Gallina

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Esas situaciones en dónde pierdes por culpa de tu mala suerte, son sinceramente de las peores. Son una muestra de que el mundo a veces suele ser injusto y horrible. Y con mala suerte, no me refiero a las típicas derrotas, en las cuales pierdes por falta de habilidad pero te excusas tras el argumento de que fue a causa de tu mala suerte, no, me refiero a esas veces en donde tú no puedes hacer nada, en dónde el destino y la suerte son los únicos capaces de definir tu futuro. Y tristemente, este tipo de casos estará relacionado a la historia del día de hoy...

"Marylin... Tú sabes cuál era la apuesta"

Dijo la amiga peli rubia de la chica jactándose de su victoria con una sonrisa de oreja a oreja

"Agh... A veces maldigo mi mala suerte... Y también a los malditos jugadores de Basquetbol por ser tan malos en algunas ocasiones"

Respondió la adolescente frustrada por haber perdido la apuesta, y con ello, unos más que jugosos 50 dólares

"Sí, sí, ahora ya sabes lo que te toca, agradece que no te estemos pidiendo nada de dinero como hiciste tú"

Dijo la chica dándole un par de palmadas sarcásticas a la castaña en la espalda, pues en realidad, poca o nula compasión sentía por ella

"¿No podemos cambiar la apuesta? Es decir... No es que me dé miedo ir a esa fábrica, es solo que... Bueno, prefiero perder un poco del dinero de mi cartera antes que perder horas enteras de mi tiempo"

Pidió Marylin en un intento desesperado por negociar el castigo con su amiguita, pero como era evidente, no funcionó. Aunque bueno, no solo no funcionó, sino que, además, empeoró aún más la situación

"Oh, vamos, Schmitz, no seas gallina"

Y con tales palabras provenientes de su amiga, la castaña perdió por completo la cabeza y quedó completamente cegada por la ira

"¿Cómo... Me has... Llamado?"

Preguntó ella con el tono de voz más grave, profundo, aterrador, diabólico, psicótico, y cualquier otro adjetivo relacionado al terror que os podáis imaginar

"Gal-li-na"

Dijo nuevamente la chica provocando que al final, la joven Schmitz perdiera la cabeza del todo

"¡Gallina tu maldita abuela porque madre no tienes hija de la grandísima puta!"

Gritó Marylin en estado de extrema furia incapaz de controlar sus propias palabras y ni tan siquiera a sí misma. Y tras decir un número de palabrotas mayor al de sus años de vida, consiguió calmarse un poco y aceptar de una vez su destino, debía de ir a aquella fábrica abandonada para así cumplir la parte de su apuesta que había perdido

"Te demostraré que no soy una gallina, pasaré 5 noches en esa fábrica sin problema alguno. Pfff... ¿Animatronicos asesinos que se mueven por las noches? Jajaja, ¡puras patrañas! Y me sorprende que mis padres crean esa clase de cosas, en especial mi padre, que es bastante inteligente y tiene un trabajo muy bien pagado. Pero en fin... Gente vieja, ¿Quién los entiende?"

Terminó por decir la chica aceptando más que nada por su orgullo la apuesta, y decidiendo que la iba a hacer cueste lo que le cueste

"¡Perfecto! Entonces ya sabes, ve a la fábrica abandonada en dónde supuestamente se guardan los robots de los antiguos locales de Candy's, utiliza tu teléfono para tomar fotos y así demostrar que verdaderamente fuiste ahí, y por último, pasa ahí 5 noches seguidas, en las cuales, tendrás que estar desde las 12 de la mañana hasta las 6, ¿Todo claro?"

Resumió la peli rubia para que así, en caso de que su amiga se hubiera olvidado, se acordara de todo lo que tenía que hacer para cumplir su parte del trato

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora