7: La noche es peligrosa

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Camino hacia la salida, esquivó a los dos hombres que cuidan la entrada. No me sorprende encontrarme aún con la fila de gente deseando entrar. Me alejo de las personas, mis oídos empiezan agradecerme por mi decisión. Pienso en tomarme un taxi, pero eso preocuparía a Clarisa y a Luzma, aunque esta última dudo que se acuerde que vino conmigo. Trato de ubicarme encontrando el camino de subida que me lleva al coche de Clarisa.

Subo maldiciendo en cada doblada de pies y termino riéndome como loca de mí misma.

Llevo treinta minutos sentada en la banqueta y no hay luces de ellas. Pienso en marcarles, pero no quiero ser aguafiestas. Quizás pueda esperarlas un poco más y si no aparecen terminar por irme en taxi. Reviso mi celular para ver si tengo alguna llamada y para mi mala suerte está apagado.

—Hola guapa. —Me pongo de pie de un brinco haciendo que mi celular salga volando cayendo a unos cuantos pasos del tipo que me habla —¿Quieres que te acompañe?

—No gracias. —Podría recoger mi celular, pero me da miedo descuidarme, tendría que agacharme muy cercas de él. Está algo tomado, lo que podría ser una ventaja para mí, pero no puedo ni siquiera moverme un poco del miedo que tengo.

—Venga, te invito algún lugar. —Camina hacia mí, no lo veo tambalearse ni un poco.

Su voz me dice que está borracho, pero no lo suficiente para poder con él. Podría irme, pero no puedo dejar mi celular, hay cosas que son muy importantes para mí.

—Por favor, podrías irte. Mi novio está por llegar y es muy celoso —trato de ser muy segura al hablar, pero mis nervios me traicionan.

—Yo no lo soy. — Se acerca más dejando mi celular atrás de él, ni siquiera se ha dado cuenta de el.

La distancia entre los dos es muy corta, si intenta algo no me quedará otra que salir corriendo, si es que puedo.

—Lindo vestido. —Toca un mechón de mi pelo, intento hacerme hacia atrás, pero el coche de Clarisa me lo impide.

El rechinido de un carro deteniéndose de golpe, hace que la sangre se me vaya a los talones, podrían venir con él y subirme con el más mínimo esfuerzo.

Escucho el sonido de la puerta abriéndose, analizó todas mis opciones.

—Sube a la camioneta. — Miro a Romane, pero ella no me mira, está enfocada en el tipo.

Podría decirle que no, podría decirle que esperaré a mis amigas aquí. Que vaya a darle órdenes a otra. Pero no, al contrario de hacer eso, me siento aliviada de que esté aquí. Quiero tomar mi celular que ahora está aún lado de él, titubeo en acercarme.

—Sube —rodeo la camioneta, ella espera a escuchar el sonido de la puerta cerrarse, se acerca al tipo, sin dejar de mirarlo, recoge mi celular.

—Toma —me entrega el teléfono y arranca.

—Gracias —miro al tipo mientras nos alejamos.

—¿Por qué te alejaste? La noche es muy peligrosa. —Quiero decir que iba a estar bien, pero al final la situación terminó dándole la razón, quizás no soy lo suficientemente responsable y madura para cuidar de mí — Pudo pasarte algo —deja de mirar la carretera y me mira.

—Lo sé —digo apretando los dientes por darle la razón y reprimo un "lo siento" no tengo por qué pedirle disculpas —solo da la vuelta y esperaré en la entrada del bar.

—Te llevaré a tu casa.

—No —digo con demasiada rapidez —Gracias, pero vine con Luzma y Clarisa con ellas me iré.

—Tu amiga Luzma está demasiado tomada, lo que no me sorprende siendo tu amiga —la miro sintiéndome ofendida —y tu amiga Clarisa la está pasando muy bien con Samady. —me mira como esperando alguna reacción de mí —Te llevaré a tu casa.

ROMANE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora