Mis almohadas empapadas de lágrimas ruegan que pare de llorar. Son casi las cuatro de la mañana y el dolor me consume. Se que esta vez es diferente, esta vez la he perdido. Ella no me quiere y la esperanza de que pueda quererme se han esfumado.
El sonido de la puerta principal abriéndose me hace ponerme alerta. Tomo mi celular y busco con que defenderme, pero mis lagrimas nublan mi visión. Escucho unos pasos, debería llamar a la policía, pero mi cuerpo ya ha reaccionado y me dirige hacia al pasillo. Una sombra se ve desde la oscuridad, no necesito encender la luz para saber que es ella.
—Romina —mi corazón se estruja al escuchar su voz tan débil.
—¿Qué haces aquí? —trate de sonar firme, pero mi voz fue tan débil como la de ella.
—Te necesito.
—No lo hagas por favor —suplico —me estoy obligando a dejarte ir y tu vienes aquí a decirme que me necesitas ¡No seas egoísta!
—Lo siento, nena. Se que he sido egoísta, pero ya no puedo dar marcha atrás.
—No quiero escucharte, vete —ella niega y camina hacia a mi —¡vete!
Ella se niega a irse y camina hacia a mí, sé que si la dejo tocarme estaré perdida y no puedo seguir más en esta cuerda de estira y afloja, así que corro a mi habitación encerrándome.
Me recargo en la puerta dejándome caer en el suelo.
—Romina —suena tan cansada, como si se hubiera rendido, pero ¿rendido a qué? —sé que ya no quieres hablarme, pero te pido que me escuches.
Yo no digo nada, la escucho muy cerca, me la imagino en la misma posición en la que estoy, acaricio la puerta para sentirla cerca de mí.
—Te pido que me escuches hasta el final, si al terminar quieres que me vaya, lo hare. Te lo prometo.
Se queda callada, por un momento tengo miedo de que se haya ido.
—El ultimo año de preparatoria llego una chica nueva, era hermosa y muy alegre, nos hicimos inseparables, teníamos una complicidad que nunca había tenido con nadie, ni si quiera con Max y Santino. Me enamore de ella y el mejor día de mi vida fue cuando ella me confeso su amor. Nos hicimos novias y los primeros tres meses eran perfectos. Hasta que decidimos contarles a nuestras familias.
Aunque lo que me cuenta me duele, no la detengo.
—Mis padres lo respetaban, pero no los de ella. Su padre siempre me recalcaba lo que su hija merecía. Una posición económica, un apellido con status, lujos, poder. Al principio creí que lo hacía por ella, pero con el paso del tiempo supe que todo lo que quería era más para él que para ella. Pero, aun así, quería estar a la altura.
Se calla y yo quisiera abrir la puerta y consolarla.
—Yo quería estudiar gastronomía, siempre lo había soñado, pero sabía que necesitaba posicionarme para ser digna de ella o de su padre, da igual. Yo ya tenía un apellido con status, jamás me importo, pero para ese entonces le agradecía a la suerte. Mi padre tenía una de las mejores empresas de modelaje y sabía que si me hacía cargo eso me haría digna de ella.
Escucho unos sonidos, como si se acomodara en el suelo.
—Así que decidí estudiar lo mismo que Max gestión empresarial y vivir la gastronomía a través de Santino, pero no importaba ella valía la pena. Eso pareció tranquilizar a su padre por un tiempo, pero siempre terminaba haciendo algo que a él no le agradaba y me restregaba que no era suficiente para ella.
¿Y ella? ¿Por qué no la defendía? Quisiera abrir la puerta y hacer preguntas, pero tengo miedo que ella vuelva a cerrarse.
—Un año antes de terminar la carrera, le propuse matrimonio, no solo eso, había plantado la bandera blanca entre Luciano y yo. Luciano se había enamorado de una chica y yo también, no teníamos más por que competir. No queríamos que su padre se interpusiera así que íbamos a casarnos a escondidas, aunque yo quería darle una boda de en sueño, ella insistió que nos casáramos escondidas. Así que le prepare una boda pequeña, lo más cercano a lo que ella quería, pero...

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ROMANE 1
RomansaRomina trabaja como asistente de dirección en la empresa de modelaje Rizzo. Después de dos años trabajando para don Franco, tiene que decirle adios, para darle la bienvenida a la hija de su jefe. A lo que parece ser un cambio simple, se convierte en...