—Dime que tengo que hacer para que sonrías. —Acaricia mi mano.
—Estoy bien.
—No lo estas, miras hacia la ventana para evitar que te vea llorar.
Se detiene en un semáforo y escucho el cuero de su asiento cuando se mueve, toma mi cara para hacer que la mire.
—No me mientas, estoy aquí para ti. —Las lágrimas caen por mis mejillas y ella las limpia acariciando mi rostro. —Si pudiera hacer algo para que tu madre pensara diferente, lo haría.
—Lo sé. El problema no es solo de ahora, es algo que ha crecido conmigo, simplemente no soy la hija que ella hubiera querido.
—Pero eres la hija de papá, él te ama y sé que no reemplaza el amor de tu madre, pero no olvides que lo tienes a él.
—No lo olvido, él siempre ha estado para mí.
El sonido de un claxon hace que Romane vuelva al volante. Su celular comienza a sonar con el nombre de Allison su asistente del club, ella lo ignora y vuelve a sonar.
—Quizás es importante.
—Sea lo que sea que se encarguen ellos.
—Solo contesta. —Entramos a su edificio y el celular vuelve a sonar. —Contesta —Le sonrió para que se relaje y ella respira frustrada respondiendo la llamada poniéndolo en alta voz.
—¿Que paso?
—Romane, lamento llamarte hoy, sé que es tu cumpleaños, pero tenemos un problema.
—Llama a Santino o Max, que ellos lo resuelvan.
—Es que ellos están aquí y no lo han podido solucionar, me pidieron que no te llamara, pero tú me has dicho que siempre te avise si hay un problema.
—Pues ya no me avises, deja que ellos lo solucionen.
Miro a Romane haciéndole señas de que ha sido muy grosera con ella.
—Lo lamento Allison, pero no puedo dejar a Romina sola.
—Ve —llamo su atención, pero ella niega molesta.
—No voy a dejarte sola.
—Hagamos algo, ve a solucionar eso, si no tiene solución en dos horas te regresas y así me das tiempo de organizarte algo.
—No necesito que hagas nada, solo quiero estar contigo.
—¿Querías hacer algo por mí? —ella asiente —que me dejes hacerte por lo menos una cena de cumpleaños me hace ilusión.
Ella se queda callada, lo está pensando.
—Bien, tienes solo dos horas y no salgas del departamento, encarga las cosas que ocupes.
—Trato hecho —me acerco a ella y le doy un beso en la boca, ella parece relajarse un poco y me sonríe.
—Salgo para allá Allison —no deja que responda y cuelga la llamada.
—No seas tan dura con ella.
—No soy dura, solo firme.
Ella sale del coche y la espero hasta que abre mi puerta.
—No era necesario que te bajaras.
—Voy a dejarte en el departamento, quiero asegurarme que estarás bien para poderme ir más tranquila. No quiero separarme de ti.
—Yo tampoco, pero solo serán dos horas y volveremos a estar juntas.
—Solo dos horas.
Subimos a su departamento abrazadas, sé que ella no quiere irse y tampoco quiero que lo haga, pero me hace mucha ilusión hacer que este día sea especial, que sea un cumpleaños inolvidable, sé que la situación no ayudo mucho, pero hare lo mejor que pueda.
ESTÁS LEYENDO
ROMANE 1
RomanceRomina trabaja como asistente de dirección en la empresa de modelaje Rizzo. Después de dos años trabajando para don Franco, tiene que decirle adios, para darle la bienvenida a la hija de su jefe. A lo que parece ser un cambio simple, se convierte en...