61: Don't Blame Me I.

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Vamos a pasar corajes así que hágase su té de tila y relájese, que a veces uno no puede darse el lujo de que se le suba la presión jsjsjs

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"Cariño, por ti podría caer de la gracia sólo para tocar tu cara." -Taylor Swift.

...

Minho suspiró, pasándose la toalla por el rostro mientras miraba atentamente su reflejo en las puertas del ascensor en espera de que éstas se abrieran en su piso.

Había ido al gimnasio del hotel para hacer algo de ejercicio, principalmente porque su pierna aún tenía fisioterapia y había prometido ceñirse a su rutina si no quería que volvieran a prohibirle bailar, por lo que le fué fácil subir al gimnasio poco después de desayunar y asegurarse que Felix estaría bien si se quedaba solo un rato.

Es claro que el día se le había pasado volando, ya era muy entrada la tarde cuando dejó de hacer ejercicio, dándose cuenta que no había comido nada en horas. Suspiró, agotado, agradeciendo cuando las puertas se abrieron en su piso, deseando poder meterse a la ducha cuanto antes, ponerse ropa que no apestara a sudor y poder llevar a Felix a conocer un poco la ciudad ya que dudaba que hubiera salido a turistear el día anterior.

Caminó por el pasillo, pensativo, sintiendo que su ceño se fruncía cuando notó que junto a la puerta de su habitación se encontraban los guardaespaldas que había contratado para Jisung en Corea. Se encontró a sí mismo acelerando el paso, recibiendo un pequeño asentimiento de los tres hombres como si no pasara nada, sentía el corazón en la garganta cuando colocó su tarjeta de acceso en la puerta, temiendo de lo que fuera encontrar al otro lado.

Jisung había dicho que llegaría tarde, tenía entrevistas y promociones para grabar y eso les consumía todo el día, además que Minho ya había notado que Jisung siempre llegaba cansado de la agencia, cayendo dormido poco después de salir de la ducha. Aún no eran ni las 4 como para que Jisung ya estuviera de regreso, ¿se le olvidaría algo?

Lo primero que le recibió al entrar fueron un par de pantalones siendo arrojados a la cama antes de que Jisung saliera corriendo del baño con su pequeño neceser lleno hasta tope. Sólo entonces Minho notó las valijas que Jisung intentaba llenar con su ropa encima de la cama, importándole poco si era suya o la de Minho, y el bailarín no tenía problema pues sabía que al final usarían las camisetas del otro.

Pero el detalle era ese, ¿por qué Jisung estaba empacando?

— ¿Hannie?

Su voz resonó en la habitación, deteniendo el remolino que era Jisung corriendo por todas partes, mirando a Minho con enormes ojos brillantes y el entrecejo fruncido.

— ¡Hyung!

Jisung dejó caer la pila de ropa que cargaba al suelo y se arrojó a los brazos de Minho sin pensarlo, pasando sus manos ansiosas por todo su cuerpo como si intentara asegurarse de que estaba bien y el bailarín se preocupó un poco debido a su manera frenética de tocarlo y los ligeros temblores que sacudían sus dedos.

—Me preguntaba dónde estarías—susurró Jisung, envolviendo con ambos brazos el cuello de Minho y presionó su nariz contra su mejilla—. Estaba preocupado.

Minho frunció el ceño, sus propios brazos envolviendo la cintura de Jisung y apretándole con algo de fuerza contra su pecho, permitiendo que el menor comenzara a acompasar sus respiraciones para tranquilizarse. Se guardó sus quejas sobre lo sudado que se encontraba, sabiendo que esas cosas no le importaban a Jisung.

— ¿Sucedió algo? —preguntó Minho mirando a su alrededor.

Las maletas estaban casi llenas, Jisung tenía su pasaporte y VISA listas en la mesilla de noche junto a su teléfono y los audífonos, parecía dispuesto a salir en cuando le dieran la indicación y eso sólo hizo que la ansiedad comenzara a hormiguear bajo la piel de Minho de forma nada grata, ¿qué estaba pasando?

El Favorito de Apolo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora