La Adopción Correcta

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Sebas

Me llevaron de nuevo al cuartillo, espere por un par de minutos, como ya no tenía que hacer nada le encargue a Mina mi saco y corbata.

-¿Me visitaras? -pregunte. Estaba sentado con mi cabeza encima del hombro de Mina.

- ¿Y tú? -Me acomodé mejor.

-Claro. Al final siempre has sido y serás mi única madre. Fuiste la única que me enseñó el verdadero amor de una madre. Mina no dudes que siempre te querré.

-Y tu mi hijo -se le rompió la voz- Ella es muy afortunada de ser tu mamá. Yo lo estaría.

-Mina...

-¿Si?

-en otra vida hubiese sido tu hijo y tú mi mamá -asegure- no se porque lo sé pero lo sé.

- yo también lo siento así Sebas. En otra vida estaríamos sentados en un enorme sofá en Europa viendo películas juntos -solo imaginarlo me hace sentir bien.

-Mina.... -estoy muy sensible, después de todo sigo siendo un niño que necesita amor.- Prometo que me voy a comportar bien, te visitaré a ti y a los muchachos, prometo cuidar de ti siempre y cuando sea grande te llevaré a vivir conmigo.

- ¿Así? -ya estábamos enfrente de cada uno. Ella me miraba a mi y yo a ella- ¿No te complaces con tener una sola mamá?

-Tu eres la única en mi corazón. -la abrace- Claro que estoy agradecido con Doctora Ale por darme un hogar, pero me hubiese gustado más que mi hogar y futuro sea a tu lado, porque al terminar el día eres la única que merece que le diga mamá.

- Ya calla -me separó- me vas a ser llorar. Y tengo un carisimo maquillaje.-bromeó

-Te voy a extrañar mucho Mamá. -La bese en la mejilla y seque una de sus lágrimas.

-Joven Sebastián -ambos nos giramos al hombre- Lo esperan. -el salió y nos pusimos de pie. Espere que Mina me siga pero se detuvo en la puerta.

-¿Mina? -ella me hizo una señal de adiós y comprendí que sería difícil dejarme. No la culpo yo también la voy echar de nuevo. Al fin y al cabo ella me cuido cuando no tenía que hacerlo- Hasta pronto mamá.

Salí de aquel cuarto. Seguí al guardia y pude observar a una chica con Ale estaban discutiendo -eso creo- Mi nueva mamá parecía enojada y a la vez preocupada. Mi di el lujo de observar a su amiga. Joven igual que ella, tenía un vestido negro con un enorme saco que le llegaba hasta las rodillas -no soy bueno con la moda- tacos muy altos, con solo mirarlos siento que pierdo el equilibrio, su cabello en bien rizado, lo tiene suelto -es bonita- su cabello color avellana no están largo pero ella sabe cómo lucirlo. Mi nueva madre carga un traje y su cabello atado en una coleta, Ale también es bonita pero por ahora parece preocupada.

Ambas se giraron hacia mi.

-¿Sebastián? -Ale se acercó. Y me ofreció una sonrisa cálida- ¿Cómo estás?

-Hola -miré a la otra chica. Solo espero que mi nueva madre no me diga que no será la única. No me juzguen no soy homofóbico, solo sería una gran sorpresa. Sería doble desayuno, doble consentimiento. Tener dos mamá no está mal después de todo.