Después de una fatídica noche, Rosville es amenazada por un sujeto misterioso con una máscara. Alice Burke y sus amigos se verán involucrados en estas olas de asesinatos; ellos intentarán sobrevivir mientras descubren y detienen al de la máscara ¿Po...
El cuerpo de Julie ya no colgaba del tragaluz. Los forenses lo habían bajado, envolviéndolo en una bolsa negra antes de llevárselo. Tyler también había sido extraído de su auto, su cadáver ahora reducido a un simple expediente en manos de la policía. Y como si la tragedia fuera un espectáculo, la prensa no tardó en llegar. Las cámaras y los flashes iluminaban la noche oscura, reflejándose en los charcos de sangre que aún manchaban el pavimento. Reporteros gritaban preguntas, buscando arrancar declaraciones de cualquiera que estuviera dispuesto a hablar.
El señor Palmer, el director, intentaba calmar la situación. Se enfrentaba a los micrófonos, a los ojos ávidos de la audiencia, con la promesa vacía de que todo estaría bajo control. Pero yo sabía la verdad. No había control. Solo caos.
Mientras tanto, Kathy y yo estábamos dentro de la estación de policía, sentadas en la oficina del agente Walters. Él hablaba, explicaba algo, pero sus palabras eran ruido de fondo. Mi mente estaba atrapada en una espiral de pensamientos oscuros. Veía a Kathy a mi lado, su rostro bañado en lágrimas, los hombros temblando por los sollozos silenciosos. Miré al agente Walters. Sus labios se movían, pero no entendía lo que decía.
Solo podía escuchar un eco en mi cabeza.
"Julie estaba conmigo hace unas horas... estaba viva. Sonriendo. Hablando. ¿Cómo es que ya no está?"
Un golpeteo en la puerta me sacó de mi trance. La puerta se abrió y vi a Gregory entrar apresuradamente. Sus ojos estaban enrojecidos, hinchados, y las lágrimas surcaban sus mejillas. Apenas nos vio, corrió hacia nosotras y nos envolvió en un abrazo desesperado.
—¡Gracias a Dios están bien! —su voz se quebró contra mi hombro—. Estaba tan asustado... pensé que... pensé que ustedes...
No terminó la frase. No podía.
El agente Walters se puso de pie y nos miró con una expresión comprensiva.
—Los dejaré un momento a solas.
Dicho esto, salió de la oficina, cerrando la puerta tras de sí.
Me separé lentamente de Gregory, quien aún tenía las manos apoyadas en mis brazos.
—Gregory... ¿dónde está Emily? —pregunté, tratando de mantener la calma.
—Está con tu hermano. La llevé al dormitorio de Ben. Aarón quería venir, pero pensé que era mejor que se quedara con ella.
—¿Viniste solo? —preguntó Kathy, su voz apenas un susurro, temblorosa.
—No, Oliver vino conmigo —respondió Gregory rápidamente—. Está en la sala de espera.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No lo sabemos, los forenses vinieron por ella, el señor Palmer ya habló a sus padres para que vayan a reconocer el cuerpo... fue todo tan rápido; hace unos momentos ella estaba conmigo, platicando y de un momento a otro, la vimos agonizando en ese tragaluz