En el siglo XIX las leyendas de los inmortales se escuchaba por cada rincón de la tierra. Los nacidos del legado de Cazadores debían salir en busca de aquellas criaturas que vivían de la sangre humana. Cada noche de luna llena los vampiros recorrían...
Taehyung y Jungkook continuaron el camino señalado por el vampiro. Telepáticamente sentía que su hermano se encontraba por esa dirección que iban siguiendo. Mientras que los otros cuatro continuaban avanzando por los diferentes senderos para llegar a la Montaña Aguamarina. Jimin sabía que su hermano y Tae les pisaban los talones, tal vez sólo se encontraban a un día de distancia o menos.
Mientras en las tierras de Antíope, Seokjin y Namjoon se encontraban en unos manantiales que quedaban detrás de su castillo. El vampiro estaba disfrutando de la compañía de su protector, ahora que mantenían una relación más íntima.
—Mh, ngh— las manos de Nam tenían aferrado a Jin a su cuerpo mientras se devoraban a besos. El mortal estaba perdido en ese hermoso ser—. Auch.
Jin sonrió después de darle una pequeña mordida en el labio, la sangre comenzó a salir en pequeñas gotitas. Seokjin pasó su lengua para secarlo y probar de esa rica y gruesa sangre, tan rica y gruesa como la tenía el mortal.
—¡¡Ahh!!— Seokjin estaba sobre Namjoon sintiendo como el duro falo de éste se deslizaba por su interior—. ¡¡Haa!!.
Nam besaba la fría piel del vampiro mientras movía sus caderas con fuerza embistiendo a Jin. Ambos se perdían entre la lujuria y el placer que se sentía bajo el agua, las manos del mortal bajaban por ese perfecto cuerpo hasta llegar al culo de éste.
—¡Ah!. ¡Ahh!. ¡Hah!.
Seokjin se sentía perdido en los brazos de aquel hombre. Jamás se imaginó que podría tener sexo a destajo con un mortal, daba lo mismo si era hombre o mujer. A sus hijos los dejaba libres para que cogieran con humanas, pero él no podía porque según pasaba por encima de todas sus creencias. Pero ahí estaba tragándose las palabras y algo más, disfrutando del destino y tener a alguien que le importara aparte de sus dos hijos.
—Eres tan hermoso, perfecto— le decía Namjoon disfrutando todo.
Seokjin lo miró con esos profundos ojos que cambiaban a carmín, a Nam le volvía loco ver esa mirada provocadora.
—Tú también eres el hombre perfecto, un mortal que me atrapó por completo— le dijo Seokjin acercándose a sus labios—. ¿Te quedarías conmigo para siempre?.
Aquella proposición hizo un clic en la mente de Namjoon, el mortal sabía que Jin se refería a transformarlo en vampiro. Estaba claro que Taehyung estaba enamorado de Jungkook, y él no regresaría a casa sin su hijo. Supuso que ahora su nueva vida comenzaba.
—Me quedaré contigo siempre— le respondió Namjoon con la certeza que Tae estaría feliz.
Aquella respuesta fue del agrado del vampiro que no dudó en comerse nuevamente esos ricos labios. Nam gozaba metiendo y sacando su falo por ese húmedo agujero mientras le apretaba las nalgas con fuerza. Sus cuerpos seguían fundidos como si el tiempo se olvidara en ellos y toda preocupación o miedo pasaba a segundo plano.
—¡¡Ahh!!— Seokjin se sostuvo firme de aquellos fornidos hombros y eyaculó bajo el agua. Namjoon le apretó el culo dejando salir su semen dentro.
Jin tomó el rostro de Nam y le dio un tierno beso. De pronto escucharon la voz de un vampiro.
—¡Señor!— el subordinado se dio cuenta de la situación—. Mis disculpas— dijo completamente sonrojado—. Artemis me pidió que fuesen con urgencia.
Seokjin sólo asintió, el subordinado quería enterrarse ahí mismo, se alejó rápidamente para darles espacio a la parejita. Namjoon y Seokjin se quedaron mirando, salieron del manantial y se vistieron rápidamente.
—¿Qué crees que quiera Artemis?— le preguntó Nam mientras caminaban de regreso al castillo. Su paso era apresurado.
—Supongo que nos dirá algo de los chicos, espero esté todo bien— dijo Jin pensando en Jimin y Jungkook.
Para Namjoon no era diferente pues su único hijo y los hijos de su hermano también estaban en aquella misión. Si algo les pasaba Joon no se lo perdonaría. Llegaron al salón de cristal, al entrar Artemis los estaba esperando.
—Por tu cara no parece ser bueno— le dijo Seokjin mirando a la Oráculo.
—Supongo que como hay varios futuros también las visiones suelen alterarse. Los Indeseados se moverán ahora, sus tropas se alistan para salir a atacarnos— les dijo Artemis.
—¿Qué has visto de los chicos?— le preguntó Namjoon con preocupación.
—Su camino se ha visto golpeado por varias situaciones que los han llevado a tomar fuertes decisiones. Pero su dirección se mantiene bien, sin embargo es posible que al tener la quinta espada su destino sea diferente.
—Tus palabras no son claras— dijo algo irritado Seokjin—. Dinos que está ocurriendo.
—Hoseok murió— les dijo Artemis, los otros dos quedaron helados—. Pero Shin lo trajo de regreso como un inmortal.
Namjoon quedó con la quijada en el piso, y antes que dijese algo la Oráculo continuó.
—Cuando tengan la quinta espada no tendrán tiempo de regresar a Antíope, ellos mismo irán al abismo para matar a Siron— les dijo la mujer—. Es una decisión que ellos tomarán y en todos los futuros se ve que sucede.
—Dime que es eso que Hoseok es vampiro— le dijo Namjoon preocupado por su sobrino.
—Fue la forma que Shin vio de salvarle la vida, y los príncipes también lo tienen considerado— les advirtió Artemis haciendo referencia a convertirse en inmortales.
Nam se quedó en silencio, no podía decir nada ante algo que él mismo había pensado y más ahora que se lo prometió a Seokjin.
—Bien, no tenemos tiempo de hablar más— dijo Jin—. Sabemos que los chicos estarán bien, saben lo que hacen. Tenemos que preparar a todos para la guerra, debemos resistir hasta que los nuestros hijos maten a Siron.
Artemis no dijo nada pues las piezas ya se movían en el tablero y sólo les quedaba confiar en los más jóvenes. Seokjin y Namjoon salieron del lugar y se dirigieron al salón real, debían hacer una reunión urgente con los capitanes de todas las legiones. La guerra los había alcanzado y debían darse prisa.
—Jin— le dijo Nam tomando de un brazo al vampiro para que se detuviera—. Salvaremos al pueblo.
El inmortal no dijo nada y sólo se aferró a sus brazos en un fuerte abrazo.
—Quisiera desaparecer, pero mi gente me necesita. Mí corazón estaría destruído si no te tuviera aquí, tú y los Caballeros Licanos han hecho la diferencia— le dijo Seokjin.
Namjoon buscó sus labios y le dio un suave beso. Luego siguieron al salón real, Seokjin avisó a su Guardia Real que necesitaba reunirlos a todos con urgencia.
Mientras que a lo lejos Jungkook y Taehyung continuaban avanzando a paso rápido por el camino que los acercaba al resto. En su interior Jk se sentía inquieto, era como si supiera que las cosas se iban a poner un tanto malas, la imagen de su padre no dejaba de venirle a la cabeza.
—¿Sucede algo?— le preguntó Taehyung apretando suavemente su mano.
—No lo sé, me siento algo inquieto. Supongo que cuando encontremos a los chicos estaré más tranquilo— le dijo Jungkook para no preocuparlo.
Tae le sonrió y continuaron su camino. Por cada paso que daban se acercaban más a su destino, el mortal al igual que Jk también estaba inquieto pues sabía que algo más les esperaba en esas hostiles tierras.
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