—¿Piensas tirarte? —me acerco a Mia que está concentrada en el paisaje que nos da la azotea.
—Eso solucionaría muchas cosas —responde sin mirarme.
—Mia —la tomo del brazo alejándola del borde —¿Estas bien?
—Solo estaba bromeando.
—Una broma muy fea.
—¿Que necesitabas mujer? —entre cierra los ojos mientras me mira —¿saliste a correr?
—No, ¿por qué?
—Tuviste sexo.
—Eso no es de tu incumbencia —me sonrojo.
—Ya dime, ¿que necesitas? —dice riéndose de mi.
—He hablado con Tania.
—¿Aja?
—Ella me conto que también la amenazaron cuando salía con Santino. No pareces sorprendida —digo al no ver ninguna reacción.
—No soy ciega mujer, veo como Tania y Santino se miran cuando el otro no se da cuenta.
—¿Crees que se sigan queriendo? —pregunto.
—¿Eso querías preguntarme?
—No. Creemos que es la misma persona.
—Sigues sin creer que fue Luciano ¿De quién sospechan?
—De la única persona que tienen en común.
Mia abre los ojos sorprendida por lo que digo.
—No, claro que no. Max, es incapaz de hacer por eso.
—No pareces ser una mujer que mete las manos al fuego por cualquiera.
—Y no lo soy, pero metería las manos al fuego por Max.
—¿Lo dices por lo que sientes por él o porque realmente no lo crees capaz?
—El no sería capaz de hacer eso Romina —dice segura.
—Entonces, no tengo ni idea quien podría quererme lejos de Romane.
—A veces eres demasiado ingenua mujer.
—¿Qué quieres decir?
—Que puedes tener un ejército a punto de atacarte enfrente de ti y no verlos.
—Por eso he acudido a ti, necesito que me ayudes. ¿Qué fue lo gracioso que dije?
—Realmente quieres estar con ella.
—¿Que? —me hago la tonta.
—Todo se solucionaría si te alejas, pero mírate aquí tratando de luchar por ella, aunque estes en peligro.
Me quedo en silencio, sobre pensando sus palabras.
—La quiero, sin importar que ella no me quiera.
—Sabes que eso va a doler mucho si no termina bien.
—Lo sé y ya he decidido tomar el riesgo.
—En ese caso, voy ayudarte.
—¿De verdad?
—Pues claro mujer, si no cuidado de ti, tu no lo harás, déjamelo a mí.
—Gracias, he de confesarte que cuando te conocí te odié, jamás creí que me llegaras a caer tan bien.
—Es un don que tengo.
—Claro, se me olvidaba que estas llena de ellos.
Mi celular comienza a sonar, haciendo que paremos de reírnos.

ESTÁS LEYENDO
ROMANE 1
RomanceRomina trabaja como asistente de dirección en la empresa de modelaje Rizzo. Después de dos años trabajando para don Franco, tiene que decirle adios, para darle la bienvenida a la hija de su jefe. A lo que parece ser un cambio simple, se convierte en...