!Soy un desastre¡ !¿Donde están mis zapatillas?¡ Busco por el cuarto y parecen estarse escondiendo de mi. Dejo de dar vueltas por la habitación y trato de hacer memoria de donde las avente el viernes después de llegar de mi trabaja. Camino hacia la sala, recordando haberme dejado caer en el sofá olvidándome de ellas.
—Aquí estas —digo encontrando una al costado del sofá —¿y tu hermana? —antes de que comience a dar vueltas en la sala, la encuentro de bajo de la mesa de estar.
Me dejo caer en el sillón. Jamás creí que mi vida al volver ser normal se sintiera así, aburrida. Tengo veintidós días sin ver a Romane. Después de que me dejara sentada en la bañera tome su palabra de no ir al trabajo y dejar que mi pie sanara. El primer día fue un golpe de aire fresco, por fin pude respirar, pero eso no duro después de los diez minutos de haber despertado a las doce del día. Procure no pensar en ella, pero al final de cinco minutos fracasaba.
Mi segundo día fue mas difícil, miraba cada minuto mi celular esperando un mensaje de ella, pero nada. Me tentaba a marcarle, pero terminaba regañándome y haciéndome entender que necesitaba esa distancia. El viernes, mi tercer día fue el peor, fui a comer al restaurante de hamburguesas enfrente de Rizzo, con el pretexto de no querer cocinar, pero en realidad tenia la esperanza de verla, aunque sea de lejos, pero no tuve suerte. Ese mismo día por la tarde recibí la llamada de Manu recordándome su exposición, eso alegro mi día, pero no por lo que hace unos meses me alegraría, ir a su exposición, era mas por que la volvería a ver. Fui al centro a buscar un vestido, pase toda la tarde tratando de decidirme hasta que encontré el vestido perfecto.
El sábado desperté asustada, recordando no haber hecho una cita para que me maquillaran, me pase toda la mañana buscando un lugar que pudiera hacerme un espacio, termine suplicando un par de veces hasta que alguien se apiado de mi. Llegue al departamento sintiéndome satisfecha por lo que lograron hacer por mi. Me vestí y me quede mirándome en el espejo admirándome, me sentía bonita para la ocasión. Mis nervios me estaban torturando ansiosos de verla.
Cuando llegue al museo, la gente era tan amable, todos sonreían y saludaban, yo lo hacia con el mismo entusiasmo, buscaba entre la gente su silueta. El discurso de Manu comenzó y la busque cerca de el, pero no estaba. El termino de hablar y saludo a cada uno de sus invitados, lo seguí con la mirada, esperando a que llegara hasta ella, pero nunca lo hizo.
Se acerco a mi. Me hablo de sus obras, nos quedamos admirando un cuadro que hizo de una mujer desnuda. Al principio me sentí incomoda, pero la forma en la que el me explicaba cada detalle, el porque de la sonrisa de la chica, su brillo en sus ojos. El como trasmitía seguridad, lo convirtió en mi cuadro favorito y me quede mas admirada de él como artista. Manu bromeo en que cuando quisiera podría hacerme un cuadro posando desnuda, me sonroje. Quise cambiar de conversación, pero lo único que se me ocurría era preguntar por ella. Cuando lo iba hacer, alguien llamo su atención y se fue prometiendo volver. Un par de horas después el seguía ocupado hablando con sus invitados. Cuando la gente comenzó a irse, me resigne a que ella no llegaría, así que me acerque a despedirme de el y volvió a bromear con el cuadro, le dije que lo pensaría, claramente bromeando.
Cuando llegue a mi casa, comencé a desarreglarme en el mismo orden que me arregle, con la diferencia es que ya no estaba entusiasmada, ahora esta decepcionada y triste. Me fui a la cama mirando fotos de ella en internet, en su mayoría con mujeres de su brazo y me pregunte, con cual de todas ellas estaría esa noche, no tuve que pensar mucho cuando llegue a una foto donde salía ella y Andrea.
El domingo no me levante de la cama mas que para recibir la comida, que me duro de la mañana a la noche, ese día éramos, la cama, la tele , la comida y yo. Por fin llego el lunes y desperté mucho mas temprano, lo que me llevo a llegar mas temprano al trabajo. Cuando llegue a mi escritorio y encendí la computadora tenia un correo de ella. Sabia que era de trabajo, pero eso no me impedía alegrarme. Fui por café antes de abrirlo, lo prepare como como me gusta, tres cucharadas de azúcar. Cuando volví y abrí el correo, el café parecía haberse vuelto amargo.
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ROMANE 1
RomanceRomina trabaja como asistente de dirección en la empresa de modelaje Rizzo. Después de dos años trabajando para don Franco, tiene que decirle adios, para darle la bienvenida a la hija de su jefe. A lo que parece ser un cambio simple, se convierte en...