Wonder Hall, el internado de escuela secundaria privada, ubicado en el sur de los Estados Unidos y fundado en 1854 por Bastián Hall, ocupaba el puesto número 1 en las mejores escuelas secundarias internacionales. El lugar se caracterizaba por una reputación intrigante, con opiniones divididas: algunos elogiaban su excelencia académica, mientras que otros afirmaban que estaba plagado de presencias misteriosas, aunque algunos decían que las clases eran simplemente exigentes y no todos los estudiantes aguantaban la presión, y terminaban diciendo inconsistencias.
En mi experiencia, confirmé que no eran meros rumores, este lugar albergaba genuinamente presencias fantasmales, aunque permanecían invisibles para los demás. De manera inexplicable, yo tenía la capacidad de transitar entre los vivos y los muertos. Aunque anhelaba desentrañar el misterio que lo rodeaba, la aprensión me frenaba, pues desconocía qué revelaciones aguardaban y cómo alterarían mi existencia a partir de ese momento.
No obstante, lo más prudente era tratar de pasar desapercibida y aparentar que nada inusual ocurría a mi alrededor. Sin embargo, esta idea resultó ser extraordinariamente difícil cuando me detuve en la entrada de la cafetería, sosteniendo la bandeja de comida, y todas las miradas se posaron en mí. Claro estaba que resultaba imposible actuar discretamente si la atención de toda la población estudiantil estaba constantemente centrada en mí, no lograba comprender por qué no podían simplemente ignorarme.
—Aquí vamos —susurré, tan apenas perceptible que nadie pareció notarlo.
Respiré profundamente antes de avanzar, manteniendo la mirada al frente sin detenerme para interactuar con nadie. Con suerte, encontraría una mesa vacía para sentarme en paz. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de hacerlo, una chica se levantó y se interpuso en mi camino. La miré con el ceño fruncido, esperando que dijera qué diablos quería.
Vestía el uniforme de manera impecable, su cabello castaño recogido en una elegante cola alta, su rostro carecía de imperfecciones, sin manchas, granitos ni ojeras, mientras sus ojos verdosos me observaban con cierta altivez. Su belleza impecable me hizo sentir incómoda, pero mantuve mi mirada firme, consciente de que sus intenciones no eran benignas. ¿Quería intimidarme o simplemente burlarse de mí?
—Eres Amara Bones, ¿verdad? —inquirió la chica, su tono suave pero impregnado de veneno—. Dime, ¿cuánto dinero tuvo que pagar tu padre para que entraras a esta escuela?
Bajo la atenta mirada de todos, decidí responderle tan fuerte y directo como ella acababa de hacerlo.
—Tengo la convicción de decir que de su bolsillo no salió ningún billete, ya que como en otras escuelas prestigiosas, pasé el examen de admisión con la nota más alta —dije con firmeza—. Pero está bien si tu padre tuvo que hacerlo por ti, entiendo que no todos pueden usar bien sus cerebros.
Por un instante, percibí que todos abrían la boca simultáneamente. ¿Acaso no esperaban una respuesta así?
Como era habitual, los irritantes murmullos de aquellos chismosos que no tenían nada más interesante que hacer no tardaron en surgir.
—No puedo creerlo, qué atrevida.
—¿De verdad acaba de hablarle así a Dakota?
—Parece que la recién llegada no es tan apacible como aparenta.
—¿Cuál es el problema que todos tienen conmigo? —exclamé, mirando a todos con indignación—. No soy la única estudiante nueva este año, pero parece que todos han decidido concentrarse únicamente en mí.
El silencio se apoderó del lugar nuevamente, un silencio tenso, pesado e incómodo, mientras todos se miraban entre sí, como si se preguntaran qué debían hacer. Una extraña sensación me invadió de repente, como si el ambiente se volviera más frío, aunque nadie parecía experimentarlo con la misma intensidad que yo.
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El fantasma de Wonder Hall ©
Mystery / ThrillerAmara es enviada a la prestigiosa secundaria Wonder Hall en Estados Unidos, pero su sueño de obtener un título se convierte en una pesadilla cuando descubre que el colegio esconde oscuros secretos. A medianoche, los pasillos cobran vida y, lo más in...