44- ¿Me dejarás cuidarte?

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Me despierto con dolor de cabeza. Intento mover mis piernas, pero estás duelen. Quito la sábana que me cubre y veo que mi cuerpo está completamente desnudo, es raro ya que no suelo dormir así.

Camino hacia mi baño, pero me detengo en medio camino al darme cuenta que la puerta no está donde debería estar. Miro a mí al rededor y me encuentro con la habitación de Romane, vuelvo a mirar a mi cuerpo desnudo y corro de nuevo a la cama a esconderme en la sábana.

¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué estoy en la habitación de Romane y desnuda? ¿Tanto tome que no recuerdo nada?

Miro a mi alrededor buscando a Romane como si fuera difícil de ver, sé que no está, pero aun así busco respuestas en su habitación. Me encuentro con una nota del lado donde dormí.

Tomate la mañana. En la cocina está el desayuno y pastillas para el dolor de cabeza, desayuna primero.

Deja de preocuparte por llegar tarde.

Romane.

No puedo llegar tarde, pero el dolor de cabeza se ha vuelto más intenso. 

¿Por qué estoy aquí? ¿Habrá sido plan de Mía? ¿Y porque estoy desnuda? ¿Será que lo hicimos y yo no recuerdo nada de eso? ¿Por qué carajos mi cabeza no lo recuerda?

***
—Hola, pequeña ¿te sientes mejor? —Tania me saluda. Sale de su escritorio y al quedar frente a mi pone su mano en mi frente—estás algo caliente, no debiste de venir hoy.

—No te preocupes, estoy bien.

—¿Segura? ¿Quieres que te pida algo?

—Estoy bien. —la miro a los ojos —¿es verdad que Samady se molestó contigo por mi culpa? —la sonrisa de Tania se borra.

—Si, se molestó por qué creyó que la excluimos, pero ya está todo arreglado.

—¿De verdad?

—Si, ya estamos bien.

—¿Sabes si arregló las cosas con Clarisa?

—Al parecer sí.

—Yo no he hablado con Samady, ¿Sabes si está molesta conmigo? —aún que recuerdo que ayer que la vi en el restaurante me saludó y me hice creer que el motivo por qué no se acercara a mí era por Mía.

—No está molesta, solo preocupada.

—Entiendo, tendré que hablar con ella.

—Si claro, podemos salir en la noche las tres.

¿Salir de nuevo? No creo que mi cuerpo lo soporte.

—¿Porque no lo dejamos para la siguiente semana? Tengo que arreglar todo para la salida a Cancún de mañana. 

—Cierto, la pasarela. Bien, para la siguiente semana será. Pero ¿saldrás con nosotras hoy a la hora de la comida?

—Claro —me despido de ella.

Camino hacia el ascensor, pero antes de llegar me detengo al recordar algo. Hice la reservación de una sola habitación, estamos en fechas fuertes, espero poder encontrar otra habitación en el mismo hotel.

—Hola, Pia.

—Hola, Romina. ¿Te sientes bien?

—Si y ¿tú?

—Yo me siento bien, casi no tome.

—¿Por qué?

—Porque tenía que cuidarlas.

Me muevo inquieta, miro la cámara no sé si me esté viendo, y menos si tenga activo el sonido así que tomo una carpeta y camino hacia Pía, fingiendo hablar de trabajo.

ROMANE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora