Todos necesitamos un Henry en nuestra vida

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En algún lugar de Estados Unidos, en alguna calle de Hurricane... Hubo una vez una pequeña vivienda en dónde vivía un hombre honrado y trabajador junto a su familia. El hombre, perteneciente al linaje Emily, era una excelente persona llamada Henry Emily, que amaba ayudar a los demás y pasar tiempo con su familia, aparte, también disfrutaba mucho creando nuevas máquinas y superándose a sí mismo cada día, con una filosofía en dónde se decía a sí mismo que los avances tecnológicos nunca tendrían un final. Todos en el pueblo tenían un gran respeto por él, y lo amaban profundamente por los ratos de diversión que les otorgó a todos gracias a sus locales con animatronicos. Él era el orgullo del pueblo, el orgullo de Hurricane...

Una noche lluviosa, Henry celebró el cumpleaños de su hija en el local de Freddy Fazbear Pizza. El reciente animatronico con forma de marioneta que había creado hizo que el hombre se confiase en gran medida, pues aquel nuevo robot tenía el objetivo de asegurar que nada malo pasase en el local, así que las probabilidades de que pasase algo malo, eran ínfimas. Sin embargo, y antes de que se pudiera dar cuenta, su hija ya no se encontraba por ninguna parte. Buscó y buscó entre la multitud, pero simplemente no la encontraba. Ya más asustado, se lo comentó a su hermana y esta decidió ayudarlo en su búsqueda. Afortunadamente, la búsqueda terminó minutos después, cuando Jen, su hermana, vino a él con la pequeña Charlotte entre sus brazos, ella le explicó que se la encontró a fuera del local, en la calle, con William, quién era el socio del hombre, justo detrás suyo, seguramente el hombre trató de abrirle la puerta a la niña. Dicha imagen hizo que un ligero suspiró de alivio saliera de la boca del ingeniero, pues ahora que se encontraba al lado de su hija, ya no tenía por qué preocuparse...

...

Días después, la vida del Emily continuaba de manera relativamente normal. Su nueva vida de ensueños era una increíble, gracias a sus dos exitosos locales de comida, la fortuna del hombre no hacía más que subir y subir. Todo iba bien, todo era maravilloso, no había ni un solo problema en su vida...

O al menos así fue hasta que una tarde, su socio se presentó a él en su oficina...

"Hey, hola, Willy. ¿Qué tal estás? Hace un día estupendo, ¿Verdad?"

En un principio, el Emily se levantó de su asiento y fue con él para saludarlo, pues aparte de socios, también eran amigos cercanos y prácticamente llevaban conociéndose desde la primaria. Pero William no respondió de la misma forma su saludo, y simplemente se fue al grano

"Henry... ¿Sabes algo? Nunca te lo he dicho directamente, porque sinceramente me parecía algo irrelevante. Pero creo que ahora es el momento de que te lo diga de frente y sin rodeos: Eres el ser humano perfecto"

Dijo él siendo completamente directo en su mensaje, diciéndole lo que le tenía que decir de manera inmediata, avergonzando un poco a su amigo que no estaba acostumbrado a tales halagos

"Wow, William... Eh... Jeje, no sé cómo responder a eso... M-Muchas gracias, aunque dudo mucho que sea el ser humano perfecto... Es decir, sé bastante de robótica y trato de superarme constantemente cada día, pero soy bastante tímido e introvertido... Y eso es algo que tú sabes más que nadie, no creo que sea el ser humano perfecto..."

Respondió el Emily sonrojándose levemente por el tema. Y cuando parecía que la situación se iba a quedar ahí, William hizo una acción inesperada y de su bolsillo sacó un cuchillo, con el cual apuñaló rápidamente a Henry en el abdomen, atravesando un punto vital y provocando que este comenzara a desangrarse

"Willy... ¿Qué haces?"

