El aire en la habitación se volvió pesado, como si las palabras de Sherry hubieran dejado una marca imborrable en cada uno de nosotros. Miré la libreta en mis manos, sintiendo el peso del pasado caer sobre mis hombros. Gilberto había sufrido más de lo que podía imaginar, y su dolor se había filtrado en cada una de esas páginas con una crudeza que me revolvía el estómago.
Sherry nos observaba en silencio, su mirada clavada en la libreta como si aún pudiera sentir la presencia de aquel chico maltratado y olvidado por todos. Suspiré y le devolví el cuaderno, sintiendo una mezcla de rabia y tristeza en mi pecho.
—Miren chicos —comenzó Sherry, su voz sonaba más apagada que antes—, en ese tiempo yo era una persona diferente. En la universidad uno siempre comete estupideces, no sabe lo que hace... Y en serio, me arrepiento tanto de esto.
Había sinceridad en sus palabras, pero no me bastaba. Nada de lo que dijera cambiaría el hecho de que ella, junto con nuestros padres, había contribuido al sufrimiento de ese chico. Y ahora, estábamos pagando las consecuencias.
Me levanté de la silla, sintiendo una punzada de agotamiento recorrer mi cuerpo. El cansancio mental y emocional comenzaba a hacer mella en mí.
—Vámonos, Ben —dije con firmeza—, ya escuchamos todo lo que debíamos saber.
Ben asintió y se puso de pie casi al mismo tiempo que yo, pero antes de salir de la habitación, me giré hacia Sherry. Ella nos miró con la misma expresión de alguien que ya no tenía nada que perder.
Saqué mi teléfono del bolsillo y lo levanté lentamente, asegurándome de que pudiera ver la pantalla. En la grabación se podía distinguir su voz con claridad, confesando todo. Sherry palideció, sus ojos se abrieron levemente, sorprendida por mi jugada.
—Solo te voy a pedir una cosa, Sherry —mi voz sonó más fría de lo que esperaba—. Hagamos un trato. Si tú me ayudas a descubrir quién nos está cazando, yo te ayudo a que esto no salga a la luz.
Ella parpadeó, recuperando la compostura. Una sonrisa casi burlona apareció en su rostro, aunque sus ojos reflejaban algo más profundo... ¿Miedo? ¿Resignación?
—Muy buena jugada, chicos —dijo con una ligera carcajada—. Me sorprende. Y claro, los ayudaré. Tenemos un trato. Yo les ayudo, y ustedes no muestran la grabación. Me parece justo.
Nos dimos la mano en señal de acuerdo, aunque sentí un escalofrío al tocar su piel. Había algo en ella que aún no me convencía del todo, pero por ahora, no tenía más opción que confiar en su palabra.
Salimos del edificio y caminamos en silencio hacia el departamento. La noche había caído, y la brisa fría me hacía sentir cada músculo tenso. Algo en el aire me decía que todo estaba lejos de terminar.
⸻
Al entrar al departamento, encontré a Emily y Aaron en la sala. Emily estaba de pie, sosteniendo unas hojas en sus manos, mientras Aaron permanecía sentado, prestándole toda su atención.
—Ummm... ¿Hola? —dije, arqueando una ceja—. Creí que regresaríamos hasta la noche.
Emily nos miró, como si no esperara nuestra llegada tan temprano.
—Yo también creía eso —respondió Aaron con una sonrisa torcida—, pero parece que alguien aquí tenía una sorpresa que no nos había contado.
Desvió la mirada hacia Emily, quien apretó los papeles contra su pecho, claramente incómoda.
—¿Algo que decir, Em?
Ella se removió en su lugar, mordiendo su labio inferior.
—Emmm, sí... bueno... es algo muy bobo.

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Masked Desperation
KorkuDespués de una fatídica noche, Rosville es amenazada por un sujeto misterioso con una máscara. Alice Burke y sus amigos se verán involucrados en estas olas de asesinatos; ellos intentarán sobrevivir mientras descubren y detienen al de la máscara ¿Po...