Perdido

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"Y así es cómo se hace una hoguera, ¿Alguna pregunta? Em... ¿Chicos?"

Preguntó el adulto dándose cuenta de la poca o nula atención que sus hijos le estaban dando, pues estos se encontraban más entretenidos jugando con sus juguetes o viendo absolutamente la nada, que viendo a su propio padre hacer fuego en medio de una zona de camping

"¡Oye! ¡Hacedme caso! ¡Vosotros no sabéis en qué momento de vuestra vida os hará falta hacer una hoguera!"

Exclamó el hombre enojado por la actitud que los menores estaban teniendo. Pero estos, lejos de hacerle caso y dejar lo que estaban haciendo para ponerle más atención, prosiguieron con sus cosas, ignorando por completo las palabras de su padre. Cosa que terminó por colmar su paciencia...

"Muy bien, ¡Se acabó!"

Gritó él agarrando el peluche de Freddbear de su hijo y arrojándolo lo más lejos posible. De igual forma, hizo lo mismo con el juguete de Circus Baby que su hija llevaba en las manos, agarrándolo fuertemente para lanzarlo lo más lejos que pudo. Y con su hijo mayor... Bueno, a este le dio dos hostias y se le quitó lo tonto, pasó de estar mirando a la nada, posiblemente pensando en sus amigos o cualquier otra cosa sin importancia, a directamente dirigir su mirada hacia su padre sin rechistar

"Oye... No tenías por qué hacer eso..."

Dijo el hijo mediano con los ojos cristalinos a causa de las lágrimas que salían por lo que su propio padre había hecho. Y aún siendo el hombre consciente de que aquello había sido culpa suya, no se disculpó ni mostró remordimiento en lo absoluto, pues según él, había hecho lo correcto moralmente

"Y tú no tenías por qué ignorarme. Qué sepas que yo no te voy a ayudar a recuperar tu peluche, si quieres tenerlo, ve al bosque tú mismo y sácalo de ahí, venga, que ya estás grandecito para estas cosas"

Respondió el adulto mostrando una compasión y humanidad que brillaban por su ausencia. Y entonces, el infante, deprimido y a la vez un poco asustado por lo que debía de hacer, fue con las piernas temblorosas hasta el oscuro bosque lleno de grandes árboles, que se situaba a pocos metros de él y la caravana en donde su familia había llegado hasta ahí

"Freddbear... Freddbear... ¿Dónde está?"

Se preguntaba a sí mismo mientras buscaba desesperadamente a su pequeño amigo felpudo y amarillo. Y durante su búsqueda, comenzó a adentrarse al bosque más y más, llegando cada vez más profundo en este, hasta que eventualmente, llegó a una zona demasiado alejada de dónde anteriormente estaba

"Oh, no... Me he perdido..."

Dijo él sintiendo como todo en su cuerpo comenzaba a temblar a causa del miedo que le daba estar en un lugar así. En un ataque de pánico, comenzó a correr hacia una de las direcciones sin rumbo, corriendo y corriendo como si su vida dependiese de ello. Pero no solo corrió como si no hubiera un mañana, también gritó. Gritó tanto, que pasados solo un par de minutos, ya podía sentir como sus cuerdas vocales comenzaban a dolerle y se quedaba finalmente sin voz. Y por si fuera poco, hubo un momento en donde iba tan sumamente rápido y sin cuidado, que terminó pasando lo que debía de pasar; se tropezó con una de las raíces de árbol y procedió a caerse en el suelo, con la mala suerte de que no consiguió protegerse de la caída antes del impacto, y se golpeó fuertemente en la cara, rompiéndose así la nariz con el duro golpe

"Ay... No... Este es mi fin..."

Pensó a sí mismo mientras contemplaba el cielo azul, su vista estaba borrosa, la sangre caía de su nariz atravesando su boca en el trayecto, sus piernas le dolían mucho a causa del sobreesfuerzo que le exigió a su cuerpo para correr más. Sus brazos eran la única parte del cuerpo que parecías estar medianamente decentes, pero de igual forma, eso poco o nada te era útil si literalmente casi todo tu cuerpo yacía destrozado en el suelo. Aparte, no podíamos olvidar el hecho de que el pequeño castaño se encontraba solo en el bosque, no había nadie cerca de él, estaba solo en un inmenso bosque, alejado de su familia, de sus amigos, él solo y nadie más. O bueno... En realidad... Sí, había alguien más, o mejor dicho: Habían muchos más...

"Auuuuuuu"

El aullido de los lobos se escuchaba desde la distancia, ahora el niño no solo se encontraba solo en medio de un bosque, sino que, además, estaba junto a varios animales salvajes que lo podían atacar sin que él pudiera defenderse. Si antes ya tenía una visión pesimista sobre la situación, ahora esta misma visión pesimista había empeorado aún más, pues ahora su cuerpo no quedaría en medio de la nada, esperando a que algún desafortunado lo encontrase. Ahora, además de que iba a morir, también se convertiría en el alimento para los animales salvajes del bosque, como los lobos, osos, jabalís, etc...

"Nunca pensé que mi muerte terminaría siendo así... Pero... Está bien, tarde o temprano algo así iba a pasar... Tarde o temprano el día de mi fallecimiento ocurriría. Aunque... A decir verdad, no me esperaba que fuera a ser tan temprano... Pensaba que como mínimo llegaría a los 30's, pero ya veo que no... Llegué hasta los 10 y ya da gracias por ello... En fin... Adiós, Cassidy, Andrew, Elizabeth, Charlie... O Charlotte, como sea, Fritz, Jeremy, Susie, Gabriel, papá, mamá y... Aunque me duela un poco decirlo también... Adiós a ti también, Michael..."

Fueron las últimas palabras del chiquillo antes de cerrar los ojos, creyendo firmemente en que no los volvería a abrir nunca jamás, o al menos no lo haría en este plano existencial. Pero justo entonces, cuando ya había aceptado su destino, una nueva imagen mental se presentó en su cabeza...

"Hijo... El que muera es francés"

Dijo la figura de su padre apareciendo repentinamente en su mente para darle semejante mensaje de motivación e inspiración. Y fue entonces que, con ya más determinación en lograr escapar de ahí, se levantó de su sitio, solo para tambalearse y terminar cayendo al suelo nuevamente

"No... No puedo... No pude ni siquiera encontrar a mi Freddbear, ¿Cómo voy a salir de este bosque?"

Preguntó en voz alta tomando la decisión pesimista de rendirse y aceptar de una vez la derrota. Y de repente, como si se tratase de alguna obra del destino o del guión, el niño encontró a su peluche de Freddbear a pocos metros de él, aparentemente había caído ahí

"¿Qué? ¡Mi peluche está aquí! ¿Tan lejos lo ha lanzado papá?"

Se cuestionó mientras iba hacia el peluche para agarrarlo. Solo ahí fue cuando se percató de algo ciertamente hilarante... No es que su padre lo hubiese arrojado 500 metros así como así, sino que, de manera irónica, el camping en el que se encontraba su familia, estaba a simplemente un par de metros de él, y todo ese drama sobre aceptar tu destino no habían sido más que bobadas

"Oh, Evan, al fin regresas, y estás sangrando por la nariz... Ven aquí, anda, papá te curará con el kit de primeros auxilios que llevó hasta aquí, y ya de paso, come un poco, papá preparó la cena"

Dijo el adolescente viendo llegar a su hermano después de haberlo esperado por menos de... Espera, ¿Solo pasaron 5 minutos desde que se fue? Bruh

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora