29: Say You Won't Let Go.

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Este capítulo está basado en el mismo día que el cap anterior, o sea que mientras el Minsung pasaba el rato en su cita y peleaba, esto sucedía

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"Sé que te necesitaba, pero nunca lo demostré. Pero quiero estar contigo hasta que seamos viejos y canosos." -James Arthur.

...

Cuando el último de los platos estuvo colocado en su lugar, Hyunjin caminó tentativamente hacia la entrada de la cocina, recargándose en el marco sólo para ver a Seungmin sentado en el alféizar de su ventana con un par de documentos en sus manos; sus gafas descansaban en la punta de su nariz, su cabello se encontraba un poco crespo después de su ducha y la sudadera gris de Hyunjin caía de manera delicada por su hombro hasta descansar colgando sobre el doblez de su codo.

Hyunjin suspiró, cruzándose de brazos mientras recargaba la cabeza contra el marco de la puerta. Era bastante tarde, apenas podía distinguir estrellas en el exterior debido a la ligera llovizna que caía, pero Seungmin aún se veía como el conjunto de todas las cosas que amó en algún momento, haciéndolas suyas de tal manera que Hyunjin se dijo que no volvería a mirar a otro lado.

Y, ciertamente, no lo había hecho. Nunca miró a nadie más que no fuera Seungmin desde el momento en que su risa cantó en su corazón porque era así de simple; su madre le dijo que a veces sólo lo sabías y entonces los rostros de las personas a tu alrededor se vuelve rastros borrosos de entes sin personalidad porque lo único que tiene sentido es quien va de tu mano.

Pensando en ello en ese momento, Hyunjin quería echarse a llorar y preguntar en qué momento se distrajo del panorama.

Era confuso porque ahí, justo en esa habitación, Seungmin era todo lo que podía mirar, sentado en su sala de estar haciendo suyo todo lo que le rodeaba, las cosas que Hyunjin quiso para decorar su hogar conformándolo en cada una de sus partes, y parecía ser el centro de todo como lo fue desde el primer momento en el que lo supo pero, al mismo tiempo, comenzaba a sentir que los bordes se estaban difuminando, haciéndose menos nítidos y provocando que el corazón de Hyunjin tartamudeara en su pecho.

— ¿Quieres salir a dar un paseo?

Su voz sonó por todo el lugar, para Hyunjin se sintió como un grito desesperado, suplicando que las cosas volvieran a ser claras, mientras que para Seungmin sólo fue un suave llamado que lo hizo alzar la cabeza en su dirección, parpadeando confundido.

— ¿De la nada? —cuestionó, mirando hacia la ventana y de vuelta a Hyunjin— ¿Estás seguro?

—Sí, podemos caminar un momento por el parque, ¿qué dices?

—De acuerdo—asintió Seungmin con un ligero encogimiento de hombros, dejando a un lado sus documentos e incorporándose con pereza— ¿Quieres que vaya por la correa de Kkami?

—Oh, pensaba más en sólo nosotros—confesó el pelinegro, tomando a Seungmin de la cintura una vez que estuvo frente a él—Además, no quiero que Kkami se moje, e incluso si intento hacerle salir con este clima, es probable que no pasemos de la puerta.

Seungmin se rió, divertido, sus brazos ocupando su lugar sobre los hombros de Hyunjin mientras éste le sonreía y colocaba sus frentes juntas; sin alejarse ni un centímetro, Seungmin pudo sentir al mayor comenzar a balancearlos levemente tarareando alguna cancioncilla que se le quedó en la cabeza después de apagar la radio, manteniendo un lento baile que ni siquiera podría considerarse uno.

—Ponte otro suéter—susurró Seungmin, su nariz frotando la de su novio—Te vuelves quejoso cuando tienes frío y luego quieres que te caliente las manos.

El Favorito de Apolo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora