Una familia inestable

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Michael dirigió una mirada pesada y entristecida a su propia casa. El pequeño niño, de tan solo 8 años de edad, detestaba enormemente entrar a su casa. Era de los pocos niños en su salón que disfrutaba más de la propia escuela que de estar en casa. Factor el cual le dio la imagen de un bicho raro frente a sus compañeros, quienes no podían entender como el Afton podía preferir antes la escuela que su propia casa. Sin embargo, dicha imagen que tenían sobre él era debido a que no conocían bien su vida personal. Y desconocían por completo la tensa relación familiar que se estaba viviendo en su casa en ese momento...

"No quiero entrar ahí dentro..."

Se dijo a sí mismo mientras observaba aquella puerta de madera oscura, deseando con todas sus ganas el no tener que verse obligado a entrar ahí. A decir verdad, ese no era el único deseo que tenía el muchacho en ese instante, algunos de los más destacados eran:

Qué su papá deje de beber cerveza

Qué su mamá deje de fumar

Qué sus hermanos no sean más golpeados

Qué su papá pase menos tiempo en el trabajo

Que haya más dinero

E incluso, aunque sonase muy extremo, el infante deseaba poder irse de ahí. Quería marcharse de esa prisión a la cual algunos llamaban "hogar". Deseaba correr, huir de la situación tan sumamente infernal que se estaba viviendo en su hogar. No quería más gritos, no quería más golpes, no quería más violencia... Quería ser feliz, ser como la resta de niños. Deseaba poder salir a la calle, correr cual chiquillo libre, y jugar fútbol con sus amigos. No quería estar en casa, viendo cómo sus padres discuten las 24 horas, insultándose, pegándose... Simplemente no, eso no era una familia, ni siquiera algo remotamente parecido a eso. No era absolutamente nada

"¡William! ¡Deja el pto alcohol y ponte a cargo de tus hijos!"

El grito de enojo y dolor de la mujer traspasó la madera de la puerta, llegando directamente al infante, que pudo escuchar las palabras de su madre de manera tan sumamente clara, que no pudo hacer otra cosa más que cerrar los ojos, humedeciendo estos mismos en señal de que estaba a punto de llorar. Dicha reacción no solo se debía al grito de su madre, sino también porque él ya sabía lo que vendría después... Había vivido tantas veces la misma situación que simplemente ya sabía que iba a pasar...

El ruido de un cristal rompiéndose, seguido por un grito agudo de dolor le hizo entender al chico que la situación ahí dentro no se puso bien para nada. Desesperado por los gritos de dolor y desesperación de su madre, el chico no pudo hacer otra cosa más que alejarse de ahí lo más que pudo, tapándose los oídos para no tener que escuchar a su madre sufrir. Golpes y latigazos, estos últimos posiblemente producidos por algún cinturón, resonaron fuertemente por toda la casa, llegando incluso hasta el patio en dónde se encontraba el pequeño Michael. Indefenso, tirado en la hierba como un perrito hambriento y maltratado, que en esencia, era prácticamente eso. Un pequeño perrito (un niño), maltratado por su dueño (su padre), y tirado en la hierba...

Pero los gritos de su madre no fueron los únicos que se escucharon. Pues los gritos de su hermana pequeña, de apenas un par de meses de nacida tampoco se hicieron esperar. La pequeña Elizabeth gritaba cada vez más fuerte a causa del miedo que sentía en ese momento. Si algo bueno se podía sacar de eso, era que al menos ella no había recibido daños hasta el momento. O al menos así sería hasta que William se hartase de sus lloros y fuese directamente con ella para golpearla, aún siendo una pobre bebé incapaz de hacer algo por defenderse. ¿Pero acaso los gritos de miedo, angustia, desesperación y dolor terminaron ahí? No, por si la situación no se podía poner peor, el hijo mediano de la familia, el pequeño Evan de tan solo 2 a 3 años de edad, se sumó al festival sin control de gritos que comenzaron a escucharse en su "hogar". Michael permaneció ahí, en la hierba. Pese a estar varios metros alejado de su casa, y estar aplastando sus orejas con las manos, el chico continuaba escuchando claramente los gritos de todos sus familiares, todos gritando de dolor y angustia...

Deseoso de acabar con todo ese infierno familiar de una vez por todas, tuvo una idea macabra y retorcida. En su mente trastornada, Michael pensó que sería buena idea terminar con todo ese mal de la manera más fácil: Reduciéndolo a cenizas. Y eso mismo iba a hacer, si no podía salir de ese infierno, lo destruiría. No iba a sufrir toda su vida ahí, estaba decidido a hacerlo. El chico entró a su casa, nadie en su familia se dio cuenta, todos lo pasaron desapercibido a causa de los constantes gritos que pegaban, que los hacían no poder ver más allá del infierno en donde vivían. Aquello fue favorable para el infante, bastante de hecho, y por eso mismo no iba a desaprovechar la oportunidad que se le había concedido... Llegar hasta el cuarto de su padre fue sencillo. Abrir el cajón en dónde el adulto guardaba los tabacos y el mechero fue sencillo. Encender el mechero y lanzarlo contra una de las cortinas inflamables... Fue ABSURDAMENTE fácil. No pasó mucho hasta que toda la casa comenzó a arder en llamas. El infierno metafórico que representaba aquella familia, se había convertido en un infierno más parecidos y fiel al descrito en la Biblia. Y cuando llegaron los bomberos, ya era demasiado tarde: No hubo ningún superviviente, todos los miembros de la familia habían fallecido, absorbidos por las atroces llamas producidas por uno de sus integrantes. La casa quedó hecha escombros, los cuerpos sin vida habían quedado quemados por completo, dejándolos con un color negro cenizo. Al ver que no hubo nada lo cual salvar, los cuerpos policiales y los bomberos no pudieron hacer otra cosa más que retirarse del lugar entristecidos, limitándose a simplemente escribirle un informe policial al asunto

"Fecha: 21/5/19xx

Hora exacta del incendio: 15:37

Descripción: La casa de los Afton fue incendiada hasta los cimientos por causas desconocidas, pero que aparentemente no fueron naturales sino producidas por un medio externo, seguramente por algún pirómano. No hubo supervivientes. Los vecinos notificaron del incendio a las autoridades justo después de ver una luz naranja saliendo de una de las ventanas, acompañada por una larga cortina de humo que salía por las ventanas..."

Era un poco de lo que yacía escrito en aquel informe de la ley...

...

(1983)

"Hey, Andrew, ¿No crees que falta algo?"

Preguntó la asiática de pelo negro dirigiéndose a su amigo peli rubio para hacerle esa pregunta

"¿A qué te refieres?"

Respondió el varón confundido por lo ambigua y extraña que había sido la pregunta de su amiga

"No sé... Siento como si nos faltase algo... ¿No crees que nos iría bien un tercer integrante en nuestro grupo? Ya sabes, formar un trío en vez de un dúo... Pienso yo que sería interesante..."

Explicó la niña haciendo que ahora el chico sí que entendiera su pregunta a la perfección. Y entonces, le dio la respuesta más clara y concisa desde lo más profundo de su alma

"Nah... Un tercer integrante arruinaría nuestra relación amistosa, mejor si nos quedamos solo como dúo"

Respondió Andrew negando la idea de tener un tercer miembro en su grupo, pues lo consideraba algo innecesario y una acción sin sentido alguno

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora