Kavi se había quedado sola, se quedó hundida en sus pensamientos mientras fumaba su cuarto cigarrillo, sabía que había movido sus cartas, y pensó que solo tenía que esperar.
- Hola – giró y se encontró con un muchacho alto, castaño, no estaba mal, a pesar de notarse lo suficientemente borracho.
- ¿Qué quieres?
- Vaya, que dura – le dijo él acercándose - Quería saber si quieres bailar conmigo.
- Lo siento, no puedo
- ¿Por qué no? ¿Acaso tienes novio? – Se le quería acercar un poco más, pero Kavi lo apartó
- Si, tengo, y está dentro con unos amigos, así que por favor no te acerques o voy a buscarlo – mintió, realmente no quería nada con ese muchacho.
- Oh, comprendo – dijo sonriendo – no te preocupes, yo no me involucro con mujeres con novios – a Kavi le dio gracia que, a pesar de su condición, tuviera algo de moral - ¿Sabes si alguna chica linda de por aquí esté disponible? Solo quiero pasar el rato...
- No, lo siento... - El chico se encogió de hombros y empezó a caminar, en eso, Kavi logró visualizar a la distancia que Mila había ingresado al sector.
- ¡Espera! – dijo haciendo que este se detuviera y la mirara extrañado – Si sé de alguien...
- ¿De veras? – el muchacho le sonrió, estaba interesado en lo que decía.
- ¿Ves a la muchacha de allá? – indicó a Mila – Se llama Mila, y está soltera
- ¿Soltera? – dijo sonriendo – vaya, iré por ella
- Eso sí... posiblemente dirá que está con alguien, pero no te preocupes, eso lo hace para hacerse la difícil, le gustan los juegos previos – El chico sonrió aún más ante las palabras de Kavi.
- Vaya, vaya, y a mí me gustan los desafíos... Muchas gracias – El chico se alejó de ella, y Kavi, con una gran sonrisa en el rostro, supo que ya era momento de marcharse.
–
Mila estaba en la terraza, había salido del baño hace un par de minutos y lo único que quería en esos momentos era tomar aire.
Había buscado a Tae, pero no lo encontraba por ningún lugar.
¿Qué iba a hacer? No tenía a donde ir, y lo que menos podía hacer era regresar a su casa. Esta era LA oportunidad que tenía para escapar de Wooyoung, por lo que no podía regresar con él, no podía, menos ahora.
Decidió esperar a Tae, después de todo lo que conversaron, le prometió que no la dejaría sola esa noche, por lo quiso confiar y esperar hasta que apareciera.
Pese a todo, no se quería rendir, realmente quería conversar con Jin, pero las palabras de Chaeyoung la perforaron a tal nivel que no sabía qué hacer.
- ¿Mila? – Esta se dio vuelta y vio a su amiga - ¿Qué haces aquí? No sabía que ibas a venir, yo-
Mila la interrumpió, fue directo a sus brazos sin dejar que esta terminara de hablar, lo que más quería en esos momentos era un cálido abrazo.
- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? – Lice no se esperaba verla ahí, se empezó a preocupar por ella.
- Lizzie... me alegra tanto haberte encontrado
- Mila, ¿qué ocurre?
- Por Dios, solo quería verlos a todos, conversar con Yoongi y Jin, y yo-
- Hola muchachas – dijo apareciendo el chico que hace unos instantes había estado con Kavi.
- Ho-hola? – saludó Mila un poco confundida.
- Te vi de lejos – se acercó hacia Mila, haciendo que esta retrocediera un paso.
- Pero qu-
- Quería saber si querías bailar conmigo
- ¿Te importa? Estábamos conversando – él ni siquiera tomó en cuenta las palabras de Lice, fue directamente hacia Mila haciendo como si ella no existiera.
- ¿Qué dices? – dijo sosteniendo la muñeca de Mila
- ¿Qué ocurre contigo? ¡Suéltame! – Trató de soltarse de su agarre, pero este era demasiado fuerte para dejarla ir.
- ¡Déjala en paz! Tiene novio, ¡no quiere estar contigo! – Interrumpió Lice, esperando que, con eso, la soltara.
- Oh, así que tienes novio – dijo riéndose.
- S-sí, tengo novio, así que, por favor, suéltame
- No me digas – rio ante aquello, era tal como le había dicho Kavi.
- ¡Suéltala! – Lice intentó intervenir, pero él, de un solo manotazo, la tiró al piso haciendo que Mila abriera los ojos de golpe.
- ¿Qué te ocurre, idiota? – Mila lo encaró, no estaba nada contento con aquello, sin embargo, Lice sabía lo que tenía que hacer, no iba a fallarle nuevamente a su amiga.
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Awake / Jin y tú
Romance¿Por qué le tememos tanto al rechazo? Pueden haber miles de motivos para no querer pasar los límites de la amistad, pero de lo único que había certeza, es que ambos eran unos cobardes. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar, si una tercera persona lle...