33- Vas a llorar Romina.

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No he podido concentrarme, lo sucedido esta mañana ocupa demasiado mis pensamientos. He llamado al hotel preguntando sobre la chica que tuvo el incidente con Sebastián, he hablado con ella y me ha contado que había sido una orden de su jefe a petición de Romane. Tengo tantas preguntas en mi cabeza.

Son las seis de la tarde, hace media hora que Pía se ha ido, tengo la cita con Manu para comenzar con la pintura, he querido retractarme pero las dos veces que lo he llamado, me habla de lo emocionado que esta de hacerme una pintura y desisto en mi decisión de cancelar. Tomo las cosas de mi escritorio. Me tiento en tocar la puerta del despacho, no se si ella este ahí, ni si quiera se si volvió, como siempre no se en que punto estamos. No puedo quitar de mi cabeza la forma en que Romane y Andrea se trataron en el desfile, la complicidad con la que hablaban.

Pienso en Samady, se que ella es una puerta enorme hacia todas las dudas que tengo, pero algo dentro de mi me dice que si lo hago esa puerta no solo se abrirá para darme respuesta, si no para sentirme mas culpable de lo que ya me siento. Me repito mil veces que soy una mujer adulta y madura, que sabré sobrellevar las consecuencias de mis actos. Tantos escenarios en mi cabeza de como podría terminar esto me hacen sentirme preparada a lo que venga, pero solo hay un escenario que me cuesta incluso imaginar, uno donde ella ya no este mas.

Paso saliva tratando de tranquilizarme. Romane se ha colado en mis mas profundos deseos esos que están justo a lado de mis miedos. Ella es la combinación, de todos los miedos a los que me aleje y no hago mas que correr hacia ella. Intento tanto poner un limite con lo que a ella se refiere, pero me es tan imposible, incluso negarme a que se me acerque.

Me giro, dándole la espalda a esa enorme puerta, sintiéndome victoriosa porque en una parte de mi cabeza siente que mi desplante se lo he hecho a ella.

—Romina —la voz de Romane me hace detenerme. Una sensación de derrota hace arrugar mi cara, pero esto no dura mucho cuando me giro y quedo deferente a ella. —¿Estas bien?

—Lo estoy —digo tratando de sonar sincera.

Romane camina hacia a mi y mis piernas no hacen mas que quedarse fijas al suelo. Romane toma un mechón de mi cabello colocándolo detrás de mi oreja.

—Se que tienes muchas preguntas.

—No, para nada —digo con sarcasmo.

Cuando vuelvo a mirarla abro la boca para decir algo y vuelvo a cerrarla agachando la mirada mientras niego con la cabeza. Ella toma mi barbilla haciendo que la mira, levanta la ceja invitándome hablar.

—Tu siempre pones una línea entre los demás y yo. Lo hiciste hoy con Sebastián, aun a la distancia —respiro frustrada —pero permites que alguien mas se acerque a ti.

—Sabia de quien era la pasarela, sabia que Sebastián estaría ahí siendo los ojos de Luciano.

—Se que estas tratando de cuidarme, pero no me gusta la forma en como lo haces, ni si quiera se si tengo el derecho de poner una línea entre tu y ella.

—Todos en un momento tomamos decisiones, sobre todo cuando sabemos lo que queremos. —da un paso hacia a mi acortado nuestra distancia —se lo que quiero y lo que no quiero. Te quiero a ti, solo para mi y quiero a todos lejos de ti y mi manera de alejarlos, es una decisión por la cual no pienso sentirme culpable y no te culparía a ti por tus decisiones.

—Yo no tengo tu poder —digo frustrada porque no pueda hacer lo que ella hace.

—Tienes el mío.

—¿Eso que quiere decir? ¿Que puedo alejar a las personas de ti en tu nombre?

—Eso quiere decir, que serás el lado que elija. —su respuesta me hace sonreír.

ROMANE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora