El monstruo ancestral...

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"Vamos, Fetch, es hora de tu paseo por la tarde"

Dijo la niña de pelo rubio mientras abría la puerta para sacar a su perro a pasear. La mascota, por su parte, se mostró más que de acuerdo con su decisión, yendo hacia la puerta rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro

...

Tras un buen rato de paseo, la niña continuó con su caminata por las calles de su querido pueblo, llevando a su perro sujeto con una correa para evitar que algo malo pasara. No obstante, y algo que no contó la chica al llevar a su perro de tal forma, era la diferencia de fuerza que había entre ellos dos, siendo el perro por mucho más fuerte que la infante, y, por consecuente, librándose de su agarre al primer momento en que algo captó su atención, siendo este algo ni más ni menos que una simple ardilla que iba por sus anchas en el lugar

"¡Feeetch! ¡Ya es la tercera vez esta semana que pasa algo así!"

Se quejó la peli rubia continuando con su persecución con su mascota. Y cómo es obvio, por más que la niña corrió y corrió con toda su velocidad, el perro era simplemente superior a ella por... Bueno, ser un perro, y acabó huyendo de ella sin darle la oportunidad de atraparlo. Y cuando el canino finalmente consiguió atrapar a la ardilla, fue demasiado tarde... Estaba en medio de la carretera, y para su mala suerte, no se dio cuenta del conductor despistado que conducía su coche a gran velocidad por la carretera, hasta que este estuvo demasiado cerca suyo...

"¡Feeeeeeetch!"

Gritó la infante tapándose los ojos para no tener que ver la horrible imagen de su perro siendo aplastado por aquel auto. Pero, algo extraño estaba ocurriendo, Fetch no parecía reaccionar al vehículo, en vez de hacer algo como apartarse o ladrar, simplemente se quedó quieto observándolo, ver a un coche de ese color... De un color azulado, yendo a tanta velocidad, lo hizo recordar a algo... Una estela de fuego color azul, yendo a gran velocidad por el espacio hasta llegar al planeta Tierra. Dicha imagen de aquel cometa permaneció en la mente del animal hasta que inevitablemente, fue atropellado por el coche

"¡Oh, por Dios!"

Exclamó el conductor saliéndose velozmente de su coche para tratar de socorrer al pequeño perro, pese a que, por simple lógica, era imposible que dicho animal hubiese sobrevivido en lo más mínimo al impacto del coche. Grata fue la sorpresa de todos cuando se dieron cuenta no solo de que el animal aún permanecía con vida, sino que, además, el choque le había abierto el cráneo de manera grotesca, abriéndolo como si se tratase de una sandía partida en dos, y por si la situación no podía ponerse peor, el cerebro del animal creció de tamaño como si se tratase de un tumor, saliéndose de la grieta de su cabeza y derramando aún más sangre en el acto. Dicha herida parecía importarle poco o nada al perro, el cual, simplemente se levantó del suelo poniéndose a cuatro patas, y acto seguido, se puso a dos patas de manera sobrenatural y perturbadora

"¿Fetch?"

Preguntó la pequeña niña observando horrorizada a su perro en tales condiciones

"He de agradecerte la vida que me has dado, ama Susie, pero es mi momento de salir de esta prisión animal, si me disculpas, tengo un par de asuntos y deudas que resolver..."

Respondió el propio perro con un tono de voz completamente relajado y tranquilo, incrementando aún más el miedo del momento. Tal fue el miedo y pavor que tuvo Susie en aquel momento, que no pudo evitar el orinarse encima. Fetch, por su parte, no hizo otra cosa más que darse la vuelta y proceder a caminar al bosque. El animal, o mejor dicho, la criatura, se adentró al bosque hasta llegar a las zonas más oscuras de este mismo, zonas en las cuales ningún humano se encontraba y en donde los animales peligrosos abundaban en el lugar. La criatura continuó caminando hasta llegar a una zona especial en el bosque, una zona en llena de piedras, palos, hierbas, de entre otras cosas... Y entonces, la criatura agarró dichos materiales y comenzó a hacer un círculo de piedras y palos, con varias hojas en el centro. Una vez lo hizo, fue al centro del círculo de piedras, el perro se puso en pose de crucificado y comenzó a convulsionar con la cabeza, como si tuviera espasmos, haciendo movimientos erráticos y bizarros. Y así estuvo por un buen rato hasta que, de pronto, el perro cayó al suelo, con la mirada pérdida en el cielo y los ojos de un color blanquecino. ¿Cuál era la intención de Fetch haciendo todo esto? Bueno, la respuesta es algo simple...

(Mientras tanto, en otro universo)

"Señor, acabamos de recibir una señal por parte de otro universo"

Dijo una joven mujer de poco más de 24 años a su superior del ejército

"¿Cómo? Entregue los escáneres que comprueben sus palabras"

Respondió el varón para justo después tomar un sorbo de su café con súper cafeína. Y la mujer, al escuchar la orden de su superior, fue inmediatamente al laboratorio en donde recibió la señal y la imprimió en unos documentos a papel. Una vez imprimidos, volvió a la sala y mostró dichos documentos imprimidos al varón

"A ver..."

Dijo él mientras le daba una mirada superficial a dicho documento, y nada más verlo por unos segundos, el hombre se sorprendió tanto que acabó escupiendo al sorbo de café que aún no se había tragado

"¡No! ¡Esto es imposible! ¡Abadoth no puede regresar! ¡Esto es malo! ¡Malo! ¡Nuestra realidad está condenada!"

Exclamó el hombre desesperado mientras daba daba vueltas de un lado a otro

"¿Abadoth? ¿¡Y ese quién es!?"

Preguntó la fémina asustada por la repentina reacción del hombre ante su descubrimiento. Y al escuchar su pregunta, el hombre quedó momentáneamente en silencio. Y segundos después, respondió su pregunta con el tono más varonil, serio, t cinematográfico posible

"Abadoth fue alguna vez el destructor de mundos... Un ser sumamente poderoso que no anhelaba otra cosa más que la destrucción, el desorden y el caos. Este ser iba por sus anchas en el universo, destruyendo mundos enteros por simple diversión y propósitos más allá de nuestro entendimiento. Un día, trató de combatir contra nosotros, los humanos, tratando de destruir nuestro planeta. Su simple dimensionalidad era algo sobrenatural, nadie podía entenderlo, su forma era simplemente inentendible. Pero, a pesar de sus sorprendentes poder, y su naturaleza más allá del entendimiento, nosotros conseguimos derrotarlo. No fue fácil, tuvimos que emplear tecnologías nunca antes vistas, solo para poder desterrarlo a otra realidad, otra línea temporal, otro universo... Pero pudimos hacerlo, Abadoth se fue a otra realidad, a otro mundo, al planeta Tierra de otra línea. Y, debido a las diferencias espacio-temporales y físicas que tenía nuestro universo con aquel al que lo mandamos, Abadoth sufrió una transformación, pasó de ser una bestia imponente, de 4 dimensiones, a ser no más que un simple perro. Y por lo que parece, ese simple perro ha vuelto a ser Abadoth... Ya no hay salvación, estamos perdidos..."

Explicó el general para que justo después de acabar su frase, y de manera bastante conveniente, todo a su al rededor comenzara a desaparecer, dejando en su lugar un vacío negro e inexistente. Todo su universo iba a desaparecer, todo iba a dejar de existir para ellos. Y todo esto, era a causa de un simple perro que en realidad era una criatura milenaria que se dedicaba a destruir mundos... Afortunadamente para ellos, algo acabó salvándoles el pellejo a último momento

"¡Guau!"

De manera inesperada, la personalidad de Fetch retornó a su cuerpo nuevamente. Y confundido por el lugar en el que se encontraba y por el extraño círculo de palos y rocas. El perrito entró en desesperación y comenzó a romper todo con sus patas y mandíbula, asustado por haber hecho todo eso momentos atrás. Una vez terminó, su cerebro gigante comenzó a encogerse hasta entrar otra vez en su propio cráneo como cualquier perro normal. Y una vez hizo todo eso, volvió con su dueña cómo si nada hubiera pasado

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora