Epilogo.

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No podía dejar de mírarme al espejo, mi vestido era precioso. Muy simple, pero precioso. Estaba muy nerviosa, al fin había llegado el gran día...hoy me casaría con Carlos Marco y pasaría a ser la esposa de Marco.

Mi pelo se veía perfecto, ondulado y con un maquillaje muy suave. Alguien tocó la puerta y dije que pasara. De pronto, los tres hermanos Marco y Pattie entraron sonriendo.

-Estas preciosa-dijo Pattie-.
-¡Que guapa!-exclamó Jaxon-.
-Estas hermosa-dijeron Matt y Drake-.
-Y tu también cariño-le dijo Drake a Lucy, ella sonrió dandole un besito-.
-A Carlos le va a dar algo-dijo Matt-esta muy nervioso.
-Créeme, yo también.
-No tenéis porque estarlo, todo saldrá bien, vamos, todos a sus sitios.

Y sin duda lo fué. Al ver a Carlos esperándome en la entrada con su traje negro, me sentí más feliz que nunca en mi vida. El estaba guapísimo y sonrió al verme, yo hice lo mismo.

Matt me dejó con Carlos y el me susurró al oído lo guapa que estaba. Poco después la ceremonia empezó. Los dos dijimos el sí quiero, nos dimos nuestros anillos y dijimos los votos matrimoniales.

-Yo os declaro, marido y mujer.
Puedes besar a la novia.

Carlos quitó mi velo y me besó mientras todos aplaudían. Salimos fuera y todos tiraron arroz mientras aplaudían, reían y nos felicitaban. No podía dejar de llorar de la emoción mientras Carlos se reía de mí.

Fue sin duda, el mejor día de mi vida. Llena de mis seres queridos. Cortamos la tarta, bailamos, sacamos fotos e incluso los dos hermanos Marco dijeron un discurso.

También tiré mi ramo y adivinar quien lo cogió...¡LUCY! Drake rió y Lucy le dijo que ya podría ir comprando un anillo grande si quería que fuera su esposa, el la besó y le prometió que lo hará.

Pattie lloraba de la emoción y Jaxon estaba feliz de que al fin todos estuvieramos juntos.

Me sentía triste, porque bueno, mis padres no estaban vivos...pero estoy segura de que ellos me estaban viendo desde arriba.

-Es hora de irnos.
-¿Y a donde vamos?
-Sorpresa cariño.

Nos fuimos despidiendo de todos los invitados. Estaba intrigada por donde pasaríamos nuestra luna de miel, pero me iba a dejar llevar porque realmente me daba igual. Si estaba con Carlos no importaba el sitio para nada.

Entramos en la limusina y dejé mi cabeza en el hombro de Carlos. Estaba cansada y mis pies dolían muchísimo. El cogió mi mano y la besó.

-Has echo mi sueño realidad-le dije-.
-Te lo mereces mi amor. Esto y más señora Marco.
-Que bien suena-dije mirándolo-.
-Suena de maravilla-acercó sus labios a los míos y me besó-te amo.
-Y yo a tí.

Una hora más tarde, el coche paró y yo bajé junto a Carlos de él. Ví un enorme yate donde ponía felicidades y estaba lleno de globos, sonreí y miré a Carlos, el me miraba.

-¿Y esto?
-Vamos a pasar la noche aquí y mañana cogeremos un vuelo desde San Diego a Venecia.
-Oh, ¡me encanta!
-Pues señora Marco, vamos a empezar nuestra luna de miel-me cogió-.

Reí cuando me llevó hasta la habitación del yate y entró conmigo en brazos. Poco después me bajó y me dio un tierno beso y luego otro, y otro...hasta empezar a desnudarnos.

-Señora Marco, esta noche empezamos la operación bebes.
-Me parece una magnifíca idea señor Marco, pero solo si cambias tu los pañales.
-Eso esta echo-dijo sonriendo y me volvió a besar-.

Y es que a pesar de todo, lo único que el necesita es amor. Amor que yo le iba a dar para el resto de nuestras vidas.

- нe נusт ɴeeᴅlove. [carlos y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora