Capítulo 26

560 78 12
                                    

Kara caminaba de lado a lado en la sala de su cabaña, tan alterada como cabría imaginarse que estaría tras haberse enterado de la verdad con respecto al retoño que, contra su correcta aprobación, habían engendrado los hechiceros oscuros.

El niño dormía plácidamente en el sillón junto a Lena, que acariciaba su cabello con la mirada enturbiada de emociones confusas. Ella se hallaba en ese entonces más tranquila que Kara, pero aún así, no podía evadir esa alteración o esa incomodidad que le había generado la visita a la tumba de una de las mujeres que sabía que había amado con toda su alma en el pasado, y la oscura verdad que encerraba la profanación de sus restos mortales.

Habían caído en esa realidad de una forma mucho más vertiginosa e inestable de lo que habían deseado. El control del que tan desesperadamente habían planeado apropiarse luego de alterar la línea temporal, comenzaba a escaparse nuevamente de sus manos debido a este nuevo percance, y temían que ocurriese lo mismo con su objetivo principal.

- No imagino lo que debes estar pasando en este momento, Kara- dijo Lena poniéndose de pie y aproximándose a ella-. Lo violada, injuriada y colérica que puede haberte hecho sentir la desfachatez del círculo negro.

Kara se detuvo en su andar y se cruzó de brazos, mirándola con una rabia que no iba dirigida a ella.

- Si uno de ellos apareciera frente a mí ahora, no dudaría un segundo en arrancarle el gaznate con los dientes.

Lena torció la boca y la abrazó con fuerza, sintiendo cómo temblaba, quizás no solo en pro del enojo, sino también de la impotencia.

- Cariño, no te dejes llevar por el dolor. Sé que esto es un caos, pero no podemos permitir que nos de por delante. Si perdemos los estribos, habremos hecho todo esto en vano.

- Lo sé- asintió la rubia, apartándose y mirando al niño con un gesto de profundo desconcierto-. No alcanzo a entender su necesidad de hacerlo de esta manera... ¿por qué elegir mi genética para crearlo, cuando podrían haber empleado la de cualquier otro Slint Vain? No tiene ningún sentido...

- Las respuestas llegarán- contestó Lena, acariciando su mejilla-. Ten paciencia.

Kara avanzó hasta el sillón y se sentó junto al durmiente, observándolo con ansiedad.

- Mira lo delgado que lo tenían esos bastardos...- apretó los dientes-. Lo trataron como a un animal. Como a una bestia...

Lena se aproximó y pasó un brazo por sus hombros para acercarla y besar el tope de su cabeza.

- No te amargues más, por favor. Tienes razón; no parece que lo haya pasado bien con los hechiceros, pero recuérdate que ya no podrán hacerle más daño. Está con nosotras ahora...

- Es mi hijo- murmuró Kara, ladeando la cabeza-. Mi hijo...

- Sí, cariño- Lena le sonrió-. Puede que el procedimiento no haya sido el ideal, pero el niño tiene tu sangre, y eso no va a cambiar.

Kara oyó de pronto que el corazón del pequeño se aceleraba, y cuando bajó la vista hacia él, se encontró con que sus ojos, negros y grandes, estaban abiertos de par en par. Sus garras de lobo se habían clavado en el sillón, y todo su cuerpo estaba en tensión, como si se sintiese amenazado.

- Lena... no te muevas- pidió la rubia, alarmada.

Lena se sobresaltó al seguir la trayectoria de su mirada. Los irises del niño, que iban de una a otra sin perderlas de vista, se encendieron con una luz amarilla semejante a la que poseía a los de Kara cuando su faceta lobuna se apropiaba de sus sentidos.

- Tranquilo- siguió Kara, levantando las manos hacia su hijo-. Nadie te va a dañar.

El niño comenzó a gruñir y se transformó en un cachorro de pelaje azabache que bajó las orejas y se agazapó, enseñando los dientes.

El lado oscuro de la luna- SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora