El Favorito de Apolo.

23: Lost Me.

He de confesar que la parte de Jisung la escribí, más que nada, escuchando Last Time de Taylor así que no se sorprendan si parece divagar en muchos sentidos.

Por cierto, hoy al fin fue WAAAAAAR IS OOOOVEEEEEEER, Channie hizo Live y Lee Know mandó mensae, lloré como perra loca, no me los vuelvan a quitar, por favor TT-TT

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"Todo lo que siento en mi corazón, quiero decirlo a ti que estás a mi lado, ¿me entenderías?" -Stray Kids.

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El otoño traía consigo días nublados mientras el clima iba refrescando poco a poco. Las nubes dejaban de tener formas esponjosas de algodón y se asemejaban más a manchones grises amontonados en el lienzo que te impedía saber con exactitud la hora exacta del día ya que el sol era ocultado por ellas.

En realidad, el clima no parecía muy diferente al de Nueva York, si acaso sólo más húmedo de lo acostumbrado, así que Minho no sentía que el cambio de estaciones fuera la gran cosa si se daba a lo largo de todo el mundo. Claro que variaba según la altitud al nivel del mar y Corea del Sur era un país medianamente costero a comparación de Nueva York pero, si le preguntaban a Minho, era más de lo mismo.

Tráfico, rascacielos, luces neón y, sobre todo, cámaras por todos lados.

Siendo honestos, Minho aún no era consciente de lo que significaba que tu nombre estuviera al alcance de todos, que bastaba buscarlo en internet para que el mundo entero supiera cada pequeña cosa de ti hasta el punto en que podrían decir que eran amigos cercanos y, aún así, no conocerlo; Podrían saber qué día era su cumpleaños, pero seguramente desconocían que Minho dormía del lado de la pared.

En Estados Unidos fue bastante fácil lidiar con ello ya que Minho asumió que su presunta fama se debía, más que nada, a los amigos que frecuentaba. Es bastante obvio que las personas le darían más importancia a un jugador de la NFL y a su novia, la actriz que todos desean llevarse a la cama, que a un bailarín de ballet que parecía el mejor amigo de ambos. Lidió con rumores, comentarios despectivos hacia su trabajo, su nacionalidad, su sexualidad. Apretó los dientes, se sujetó bien las zapatillas y sonrió a las cámaras que lo capturaban por todas partes.

Ahora bien, regresar a Corea parecía comenzar de nuevo pero para peor. Minho no se consideraba el hombre más famoso del mundo, podía asegurar que bastantes ídolos y actores tenían mucho más alcance que él respecto a las audiencias, no obstante cayó de bruces a ese peligroso juego de atrapadas entre la prensa y la celebridad cuando el tablón de noticieros fue decorado con su cara y Han Jisung en el aeropuerto.

Tamborileaba con las uñas sobre la mesa mientras bebía café helado y a su lado descansaba una rebanada de pastel de queso; no llovía, lo que le facilitó sentarse en una de las mesas al aire libre de aquel local, mirando a través de sus lentes negros el lugar de en frente, otra cafetería de aspecto vintage con paredes rosadas y plantas colgando por todos lados. Era casi tan pintoresca que donde estaba Minho.

—Cuando llamaste preguntando si podíamos vernos, pensaba en otra cosa.

Minho miró hacia el asiento frente a él, encontrando a un apuesto hombre de espalda ancha con el cabello oscuro y la línea en medio; usaba unos lentes oscuros al igual que Minho, una chaqueta de mezclilla sobre una sudadera verde y su sonrisa seguía luciendo como si compartiera un chiste privado sólo para resultar que la broma eras tú.

Frente a él había una taza humeante de café junto a una rebanada de pastel de fresas. Minho podía ver la sortija dorada que decoraba su dedo anular brillando bajo la mortecina luz de un día nublado.