Scott y yo bajamos del vehículo y nos dirigimos al interior del edificio. Nada más cruzar la puerta de cristal, nos recibió un bullicio constante: personas caminaban de un lado a otro, envueltas en sus propios asuntos. Algunas de ellas, celebridades de la televisión, pasaban desapercibidas entre el ajetreo del lugar.
De pronto, una voz femenina nos llamó a lo lejos.
—¡Alice!
Me giré en dirección al llamado y encontré a Sherry, sentada en un sillón rosa, con un café en la mano y una expresión expectante.
Nos acercamos a ella, y antes de que pudiera decir algo, Sherry sonrió con suficiencia.
—Me alegra que ya hayan llegado, estuve esperándolos.
—Hola, Sherry. ¿De qué querías hablar? —pregunté, cruzándome de brazos e inclinando la cabeza con interés.
La expresión de la reportera cambió de inmediato. Se inclinó hacia adelante y susurró:
—No podemos hablar de esto aquí... hay demasiadas personas que podrían escuchar.
Su tono de voz era tan bajo que tuve que esforzarme para oírla. Antes de que pudiera responder, Scott intervino.
—Hola, Sherry... me alegra volverte a ver.
Algo en su voz me hizo girarme para mirarlo. Su mirada estaba fija en Sherry, y no era la típica expresión relajada de Scott. Era como si estuviera midiendo sus palabras.
Sherry soltó una risa seca y arqueó una ceja.
—Scott... veo que ya saliste de la cárcel. —Su tono tenía un deje sarcástico—. ¿Cómo ha estado tu padre? ¿Ya dejó las drogas?
Scott tensó la mandíbula.
—No lo sé, y no quiero saber nada de ese hombre. —Su voz se endureció, pero luego dejó escapar una sonrisa sarcástica—. ¿Y tú, Sherry? ¿Ya dejaste de acostarte con cerdos asquerosos para conseguir fama y dinero?
La tensión entre ellos era palpable.
La sonrisa de Sherry se desvaneció. Su expresión se endureció, y durante unos segundos, nadie dijo nada.
—Esperen... ¿ustedes se conocen? —pregunté, mirándolos a ambos.
Sherry suspiró y se levantó del sillón, comenzando a caminar.
—Sí, nos conocemos. Su padre era mi amigo, y conocí a Scott desde que era un niño. Era como un sobrino para mí... hasta que su padre volvió a caer en las drogas y decidió venderle a un programa de chismes que yo me acostaba con hombres ricos para conseguir fama.
Scott soltó una risa irónica y caminó tras ella.
—Y tú decidiste ir con el señor Palmer para denunciar a mi padre por violencia familiar.
Había enojo en su voz.
Sherry se detuvo y lo miró por encima del hombro.
—¿Y acaso era mentira? Si mal no recuerdo, tu padre golpeaba a tu madre, a tu hermana y a ti. Yo solo hice lo que cualquier persona decente haría: denunciarlo.
Scott se acercó a ella, y por un momento, pensé que la tensión explotaría.
—No lo hiciste por justicia. Lo hiciste porque querías vengarte de él.
Sherry no respondió de inmediato. Se limitó a mirarlo fijamente, con una expresión que no pude descifrar.
Antes de que la situación se saliera de control, me metí entre los dos.

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Masked Desperation
TerrorDespués de una fatídica noche, Rosville es amenazada por un sujeto misterioso con una máscara. Alice Burke y sus amigos se verán involucrados en estas olas de asesinatos; ellos intentarán sobrevivir mientras descubren y detienen al de la máscara ¿Po...