Parte 22

15 8 29
                                        

Me despedí de mis amigos y caminé de regreso a mi departamento, aún sintiendo el cosquilleo de emoción recorriendo mi piel. Era extraño pasar de la tensión absoluta, de sentir la sombra del asesino acechándome, a esta sensación cálida que Ben lograba despertar en mí con solo una llamada.

Pero, por muy emocionada que estuviera, mi mente no tardó en recordarme la realidad.

"No lo olvides, Alice... siempre te estoy observando detrás de las sombras."

Un escalofrío me recorrió la espalda.

Mi mirada se deslizó instintivamente por el campus, observando a cada persona a mi alrededor. Un grupo de estudiantes conversaba cerca de una fuente, otros pasaban a mi lado sin prestar atención. Todo parecía normal.

Pero... ¿y si él estaba aquí?

¿Y si me observaba en ese mismo instante?

Mis pasos se aceleraron sin que me diera cuenta. Quería llegar al departamento cuanto antes, encerrarme, respirar, procesar todo.

Cuando finalmente abrí la puerta, me encontré con Kathy y Gregory en la cocina, charlando mientras picaban verduras.

—¡Adivinen quién tiene una cita esta noche! —solté sin poder contener la emoción que se mezclaba con mis nervios.

Ambos chicos se giraron a mi dirección y sus rostros de confusión lo dijeron todo.

—¿Tú? —preguntó Kathy, arqueando una ceja.

—Obvio, Kathy. Y si me baso en su cara, creo que el príncipe azul de Alice, ósea Ben, la invitó a salir. ¿Estoy en lo correcto? —expresó Gregory en un tono burlesco.

—Ay, tampoco para tanto, pero sí, Ben me invitó a salir —dije para luego darle un pequeño golpe en la cabeza a Gregory.

Kathy dejó escapar un grito ahogado y corrió hacia mí, sujetándome por los hombros.

—¡¿Ben?! ¿¡El Ben que yo creo que es!?

—Sí, sí, ese Ben.

—¡ALICE! —me sacudió un poco—. ¡Dios, esto es histórico!

Gregory sonrió divertido mientras tomaba un pedazo de zanahoria.

—Bueno, supongo que alguien tendrá que ayudarte a elegir qué ponerte.

—¡Yo me encargo de eso! —intervino Kathy antes de que yo pudiera responder—. ¡Ve a tu cuarto ahora mismo, tenemos mucho trabajo por hacer!

—Pero la cita es hasta las nueve...

—¿Y qué? Eso no nos da tanto tiempo. Ve. Ahora.

Suspiré, sabiendo que no iba a ganar esta discusión.

—Está bien, está bien, ya voy.

Antes de ir, me giré hacia Kathy, notando que su expresión parecía un poco más tranquila en comparación con los últimos días.

—Por cierto, ¿cómo te sientes hoy? ¿Ya comiste algo?

Kathy suspiró y me dedicó una leve sonrisa.

—Me siento un poco mejor. Claro, sigo triste, enojada e incluso impotente, pero estar derrotada en la cama llorando no va a lograr que el asesino sea vencido, ¿sabes? Gregory hizo pasta y comí un poco. Gracias por preguntar, Alice.

Sin pensarlo mucho, la abracé, queriendo reconfortarla al menos un poco.

—Kathy, creo que esta noche te vas a quedar sola. ¿No te molesta? —preguntó Gregory, dirigiéndose a la cocina para comenzar a lavar los platos manchados de salsa de tomate.

Masked Desperation Donde viven las historias. Descúbrelo ahora