¿Y si Susie hubiese perdido su corazón en vez de su vida?

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Todo comenzó como una mañana tranquila. La peli rubia se había despertado con bastante serenidad, una sonrisa se hacía de notar en su blanquecino rostro, iluminado por la luz del Sol que entraba por la ventana de su habitación. Manteniendo su optimismo, la pequeña se preparó y alistó para el cumpleaños de su amiga, Cassidy

"Vale... Mi pelo está bien peinado, traigo el regalo conmigo, he revisado bien mi horario y me va bien ir ahora, he terminado todos mis deberes, traigo algo de dinero por si acaso y mi ropa es más que adecuada. Vale, estoy lista"

Terminó por decir la infante ya preparada para salir de casa, e ir directamente al local en donde se celebraba el cumpleaños de su tan querida amiga. Pero, cuando estaba a punto de cruzar la puerta, la mano de su madre tocó su hombro y la detuvo momentáneamente

"No puedes salir ahora, cariño, recuerda que hoy tienes que ir a tus clases de danza"

Dijo la adulta haciendo que su hija se detuviera inmediatamente, acordándose de que desde no hace mucho, sus padres la habían apuntado a clases de baile

"Jo... Es verdad... Me había olvidado..."

Respondió ella apenada bajando la cabeza con tristeza, sintiéndose impotente y frustrada por no poder ir al local y celebrar aquel cumpleaños

"Pero mamá, ¿Entonces cómo le daré mi regalo de cumpleaños a Cassidy si no puedo ir a su cumple?"

Preguntó mirando con desánimo el regalo que ella misma había comprado con sus ahorros y había envuelto como pudo

"Se lo puedes dar otro día, seguirá siendo su regalo después de todo"

Respondió la mayor dando la solución más rápida, fácil y eficaz para dicha situación, pero aún con esas, Susie no se veía del todo convencida

"No será lo mismo... Ojalá tenga alguna manera de entregarle este regalo a Cassidy sin necesidad de ir a su cumple..."

Comentó en voz baja aguantando cómo podía las ganas de ponerse a llorar ahí mismo. Pero, afortunadamente para ella, una luz de esperanza apareció en el lugar, una luz con forma de hermana menor

"¡Samantha!"

Exclamó la niña lanzándose con su hermana y dándole el abrazo más fuerte que hizo jamás. Casi rompiéndole los abrazos en el proceso

"Susie... Me estás... Ahogando..."

Dijo la menor con dificultad mientras los brazos de su hermana la rodeaban por completo, a punto de asfixiarla por la fuerza con la que la estaban sujetando

"Es que has llegado en el momento más oportuno posible. Ten, agarra este regalo y llévalo con Cassidy, en Freddy Fazbear Pizza"

Ordenó Susie dándole el regalo a su hermana para que así ella misma se lo entregase a Cassidy. Y tras haber hecho semejante estrategia maestra, la niña fue con una sonrisa al auto y se fue más que aliviada a sus clases de danza

...

"Susie, eres una genia"

Se repetía a sí misma aún pensando en la increíble estrategia que había tenido. Pero, toda esa felicidad se fue cuando volvió a casa. Su madre estaba en el sillón, mirando el reloj con una mirada fija y fría

"¿Mamá? ¿Qué te pasa?"

Preguntó la infante inocentemente dirigiéndose con su progenitora. Genuinamente preocupada por el estado en que la había encontrado

"Es Samantha... Está tardando demasiado..."

Respondió la mujer notablemente preocupada por su hija más pequeña, pues se estaba tardando demasiado y aunque aquello podía llegar a ser una buena señal de ninguna manera, también cabía la pequeña posibilidad de que algo malo le estaba pasando a su angelito y ella simplemente no lo sabía. Así que, con dudas y miedos por igual, se subió a su auto y junto a su hija mayor y su marido, se dirigieron al restaurante de Freddy Fazbear Pizza. Ahí, buscaron y buscaron por todas partes, pidieron ayuda al gerente del local y al guardia de seguridad, pero no lograron nada con eso. Todo había pasado de manera muy repentina, aquellos 5... O 6 niños... Habían desaparecido de manera misteriosa y nadie entendía cómo. Algunos testigos afirmaron haber visto a un sujeto disfrazado de conejo dorado por la zona, pero aquello era simplemente imposible, Freddbear's había cerrado hace años y desde entonces, aquel traje con forma de conejo dorado nunca más apareció frente al público. Todo era demasiado confuso. Y aquel suceso se habría quedado como desaparición, de no ser porque la pequeña peli rubia sintió algo... Una sensación familiar en una de las salas del local, la llamada de alguien. Era difícil de explicar, pero podía sentir que su hermana estaba cerca, cuanto más fuerte era aquella sensación, más cerca se sentía de su hermana, hasta que eventualmente, la encontró... Pero no de la forma en la que ella se esperaba...

"Sa... Samantha..."

Dijo Susie con la voz completamente quebrada, sosteniendo entre sus manos temblorosas la cabeza recién quitada de Chica. Lágrimas cayeron de sus ojos al ver el cuerpo sin vida de su hermanita menor en el traje de aquel robot, y el dolor de su pérdida se hizo aún más grave cuando se dio cuenta de ella no fue la única en morir... Aquel día, Susie lo perdió todo... Sus amigos... Su hermana... Todo, ya no le quedaba nada... La única razón por la que decidió no acabar con todo y colgarse, era por la venganza, venganza por su hermana, por sus amigos, venganza hacia aquel hombre que le arrebató a su familia...

...

Habían pasado unos días desde el asesinato de los 6 niños. La pequeña peli rubia se encontraba en su habitación, sentada en su cama. Tenía la mirada perdida en la pared, de su boca salía litros enteros de saliva y sus ojos estaban inyectados en sangre, aparte de que sus uñas tenían un tamaño considerable y estaban llenas de mugre y suciedad. En su cara se le notaba claramente una expresión de ira y enojo, su cuerpo temblaba erráticamente mientras ella hacía pequeños sonidos con la boca. Y de pronto, la lámpara que tenía en su mesa de noche salió volando hasta la pared. Seguido a eso, los cojines de su cama también salieron disparados contra la pared. Y poco a poco, el tamaño y peso de las cosas iban aumentando gradualmente, hasta que llegó un punto, en que toda la habitación estaba hecha un desastre, con cosas tiradas por todas partes y moviéndose en el aire de un lado a otro. La niña, sin prestar atención a nada de eso, se levantó de su cama y procedió a caminar hasta la salida de su casa, escuchando por el camino, los llantos de sus padres, quienes aún estaban devastados por la muerte de su hija menor. Pero Susie simplemente lo pasó por alto y salió al exterior. En segundos, todo el clima soleado y cálido, comenzó a cambiar repentinamente, nubes negras y grandes rodearon todo el pueblo de Hurricane sumiendolo en una terrible tormenta eléctrica. Pero, al igual que pasó anteriormente en su habitación, la niña poco o nada le importó aquel suceso y procedió a caminar por la lluvia, la cual, de alguna forma, no estaba mojando su cuerpo en lo absoluto, simplemente resbalaba en la auténtica nada, evitando que la niña pudiera mojarse con esta. Y de repente, en un ataque de ira, la niña pegó un fuerte grito y todo a su al rededor salió disparado lejos de ella, sin excepción; autos, postes de luz, asfalto, árboles... Y por si no fuera suficiente, también comenzó a destrozar hogares enteros con su nueva habilidad. Y la lluvia, por su parte, no hizo otra cosa más que empeorar...

"¡Aquel que me arrebató a Samantha, lo pagará caro! ¡Lo pagará caro!"

Gritó en estado de euforia rompiendo más cosas en el vecindario. Todo se volvió un caos inesperadamente, casas enteras eran destruidas sin problemas por la infante, fuertes relámpagos y huracanes azotaban la zona causando decenas de heridos y muertos. Tal era su descontrol, que simplemente no pensaba en nada más que destruir, destruir y más destruir. Y aprovechando sus poderes para leer la mente, cada cierto tiempo agarraba a una decena de personas al azar y leía sus pensamientos y recuerdos, quería saber si habían sido ellos los causantes de la muerte de Samantha. Y así estuvo, hasta que finalmente... Llegó con el verdadero causante de todo...

"William Afton..."

Dijo mientras agarraba al mencionado con sus poderes, apretándolo fuertemente para estrujar todos sus huesos, causándole un dolor terrible y una sensación de angustia incomparable. Y tras varios minutos de torturas dolorosas, el dolor se acabó de una vez por todas para el adulto...

"Ya... Se acabó..."

Dijo la niña con un tono de voz satisfactorio para después, sabiendo que ya había cumplido su objetivo, petar una de las arterias de su cerebro, ocasionándole una muerte rápida e indolora. Y entonces, la lluvia cesó, y el cielo se volvió a encontrar despejado y con un clima soleado.

El multiverso de FNAFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora