El Favorito de Apolo.

8: One Day the Butterflies...

Holi, aquí entre nos he estado muy distraída y bloqueada, he preferido estar leyendo (te culpo, saga Green Creek por lo que me haces) pero he intentando escribir así que no sé si la idea que quise expresar esté muy bien desarrollada, borré como 3 veces el capítulo antes de dejarlo como está ;-;

Por cierto, viendo un chisme que pasó en twitter me entró en duda, ¿ustedes que harían si me funan? jsjsjs que ya me quemo yo sola en internet. Personalmente yo diría "jaja, hay un post mío que ya lo dijo" pero idk, me dio curiosidad

ADVERTENCIA: SE HACE MENCIÓN/ALUSIÓN A ABUSOS FÍSICOS

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"Odio decir 'te lo dije', pero mira cómo se ven los moretones." -Brig Me The Horizon ft Amy Lee.

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El blanco era un color tan molesto; brillaba de forma incandescente, se manchaba con la más mínima cosa y arruinaba el color, parecía ser asociado con la perfección y, de alguna manera, siempre estaba ligado con la medicina, haciendo que Jisung se preguntara por qué la profesión que atendía sangre y sinfín de fluidos corporales usarían una bata por completo blanca en el área de trabajo.

Al menos los pijamas quirúrgicos eran azules.

Se encontraba sentado en el área de espera del hospital de Seúl, tres pisos por encima de donde se encontraba Charlotte; el área de consulta estaba en los últimos pisos porque, en apariencia, las emergencias y pacientes graves eran bastante prioridad así que ocupaban los primeros pisos, Jisung no tenía problema siempre y cuando el ascensor siguiera funcionando, además que Moonbyul prometió que irían a ver a Charlotte una vez que su consulta hubiera terminado.

Eran las siete de la mañana, Jisung estaba adormilado con la cabeza echada hacia atrás en su asiento. Ni siquiera un televisor, nada, que le distrajera de su miseria. En urgencias tenían una pantalla en la sala de espera con los noticieros o, si veían muchos niños, las caricaturas, ¿por qué la sala de consulta era tan diferente? No haría mal que les pusieran mínimo las noticias o un partido.

No había silencio, claro que no, había infinidad de conversaciones a su alrededor, el golpeteo de pies por el pasillo de azulejo, algunos llantos que escalaban de la parte baja por niños que estaban siendo atendidos, estornudos constantes o gruñidos por una molestia. Y aun así resultaba abrumador, como si esos sonidos no contaran y, para Jisung, fueran en total silencio.

—La enfermera en recepción parecía conocerte—susurró Moonbyul de manera distraída.

Jisung la miró; él estaba desparramado en su asiento, sentenciando que se había derretido del aburrimiento, pero Moonbyul estaba sentada a su lado con la espalda tan recta que le dolía al menor de solo verla. Usaba una gorra negra calada hasta las cejas, hacía juego con su sudadera de capucha y sus pantalones de chándal, y su cabello platinado caía como dos cortinas por su rostro. Miraba con atención hacia su teléfono, difícil saber si se trataba de cosas personales o del trabajo.

— ¿La enfermera Kim?—preguntó Jisung—Me la encontraba cuando visitaba a Charlotte y a veces conversábamos.

Prácticamente no era mentira, Jisung se hizo cercano a la señora Kim gracias a sus visitas constantes a Charlotte, así que no debería sentir la culpa que le revolvía el estómago al omitir la verdadera razón de cómo conoció a la enfermera Kim.

—Mmm, respondiste rápido—tarareó Moonbyul sin alzar la cabeza—Sabes que no voy a enojarme contigo, ¿verdad?

—No entiendo por qué lo harías—se rió nerviosamente el rubio, incorporándose—Sólo hacía conversación con ella, me aseguré de mantener la parte del ídolo famoso oculta.