Hace un par de semanas que Kim Seokjin había llegado a la universidad. Eran los inicios del segundo semestre del segundo año y sabía que no sería fácil volver a retomar las clases luego de haberse retirado hace un año. Les llevaba un año de edad a la mayoría de sus compañeros y todos ya tenían su círculo de amistad establecido.
La muerte de su padre lo tomó por sorpresa, por lo que no se permitió seguir estudiando como le hubiese gustado, él era lo único que tenía desde que su madre se marchó y era la razón por la que quería terminar sus estudios.
Pero estaba solo.
En una ciudad nueva y sin amigos, esperando dar un paso adelante en su vida y dejar toda lo malo atrás.
- ¡Hola! Soy la encargada de mostrarte la Facultad, eres Seokjin, ¿verdad? - se le acercó sin previo aviso mientras se sentó en frente de la mesa donde estaba tomando desayuno
- Oh, hola... - intentó tragar rápido el pan que tenía en la boca mientras se quedó mirándole fijo el maquillaje a la chica que tenía en frente - no sabía que había alguien que hiciera ese trabajo
- Bueno.... No lo hay
- ¿Eh?
- Lo sé, sé que es raro - suspiró - soy parte del comité de bienvenida de nuestra generación, solemos ayudar a los de primer semestre, pero pedí acercarme a ti porque ya llevas 2 semanas aquí y siempre que te veo, estás solo y deambulando por los pasillos medio perdido - confesó - Lo siento, de verdad no quise entrometerme, pero es segundo semestre y las cosas se pueden poner medias complicadas por aquí si te quedas solo, y además... de tanto preguntar, ya te me asignaron, y no puedo alejarme de ti sin antes mostrarte la Facultad - se mostró convencida
- Oh... – expresó sin saber que decir ante las palabras de la chica
- ¡Discúlpame! No quise incomodarte - se arrepintió de haberle confesado todo desde el principio, pero cuando algo la emocionaba, le costaba cerrar la boca
- Está bien, no te preocupes - le sonrió, la forma en que se expresó lo pilló desprevenido, pero ella tenía razón, había estado demasiado solo este último tiempo y tampoco se había dado el tiempo de acercarse a alguien, terminaban las clases y se iba directamente a su casa, así que agradeció que alguien se acercara a hablarle, aunque sea por algo así - termino de comer y podemos caminar
Ella lo miró sin ocultar su emoción, había aceptado su propuesta sin parecer extraña.
- ¡Estupendo! – se alegró - A todo esto, soy Mila - le estrechó la mano - mucho gusto, Seokjin
- Jin - tomó su mano respondiéndole el saludo - puedes llamarme Jin, Mila
Al estrecharle la mano, Mila le quedo mirando la pulsera de la muñeca y pudo notar el peculiar dije que traía.
- ¡Tienes un dije de alpaca!
- ¿CÓMO? - Se sorprendió Jin tocando su muñeca - ¡Si! Es una alpaca. Eres la primera persona que no dice que es un cordero o una oveja, wow
- Ay por favor! ¡Claramente es una alpaca, las ovejas ni los corderos se ven así!
- ¿Cierto? Son completamente diferentes
- Definitivamente lo son
Jin la observó fijo a los ojos sin dejar de sonreír, su padre adoraba los viajes al extranjero, y en su último recorrido a Sudamérica le trajo aquella pulsera, enseñándole un poco sobre la cultura. Era uno de los recuerdos más preciados que tenía, y que una desconocida se haya percatado de algo tan significativo para él, le alegró el día, y cuando menos lo imaginó, ya se había enamorado de ella.
El recorrido fue tranquilo, la chica le pareció alegre y divertida, por lo que le dio la confianza para bromear con ella, pues, no muchos seguían sus bromas y el que ella le siguiera el juego lo hizo sentir cómodo, por lo que, al día siguiente, decidió buscarla para agradecerle.
Para su suerte, la vio saliendo de la biblioteca y quiso acercarse por el pasillo, sin embargo, notó que estaba con alguien más, una chica de pelo negro corto que llegaba a sus hombros
- Por cierto - dijo entregándole unos libros a Mila - Él tenía razón, el maquillaje que llevas hace que te veas horrible – Se marchó sin notar la presencia de Seokjin, quien no pudo evitar escuchar la conversación.
- ¿Y ella quién se cree que es? – dijo un tanto molesto - ¿Estás bien? – La voz familiar la tomó por sorpresa, por lo que tomó un par de segundos en reaccionar
- Oh, Jin, no te vi llegar, lo siento - dijo secándose la lágrima que corría por su mejilla, esperando que este no la notara - Estoy bien, no te preocupes...
- Tu no deberías preocuparte – se apresuró en decir – ¡Lo que acaba de decir es una total ridiculez!
- ¿Cómo dices?
- Así es, tu maquillaje es bonito - le sonrió - No dejes que un comentario así haga que dejes de hacer lo que te gusta
Mila lo observó fijo a los ojos y le sonrió, y cuando menos lo imaginó, ya se había enamorado de él.
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Awake / Jin y tú
Romance¿Por qué le tememos tanto al rechazo? Pueden haber miles de motivos para no querer pasar los límites de la amistad, pero de lo único que había certeza, es que ambos eran unos cobardes. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar, si una tercera persona lle...