El fuerte corte hizo que al pobre hombre se le fuera todo el aire del susto. Pero su compañero simplemente no respondió. Sacó el cuchillo de su abdomen y acto seguido lo apuñaló una y otra vez, hasta destriparlo. Una vez hizo eso, escapó de ahí sin que nada ni nadie se diera cuenta de su crimen, yéndose sin dejar ni una sola prueba que lo incriminara...

...

2 días después de su crimen, William se sentía más que satisfecho por lo que hizo. Era innegable que Henry sí llegaba a caerle un poco bien, pero el egocentrismo de William era aún mayor, y el hecho de que Henry fuese superior a él en cada aspecto posible, era algo que detestaba con toda su alma. Fue esa la razón principal por la que hace unas semanas trató de asesinar a su hija, fallando en el proceso, y también la razón principal del por qué decidió acabar con su vida sin arrepentirse en lo más mínimo. Ahora que ya no había nadie que se pudiese considerar "superior" a él, William estaba más que satisfecho...

...

El tiempo es relativo, y eso es algo que Albert Einstein descubrió en su teoría de la relatividad. Sin embargo, William también se dio cuenta de eso durante las siguientes semanas. Lo que para él antes eran horas, ahora se habían convertido en días enteros... Cada que iba a su taller, a construir algo nuevo, dirigía su mirada de vez en cuando al lugar en donde siempre se encontraba Henry, construyendo alguna de sus nuevas creaciones, que superaría con creces a la anterior en cada ámbito. Pero ahora que él estaba muerto, lo único que hallaba frente a él era la nada... La más absoluta soledad...

...

Los días siguieron pasando, y William parecía ser incapaz de olvidarse de su antiguo amigo. No sabía que le ocurría, no sentía pena por él, porque William era incapaz de sentir pena por nadie. Tampoco era una sensación de lastima ni nada por el estilo, era una sensación de... Vacío. Se sentía vacío. La envidia y odio hacia Henry lo hacían sentir vivo, a William no le quedaban más objetivos en la vida desde que Henry se fue, su único objetivo era superarlo, demostrarle que era superior a él. Sin embargo, ahora que estaba muerto, no tenía por qué continuar construyendo, no tenía por qué seguir trabajando ni tampoco por qué seguir esforzándose, porque Henry no estaría ahí para verlo...

...

Sucumbido por la soledad, el hombre, dejando al lado su orgullo, decidió visitar el cementerio en dónde se hallaba la tumba de su compañero. Con una mirada decaída y unos ojos húmedos, el Afton observó la lápida en dónde yacía inscrito el nombre de quién alguna vez fue su socio. E involuntariamente, soltó algunas lágrimas al saber que se había ido para siempre, y el único culpable de todo esto, era él mismo...

...

"Hola, si usted está escuchando esto, es porque yo ya estoy muerto. Aunque seguramente esto último no será sorprendente para usted, porque colocaré esta grabadora al lado del lugar en donde me colgaré. Antes que nada, quiero aclarar un par de cosas: Soy William Afton, propietario de los dos locales de entretenimiento más famosos de Hurricane, fundador de Afton Robotics y Fazbear Entertainment, socio de Henry Emily y también su asesino. Sí, lo confieso aquí y ahora: soy su asesino. Sin embargo, y por más que no quiera aceptarlo, me arrepiento profundamente de lo que hice. Me dejé llevar por la envidia y por eso lo asesiné, porque era mejor que yo en cada aspecto posible. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que él era la única razón por la cual vivía, demostrarle que era mejor que él era la única razón por la cual me levantaba día tras día, con intenciones de mejorar. Y por eso es que estoy haciendo esto ahora. Sin Henry, mi vida no tiene sentido, no tiene sentido seguir esforzándome si Henry no podrá ver mis logros nunca más. Ya tengo la soga cubriendo mi cuello, espero que en el infierno pueda reencontrarme con él..."

Últimas palabras de William, grabadas en audio justo antes de que se quitara la vida ahorcándose con una soga. Su cuerpo sin vida fue descubierto el 29 de octubre de 1983...

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora