24: Suburbia.

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ADVERTENCIA: SE HACE MENCIÓN DE PROBLEMA CON NARCÓTICOS EN UN MENOR DE EDAD, NO ES PROFUNDO, NO SE DAN MUCHOS DETALLES, PERO SE MENCIONA Y SE TRATA EN LA PRIMERA PARTE DEL CAPÍTULO PARA QUE LO TENGAN EN CUENTA !!!!

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"No puedo evitarlo, pero me siento como que he perdido lo que es mío." -Troye Sivan.

...

El cielo estaba tiñéndose de naranja, Jisung pronto tendría que volver a casa antes de que su madre volviera a molestarse con él por llegar tan tarde. Le había enviado un mensaje diciendo que iría con Changbin al puerto a pasar el rato, pero sabía que para ella eso equivaldría a un par de horas, Jisung tendría que estar en casa antes del anochecer.

Una parte de él quería preguntarle a su amigo si podía quedarse a dormir en su casa; la señora Bang tenía una casa muy grande con un fabuloso jardín, siempre estaba feliz de recibir a Jisung, alegando que a veces se sentía muy solitario cuando sólo eran ella y Changbin, sin embargo la mamá de Jisung consideraba una falta de educación que se presentará en una casa con tan poca antelación en el aviso. Él tenía un lugar al cual volver al anochecer, no debía quedarse a dormir con desconocidos todo el tiempo.

Suspiró débilmente; había decidido pasar el rato con su mejor amigo porque tenía algo que contarle, Jisung ya no sentía que pudiera lidiar más con ello en completo silencio, pero no era fácil de decir, las palabras aglomerandose en la boca de su estómago al punto de sofocarlo y que fuera difícil respirar.

—Ten, te dejé sólo las rojas—anunció Changbin, regresandole el paquete de gomitas que habían comprado en el camino—Aunque creo que hay un par de amarillas por ahí.

Jisung sonrió, tomando con manos temblorosas el paquete y acunándolo en el regazo.

Miró hacia el frente de nuevo, ignorando abiertamente las gomitas que esperaban por él; el océano se extendía hasta el horizonte, tocándose con el cielo, haciendo que Jisung pensara si esa era la razón por la que creyeron durante mucho tiempo que la tierra era plana, imaginándose que caía por el borde y descubría que le esperaban monstruos o alguna otra cosa sacada de las fantasías de los viajeros.

El paseo marítimo era su lugar favorito para estar, ambos chicos se encontraban imaginando cómo serían sus vidas cuando se convirtieran en súper estrellas, construían escenarios en las nubes, sus corazones sanaban con la idea de llegar tan lejos que Bussan sólo sería el punto de partida en el mapa de sus vidas.

Pero en las últimas semanas Jisung estaba volviéndose loco, sintiendo que sin importar cuánto corriera nunca saldría de ahí, que tenía un par de grilletes alrededor de los tobillos y lo mantenían prisionero del lugar que tanto anhelaba escapar. El ruido en su cabeza tan desordenado, su corazón corriendo una embravecida carrera al punto de que cada noche sentía que iba a explotar y eso, de alguna manera, lo llevaba a tomar decisiones que sabía eran incorrectas.

No tenía que hacerlo, él lo sabía, pero cada tres noches salía a hurtadillas de su habitación para hacerlo, susurrando que lo hacía porque estaba cansado y de verdad necesitaba dormir pero su cerebro no se callaba y se encontraba dando vueltas y vueltas por la cama en espera de que Morfeo se apiadara de él y le diera paz.

—Hyung, ¿puedo preguntarte algo? —preguntó en voz baja sin dejar de ver al frente, atrayendo la atención de Changbin.

—Seguro, Sungie, ¿qué es?

El pelinegro abrió la boca pero sólo volvió a cerrarla, repitiendo la acción un par de veces lo que le hizo lucir como un pescado fuera del agua. Changbin lo miró con curiosidad, esperando, sabía que había momentos donde no podía presionar a Jisung sino tenerle paciencia, su amigo era una personita bastante especial en más de un sentido, desde su talento hasta las pequeñas particularidades que alguien podría juzgar, pero Changbin entendía.

El Favorito de Apolo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora