𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐧𝐳𝐞𝐫, una joven que vive en Berlín desde sus 9 años encuentra la oportunidad ideal para trabajar con una de las marcas más importantes del momento, sin imaginar que se cruzara con un amor del pasado.
𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, dec...
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Amelie se encontraba con el grupo de siempre en la casa de Ryan, Paúl los llamó temprano diciendo que necesitaba verlos urgentemente, tenía noticias buenas.
–Espero que sea algo bueno porque no podré ir a recibir a mis amigos en el aeropuerto.
El círculo de la castaña se mudaría a Los Ángeles finalmente después de cuatro meses separados. A causa de la reunión, ahora tendría que ir a buscar a sus amigos a la casa de los gemelos.
–Creeme que vale completamente la pena, Anni.
Al pecoso se le había ocurrió la brillante idea de combinar los dos apodos de Amelie para molestarla, más por burla que por cariño.
La chica rodó los ojos y negó con la cabeza, un poco impaciente. Por su parte, Paúl sacó la grabadora que meses atrás le entregó Ryan. Sin decir nada, reprodujo la última grabación en ella.
"Todo el mundo tienen una buena imagen de nosotros, Paúl... piensan que somos buenas personas y nuestras lindas caras nos otorgan privilegios."
"¿Buenas personas? ¿A qué te refieres, John?"
"Creo que, entre todos, Ethan es el más problemático..."
"¿Por qué dices eso?"
"Asesinó a una persona. ¿Pero a quién le importa? Todos pensaron que el culpable de ese accidente fue su hermano, el riquillo Ryan."
"¿Estuviste ahí ese día?"
"Claro que estuve. Ayudé a sacar a Ethan de ese auto y dejé a los hermanos a su suerte, ya nadie los recuerda, así que dejé de preocuparme hace mucho tiempo."
La voz de John se escuchaba bastante entrecortada por el alcohol, y se reía despreocupadamente ante sus confesiones.
–Ese imbécil se condenó solo.–Pronunció Samantha rompiendo el silencio.
–Tratar de hacer que Ethan confiese no es completamente necesario; básicamente, su amigo ya lo ha delatado.–La castaña cruzó los brazos mientras observaba al ojimiel, quien se encontraba sentado con expresión molesta y frotándose las manos.
–Amelie tiene razón–El adulto suspiró mientras se ponía de pie.–Con obtener otra confesión, no será necesario que hable ese hijo de puta.
–¿Qué planeas hacer con Marcus?–Preguntó con impaciencia Paúl.
–Ha estado buscándome desde que llegué aquí. Le daré lo que desea... quiero que piense que tiene una oportunidad conmigo y cuando menos lo espere, le sacaré toda la jodida verdad.–Cruzó miradas decidida con los presentes.
