17 de octubre
Perspectiva de Alice Burke
El insomnio me consumía.
Estaba acostada en mi cama, con los ojos clavados en el techo, sintiendo el peso de la oscuridad sobre mí. Mi respiración era lenta, pero dentro de mí todo era un caos. No podía dormir. No podía cerrar los ojos sin imaginar a Mister SadGuy acechando en algún rincón, esperando el momento perfecto para atacar.
Solté un suspiro largo y pesado, sintiendo cómo mi pecho se oprimía con cada pensamiento. Giré la cabeza y observé a Emily, quien dormía profundamente a mi lado. Su respiración era tranquila, acompasada, como si estuviera completamente ajena a todo el horror que nos rodeaba. Verla así me provocaba un nudo en el estómago. ¿Cómo podía sentirse tan segura cuando yo sentía que el peligro estaba a la vuelta de la esquina? ¿Por qué mi madre la había traído de vuelta justo ahora? ¿Sabía algo que yo no?
Sacudí la cabeza, intentando alejar esas preguntas sin respuesta.
Poco a poco, el cansancio fue venciendo mis pensamientos. Sentí mis párpados volverse pesados, mi cuerpo relajarse contra el colchón. El techo se volvió un borrón oscuro y, por un momento, creí que al fin me perdería en el alivio del sueño.
Pero entonces, mi celular vibró.
El sonido me hizo abrir los ojos de golpe. Mi corazón dio un brinco en mi pecho y el sueño desapareció en un segundo. Tragué saliva y me incorporé con el ceño fruncido. ¿Quién llamaría a estas horas?
Alcé el teléfono y vi un número desconocido iluminando la pantalla. Un escalofrío recorrió mi espalda.
Revisé la hora.
3:00 AM.
Dudé por un momento, pero finalmente deslicé el dedo para responder.
—¿Hola? —Mi voz salió ronca y adormilada.
Entonces, escuché esa voz. Esa maldita voz que hizo que todo mi cuerpo se tensara.
—Hola, Alice... buenos días. ¿Te gustó mi sorpresa?
Sentí un golpe de adrenalina recorrer mi cuerpo. Mi piel se erizó y mis manos se crisparon alrededor del celular. Toda la somnolencia se desvaneció en un instante. La ira y la frustración me quemaron por dentro como un fuego incontrolable.
Con cuidado, sin hacer ruido, me levanté de la cama y salí de la habitación, asegurándome de no despertar a Emily.
—¡Tú, maldito infeliz! —escupí en un susurro rabioso, cerrando la puerta detrás de mí.
La risa al otro lado de la línea me puso los nervios de punta. Era burlona, fría, llena de un placer retorcido.
—Sí, soy yo de nuevo —dijo con tranquilidad—. ¿Me extrañaste?
Mi mandíbula se apretó con fuerza. Caminé por la sala de un lado a otro, sintiendo cómo mi pulso se aceleraba.
—¿Qué demonios quieres? —Mi voz temblaba de rabia—. ¿No te fue suficiente con intentar quemarnos vivos? ¿Con lastimar a mis amigos?
—Ay, chiquita... —Su tono sonaba casi divertido—. ¿Intentas ocultarme información con esa Sherry?
Mis latidos se detuvieron por un segundo.
—¿De qué hablas? —pregunté con cautela.
—Sé dónde estás todo el tiempo. Sé con quién te juntas. Sé lo que planeas hacer. Y, como castigo, deberías intentar hablar con ella... no vaya a ser que algo malo le haya ocurrido.
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Masked Desperation
TerrorDespués de una fatídica noche, Rosville es amenazada por un sujeto misterioso con una máscara. Alice Burke y sus amigos se verán involucrados en estas olas de asesinatos; ellos intentarán sobrevivir mientras descubren y detienen al de la máscara ¿Po...
