Capítulo 41

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Al llegar a la playa donde estaban Dim y Salah junto con la otra niña, descubrieron que los concejales que se quedaron con ellos habían sido reducidos por Ragena y por dos maestros aliadas suyas: un hada azul y un Syren joven.

Dim y Salah ahogaron sendos gritos al notar la presencia de Kara. Ella se había detenido al olerlos unos pasos antes de verlos, y solo avanzó porque Lena tomó su mano y la cinchó para que abandonase la selva. 

Los niños dudaron antes de acercarse. Dim olisqueó el aire y se encogió un poco. Salah fue la primera en avanzar y pararse delante de sus dos madres, con los ojos fijos en Kara. Ella se acuclilló para estar a su altura y le enseñó una sonrisa. Salah se abrazó de su cuello como si los siglos no hubiesen transcurrido. 

Dim imitó a su hermana y se sumó al abrazo. Tiraron a Kara al suelo por el ímpetu de su recibimiento. Ella se rió y los abarcó con sus brazos, llorando agradecida por tenerlos al fin con ella.

- Mis niños...- Murmuró, besando las cabezas de ambos. 

Lena lloró también por la cantidad de emociones que se removían en su interior y en el ambiente. Lilah apoyó una mano en su hombro y exhaló. 

- No hay cosa más linda que ver la felicidad de esos cachorros... - dijo. 

- Miren quién ha perdido su rudeza...- Rió Lena. 

Lilah ladeó la cabeza y puso los brazos en jarras, secándose una lágrima.

- Tonterías. 

Ragena caminó hasta Lena y apoyó una mano en su espalda, agachando la cabeza y sonriéndole. 

- Nuestros caminos deben volver a separarse, Ryvy. Quizás esta vez definitivamente. Se irán de inmediato. No debemos permitir que lleguen los refuerzos. 

Nia extendió un brazo hacia el mar e hizo aparecer un túnel que iba hacia el fondo. 

- ¿No vendrás con nosotras? - se asombró Lena, tomando a su vieja amiga por el brazo. 

Ragena ladeó la cabeza y contempló a los dos maestros que la habían acompañado. 

- Nos quedaremos para cubrirlas. Aún tengo asuntos que resolver con las autoridades más altas de la Magia. 

- Te matarán cuando sepan que los traicionaste. 

- Ya he vivido muchos siglos - planteó la metamorfa -. Más aún de los que esperaba en la guerra. Hemos hecho un buen trabajo en este mundo, Ryvy, pero en algún momento siempre toca trascender - se volvió hacia Kara -. Dinahia. La última vez que nos encontramos, fue en tu lecho de muerte, antes de que Ryvy crease la isla. Es agradable volver a verte. 

Kara agachó la cabeza. Los niños seguían prendidos de ella. 

- Gracias por cuidar de nuestros hijos, Ragena. Eres de los pocos seres en el mundo que ha mantenido su palabra durante tanto tiempo. 

Ragena asintió y retrocedió con sus maestros. En la selva ya se oía movimiento. 

- Márchense. Ryvy, ya sabes qué deben hacer. Nia tiene el resto de las instrucciones. 

- ¿Confiaremos otra vez en esta mestiza? - Lilah alzó una ceja. 

- Nunca les hice el mal - replicó Nia, impasible -. Los rencores del pasado no afectan el presente - eso último lo dijo mirando específicamente a Lena -. Peleamos en el mismo bando. 

Lilah no estaba convencida, pero siguió al resto. Dim y Salah, antes de marcharse, se volvieron hacia su amiga. 

- Alex - Salah extendió una mano hacia ella -, ¿vendrás?

El lado oscuro de la luna- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora