbin adivinaba que era para disimular los golpes del asalto que había recibido con Seungmin, aunque ver los nudillos enrojecidos de su hermano lo hizo fruncir el ceño, confundido.

Chan solía ser protector con ellos porque era el mayor, además que en los últimos años habían pasado tantas cosas que tomó por naturaleza ese papel, aunque si le preguntan a Changbin dirá que siempre lo ha sido, tiene una debilidad para cuidar a las personas, protegerlas, incluso si no se lo merece.