Los tres cerditos

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"Ya andate a dormir, niña meca"

Dijo el castaño cansado de la persistencia de su hermana

"Pero Michael, yo quiero que me leas un cuento antes de dormir"

Repetiría la niña por 18191927191 vez, sólo consiguiendo que su hermano se frustrara aún más

"¿¡Por qué no puedes ser como Evan?! A él nunca le conté un cuento cuando tenía tu edad y míralo, duerme como un tronco cada noche"

Dijo Michael comparando a sus dos hermanos, aunque realmente su comparación... No tenía mucho que ver con la realidad

"Ellos están ahí, ellos están ahí, van a venir a por mí"

Decía el niño de pelo castaño en una de las esquinas de su habitación, teniendo alucinaciones sobre aquellos monstruos entrando a su habitación y atacándolo. Pero él no nos importa ahora...

"¡Si no me cuentas un cuento, yo no me duermo!"

Dijo la peli rubia para proceder a hacer un puchero algo tierno, el castaño, viendo como su hermana persistía más de la cuenta, decidió obedecer y procedió a agarrar un cuento de la estantería para leerlo

"Está bien..."

Dijo a regañadientes mientras abría el libro, y en cuestión de un parpadeo, Elizabeth cambió su expresión a una de total felicidad e ilusión

"¡Sí, sí!"

Gritaría la niña entusiasmada justo para después, ser callada por su hermano para evitar que despierte con sus gritos a alguien en el vecindario

"Veamos... Los tres cerditos..."

Diría el mayor leyendo la portada y preparándose para narrar los sucesos de aquella obra hecha para niños

(Narra Michael)

Hace mucho tiempo... En las partes más oscuras e inhóspitas de un bosque, vivían tres cerditos hermanos, muy gorditos, bonitos y graciosos, 2 machos y una hembra, uno de ellos, el menor, se llamaba Evan, la segunda, que era la mediana, se llamaba Cassidy, y el tercero, y el mayor de los tres, se llamaba Andrew... Que coincidencia, se llaman igual que el llorón y sus 2 novios... Bueno, continuando, estos tres cerditos vivían en el bosque, y aquel día tenían que hacer sus casas para refugiarse del frío por la noche

"Chicos, chicos, tenemos que hacer ya nuestras casas"

Diría el mayor y más responsable, pero sus dos hermanos menores, lejos de escuchar, continuaron jugando sin prestarle atención a su hermano mayor, pues ellos eran muy vagos y no les gustaba trabajar al contrario de su hermano mayor. Entonces, cuando llegó la hora de construir las viviendas, ambos optaron por las soluciones más fáciles, baratas y básicas:

El menor construyó una casa hecha de paja, haciéndola rápidamente y sin revisar para ver que partes estaban mal, construyendo así una casa débil, y casi inútil

La mediana construyó una casa de palos, y al igual que su hermano menor, lo hizo a las prisas y sin fijarse en los pequeños detalles, creando así una casa vulnerable y frágil

El mayor, al contrario, trabajó por mucho más tiempo en su casa, construyendo esta misma con materiales fuertes y duraderos como el cemento y ladrillo, creando así una casa bien hecha, resistente y útil, no como las de sus dos hermanos.

Dando por terminado el trabajo, la noche cayó y los tres cerditos se fueron a refugiarse a sus respectivas casas, pero en realidad, ellos no sólo habían construido esas casas para refugiarse del frío, ocurre que en ese bosque, había un maquiavélico y malvado... ¿Conejo? ¿No era un lobo? Bah, da igual, había un maligno conejo llamado William que se comía cualquier cosa, era tan malo, que se comía a los osos cuando tenía hambre, este conejo se percató de la presencia de aquellos tres cerditos, y sin dudarlo, fue a por ellos para cazarlos, empezando por el pequeño...

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora