El multiverso de FNAF

Post incendio

El fuego azotó el lugar, todo el local se estaba desmoronando debido a las llamas que lo consumían, tanques de gas estallaban con el calor y la madera del techo se quemaba a velocidades preocupantes, era inevitable, solo era cuestión de tiempo para que todo el lugar quedara hecho escombros, y eso era algo que Afton sabía muy bien...

"Maldición... Este fuego es abrasador, tarde o temprano, mi remanente... Mi remanente será consumido... Tengo que huir, ¡tengo que huir de aquí!"

Gritó el hombre sin vida dentro de aquel traje de conejo robótico, desesperado por no poder escapar de aquel incendio

"Carajo... Este... Es mi fin..."

Dijo mientras le caían algunos escombros en su cara, tirándolo al suelo y evitando que pudiera escapar de ahí. Lentamente, el muerto viviente cerró los ojos, esperando a que las llamas lo consumieran y destruyeran finalmente su remanente, acabando así con su vida por segunda vez. No obstante, esto no acabó ocurriendo. Y, tras sabe Dios cuánto tiempo transcurrido, el conejo volvió a abrir los ojos tras haber sido dejado inconsciente por unos momentos

"¿Qué ha... Pasado?"

Preguntó débilmente mirando el cielo iluminado y azulado, sintiendo cómo algo lo llevaba a gran velocidad hacia algún sitio. Y cuando se dio cuenta, se encontraba encima de la parte trasera de una camioneta, era algo bastante obvio y, aún siéndolo, al Afton le costó un par de segundos darse cuenta de ello

"¿Dónde me están llevando?"

Se preguntó a sí mismo viendo todo el lugar con el movimiento de su vista, tratando de moverse lo menos posible para mantener oculta su condición como animatronico poseído. O al menos así estuvo por un rato hasta que se dio cuenta de que lo estaban llevando por la carretera, sin ningún otro coche ni persona cerca, y no habiendo nada más que el extenso y amplio desierto de Sonora, en Arizona

"¿Y ahora dónde me llevan estos idiotas? ¿A México?"

Comentó en forma de broma para después, aprovechando que no había nadie más observándolo a él ni al conductor, ir rápidamente a la parte superior del vehículo, y golpear con fuerza la lámina de metal del techo para así alcanzar al conductor, acto seguido, le arrancó la cabeza con un movimiento de su mano, causando que el automóvil se estrellara y el conejo quedara varado a la deriva en medio de la absoluta nada, en un desierto tan sumamente grande que ocupaba el territorio de dos países

"Joder... Mis impulsos de asesinato me han llevado a hacer algo verdaderamente estúpido, no debí de haber matado a ese idiota de esa manera, debí haberlo matado de una manera más suave para así poder tomar el control del auto y volver a Hurricane, pero ya qué, supongo que me quedaré en este desierto por un largo tiempo..."

Comentó mientras se levantaba del suelo luego de haber sufrido semejante accidente automovilístico y comenzaba a caminar hacia una dirección aleatoria

"Agh... He de admitir que el calor de este desierto es abrasador, no se compara con las temperaturas que alcanzaban las llamas del incendio de aquel local, pero eso no quita que sea un lugar verdaderamente caluroso, debo de andar con cuidado, si la temperatura en este sitio alcanza una cifra superior a los 120 grados Fahrenheit, mi remanente comenzará a destruirse, y eso no sería conveniente para mí, ¿verdad que no, rocaman?"

Preguntó dirigiendo su mirada a una roca aleatoria anaranjada que había por ahí, y como era evidente, dicha roca no respondió nada porque... Bueno, era una roca, pero aún así, Afton sintió algo en esta misma, un sentimiento de amistad difícil de explicar, y, sin motivo alguno, decidió llevarse la roca consigo para así hacerla su amiga

"Muy bien, roca, desde hoy te llamaré Roquita, espero que te guste tu nombre. Roquita, vas a ser mi compañera de aventuras, y me acompañarás en mis desventuras por este colosal desierto de arena, ¿vale?"