Andrea Brooks

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La joven niña de 12 años de edad se levantó de su cama con más ánimos que de costumbre. Se había despertado enérgica, con ganas de salir a la calle y jugar TOOOOODO el día con sus amigos, en especial con su mejor amigo... Evan Afton... Ese muchacho le parecía tan lindo... Tan adorable... Cuando se ponía triste, se arrodillaba frente a ella y comenzaba abrazarla por la cintura, era una auténtica monada...

En cuestión de minutos, la peli rubia ya se encontraba lista para salir. Tenía los dientes cepillados, su hambre saciada por el desayuno, y tenía puesto su vestido habitual. Aparte, tuvo suerte de que su padre aún se encontraba dormido en su habitación, pues si la hubiera visto tan feliz y entusiasmada... Seguramente se habría llevado una buena paliza de gratis por parte de aquella persona que tristemente tenía que soportar cada día, aguantando sus abusos, y teniendo que sufrir en carne propia los ataques de ira de su progenitor, causados mayormente por el consumo de alcohol y los traumas del pasado...

No obstante, no era momento para hablar de eso. Pues la joven Brooks no tenía que ponerse triste, tenía que estar contenta para así poder tener otro día más de diversión junto a su grupo...

...

"Hey, ¿Donde está Andre-?"

Y antes de que el hijo mediano del señor Afton terminara su frase, sus ojos fueron repentinamente tapados por las manos de alguien especial para él...

"¿Quien soy?"

Preguntó una voz femenina detrás de él, esperando pacientemente a que el chico adivinara su identidad en base a su simple voz

"Jeje... ¡AndreA!"

Exclamó el castaño dándose la vuelta para abrazar a la mencionada, feliz de que su querida mejor amiga hiciera acto de presencia en el lugar

"Bueno, ahora que estamos todos... ¡Vamos a jugar al fútbol!"

Gritó el chico peli rojo del grupo sacando su balón de fútbol, preparado para tener un buen partido de ese deporte junto a sus queridos amigos...

...

Un buen partido más tarde, la situación estaba mejor que nunca. El grupo se lo pasaba bien, y nuestra querida protagonista estaba feliz cerca de sus dos mejores amigos en este mundo: Evan y Cassidy. Aunque no todo era color de rosas... Pues, lastimosamente, Evan había sido escogido en el grupo enemigo de Andrea, así que la chica, en contra de su voluntad, se vio obligada a tener que quitarle el balón a su amigo en múltiples ocasiones. A pesar de que eso claramente le disgustaba al pobre muchacho.

Y tras un buen rato de juego, un mal chute por parte de Cassidy provocó que el balón saliera disparado lejos de ahí

"¡Cass! Venga ya... ¡Es la séptima vez que pasa algo así!"

Exclamó el Gabriel quejándose por el constante error que su amiga cometía a cada rato, a pesar de que le dijeron incontables veces que debía de contener su fuerza al momento de patear la pelota

"Ow... Lo siento..."

Se disculpó la fémina arrepentida por su acto, sintiéndose ciertamente mal por el hecho de que aún era incapaz de contener la fuerza de sus patadas. Afortunadamente para Cassidy, su tierno y puro de corazón amigo se compadeció de ella y decidió ir él a por la pelota

"No os preocupéis, ya voy yo a recogerla, no tengo problemas. Vuelvo enseguida"

Fue lo último que dijo Evan antes de finalmente irse de ahí en búsqueda de aquella pelota. Casi todos ellos simplemente se quedaron en silencio, esperando pacientemente a que su amigo volviera con la pelota entre sus manos. No obstante, Andrea comenzó a tener un mal presentimiento... Sentía la sensación de que algo malo le pasaría a su amigo. Era normal que le ocurriera eso, después de todo, ella junto con Cassidy son las que más tiempo pasan defendiéndolo de los bravucones del pueblo. Y después de que una misma cosa pasara incontables veces... Era razonable que estuviera tan paranoica

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora