Kara se detuvo a pocos pasos de la habitación, cuando se dio cuenta de que sus nervios le habían jugado una mala pasada y de que había salido corriendo sin pensárselo dos veces y sin evaluar el panorama. No sentía ningún olor en el entorno que pudiese advertirle de algún posible enemigo infiltrado, y ninguno de sus sentidos contribuía a la teoría de la cual la había imbuido su alterada imaginación. Algo desconcertada, se dio cuenta también de que era la primera vez que le sucedía algo como aquello. Nunca antes había perdido el juicio de una forma tan estúpida.
Se volvió a transformar e, igualmente, entró a las corridas en su cuarto, hallando lo mismo que acababa de deducir; Lena estaba acostada, con los párpados apretados y el cuerpo y el rostro en tensión. Sus puños estaban cerrados en torno a las mantas, y los nudillos palidecían a la luz de la luna que se veía a través de la ventana a su espalda.
Kara se sentó al borde de la cama y la sacudió un poco por el hombro. Lena se despertó de sopetón y se incorporó jadeante, de una forma tan brusca, que si la otra chica no hubiese mantenido la distancia, de seguro la habría golpeado.
- Eh, eh, tranquila... Solo fue una pesadilla.- Kara tomó su mano y la apretó para que viera qué era real y qué no.
Lena soltó una exhalación y cerró los ojos, tratando de controlar sus latidos descontrolados. Luego se llevó una mano al rostro y ladeó la cabeza. Casi parecía como si siguiese inmersa en aquel terrible sueño.
- Joder, estás hirviendo- dijo Kara, llevando una mano a su frente para medirle la temperatura que acababa de percibir en su piel. Olfateó un par de veces sin que ella lo notara. Olía a fiebre y a decaimiento-. ¿Cómo te sientes?- Preguntó, aunque ya lo sospechaba.
- Como si me hubiesen sacudido las ideas y abandonado al sol- Lena apretó los párpados e hizo una mueca.
- Creo que tienes fiebre- Kara frunció los labios-. Iré abajo a ver qué encuentro. No me tardo.
- Aguarda, Kara.
La rubia se detuvo en medio de su andar y se volteó hacia Lena, que la contemplaba vacilante, con los ojos verdes teñidos de miedo.
- ¿Qué sucede?
La otra volvió a titubear, y al final ladeó la cabeza.
- No importa- Hizo las mantas a un lado-. Iré contigo.
- No deberías levantarte, te ves fatal- Kara se aproximó a la cama y la obligó a volver a recostarse-. ¿Sigues nerviosa por el sueño?
Lena frunció el ceño y apartó la mirada.
- Te debo parecer una niña pequeña...
- ¿Por no querer quedarte sola?- sonrió y la cubrió con las frazadas-. Me sorprende que todavía puedas dormir con lo sucedido- afirmó-. No eres una cobarde, Lena; es completamente normal que estés asustada. De otra forma, estarías en el manicomio, ¿no crees?
Lena guardó silencio.
- Necesito mis medicamentos. Están en el bolso que dejé en el auto.
Kara la contempló asombrada.
- ¿Tomas medicamentos? ¿Por qué?
La morena jugó con sus manos encima del regazo. Luego soltó un profundo suspiro y la miró con seriedad.
- Me lo recetó el psicólogo. Sufro de ataques de pánico y a veces de depresión.- Se humedeció los labios-. No me mires así.
Kara frunció el ceño.
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El lado oscuro de la luna- Supercorp
Fanfiction" - (...) Es a los monstruos a quienes temo. Kara sonrió de lado y se cruzó de brazos, mirando la luna nueva ausentemente. - No es a los monstruos que tienes en mente a quienes debes temer- dijo-. Quizás fueron temibles antes, pero...